Esta nueva instalación de energías renovables de Neoenergia, filial brasileña del grupo Iberdrola, ha supuesto una inversión de más de 500 millones de euros.
Con una capacidad instalada de 350 megavatios (MW), la planta de Baixo Iguaçu permitirá regular el flujo de agua de las Cataratas del Iguaçu, una de las siete maravillas naturales del mundo
El presidente de Iberdrola ha destacado el compromiso de la compañía con Brasil y ha asegurado que “solo en los próximos cinco años vamos a invertir en el país alrededor de 6.500 millones de euros en nuevos proyectos de eólica, otras renovables y redes para seguir mejorando su suministro eléctrico y, de este modo, su competitividad”.
Iberdrola, a través de su filial brasileña Neoenergia, ha inaugurado esta mañana la central hidroeléctrica de Baixo Iguaçu, que cuenta con 350 megavatios (MW) de potencia y ha supuesto una inversión de más de 500 millones de euros.
Esta central será capaz de suministrar electricidad sostenible a un millón de brasileños, y su producción equivaldrá a cerca del 8% de la demanda anual de electricidad del estado de Paraná, donde se ubica la planta.
En el transcurso del acto de inauguración, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha asegurado que “nos sentimos orgullosos de contribuir al desarrollo económico y social del país” y ha anunciado que el compromiso de Iberdrola seguirá aumentando. “Solo en los próximos cinco años vamos a invertir alrededor de 6.500 millones de euros en nuevos proyectos en Brasil para seguir mejorando su suministro eléctrico y, de este modo, su competitividad”.
Además, ha destacado la implicación social y medioambiental del proyecto de Baixo Iguaçu: “Esta instalación supone un beneficio para las Cataratas del Iguaçu, ya que contribuirá al mantenimiento de un caudal mínimo necesario. Y a esto hay que sumar otras muchas iniciativas que han sido impulsadas en materia de salud, educación, infraestructuras y seguridad pública para preservar y fomentar el bienestar de la región.”
Esta nueva infraestructura de energías renovables se ha construido manteniendo los más altos estándares de calidad y respeto al medio ambiente, al igual que en el resto de instalaciones que tiene la compañía. Se ha minimizado al máximo el impacto que puede tener la construcción de una central de este tipo. Prácticamente, no se ha modificado el cauce del agua, dado que de los 31 km2 del depósito de la central más de 20 km2 pertenecen al propio río, y gracias a la utilización de tres turbinas tipo Kaplan, de las más eficientes del mercado, el área de inundación necesaria es sensiblemente menor que la de otras hidroeléctricas de tamaño similar.
Esta planta hidroeléctrica es una muestra más del compromiso de Iberdrola con la reducción de emisiones. Al ser una tecnología limpia y eficiente permite avanzar hacia la electrificación de la economía y promover la necesaria transformación del sector energético hacia uno más sostenible.
Baixo Iguaçu regula los caudales de las Cataratas del Iguaçu
Otra de las aportaciones relevantes de la central es que podrá intervenir de forma determinante en la regulación de los caudales de las Cataratas del Iguaçu, una de las siete maravillas naturales del mundo, que visitan anualmente un millón y medio de personas.
Las cataratas, cuyo caudal se ve seriamente afectado en los periodos de sequía, llegaron a transformarse en 2006 en pequeños chorros de agua. Un dictamen del Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) ha concluido que, gracias a la aportación de esta instalación hidroeléctrica, las famosas cataratas contarán siempre con el caudal mínimo necesario.
Pero la contribución ambiental de Baixo Iguaçu va más allá: a través del Consorcio Empresarial Baixo Iguaçu (CEBI) se han llevado a cabo varios programas ambientales que monitorean, rescatan y preservan especies autóctonas en el entorno de la central. Adicionalmente, se ha construido un corredor verde para los animales.
Por otro lado, y también con la colaboración del CEBI, se han firmado diversos convenios con los municipios del entorno para impulsar programas relacionados con la salud, la educación, las infraestructuras y la seguridad pública. Entre las iniciativas puestas en marcha figuran la ampliación de una escuela pública y la construcción de una nueva sede para la Policía Militar.
Durante los trabajos realizados de cara a obtener la Licencia Ambiental para la planta se descubrieron unos yacimientos arqueológicos cuyo origen se remonta casi al año 6.000 a.C. y cuyo mayor atractivo son las muestras de arte rupestre (150 grabados), nunca antes vistos por esta zona. Está previsto abrir al público este emplazamiento, bautizado como Yacimiento Arqueológico Vista Alta, que se convertirá en uno de los pocos que se podrán visitar en la región.
Un líder energético en Brasil
A través de Neoenergia, Iberdrola se ha convertido en una de las dos mayores eléctricas de Brasil por número de clientes, con 13,8 millones de puntos de suministro. Presente en 18 estados, se dedica a la generación, transporte, distribución y comercialización de electricidad en un área de 840.000 km2.
La compañía dispone a día de hoy de una capacidad de producción en este país de más de 3.700 MW, de los cuales casi el 86% son renovables: tanto parques eólicos terrestres como centrales hidroeléctricas; una capacidad que alcanza los cerca de 5.000 MW si se suman los proyectos en construcción. Asimismo, cuenta con casi 700.000 kilómetros de líneas eléctricas, operadas por las cuatro empresas integradas en Neoenergia: Cosern, Celpe, Coelba y Elektro.
La puesta en marcha de la central de Baixo Iguaçu entronca con el compromiso de Iberdrola con la generación hidroeléctrica desde sus orígenes, hace más de 170 años. Se trata de una energía 100% renovable y sin emisiones a la atmósfera.
Dicha apuesta histórica por esta tecnología le ha llevado a ser, además, líder en el ámbito del bombeo hidroeléctrico, el método de almacenamiento energético más eficiente existente a día de hoy, con una capacidad instalada de 4.400 MW y varios proyectos en construcción.
Así, Iberdrola cuenta con el mayor complejo de bombeo hidroeléctrico de toda Europa, el de Cortes-La Muela (Valencia), en el río Júcar, con casi 1.400 MW. La compañía también está desarrollando en la actualidad el ambicioso proyecto Támega, en el norte de Portugal, complejo que contará con una potencia superior a los 1.100 megavatios, de los que 890 serán de bombeo. Ambas instalaciones juntas van a convertir a la península ibérica en la batería de Europa.