El vínculo bilateral entre Argentina y China se caracteriza por su complementariedad y tiene grandes persepectivas de seguir fortaleciéndose, sobre todo en energías renovables, afirmó hoy sábado la experta medioambiental argentina Leonor Octaviani.
«Argentina ha atravesado una crisis energética y apuesta por renovar y ampliar su infraestructura energética. China ha demostrado interés en los proyectos nacionales relacionados con esta materia», resaltó a Xinhua la investigadora del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata.
A su juicio, «el gigante asiático no solo supone una fuente de capitales, sino un andamiaje de ‘know how’ en desarrollo de energías limpias y renovables que podría llegar a nuestro país. Avanzar en los acuerdos de inversión para dar cauce a estos proyectos será clave».
El Gobierno argentino aspira a que para finales del año 2025 un 20 por ciento de la demanda eléctrica se cubra con energías renovables.
«Para un país como Argentina, que tiene un potencial enorme por explotar en materia de energías renovables, la llegada de capitales desde China, que se ha posicionado entre los pioneros en esta área, es más que prometedora», consideró la investigadora medioambiental de la institución.
En el país hay actualmente casi 200 proyectos de generación de electricidad a partir de fuentes renovables, como los solares, de biomasa, hidroeléctricos pequeños y de biogás, y se impulsa además la construcción de 63 parques eólicos, según datos oficiales.
«En los últimos años vimos una creciente participación en el sector energético por parte de los inversores chinos. Y esto no se ve solo en el sector de hidrocarburos. Los capitales chinos se han involucrado en proyectos que incluyen extracción de litio y oro, construcción de centrales nucleares y proyectos de energía eólica», apuntó.
La también integrante del Grupo de Estudio sobre China y Argentina (GEChinA) de la Universidad Nacional de Rosario destacó que «con el ‘boom’ de las ‘commodities’, y dado que Argentina y China son economías complementarias, las miradas se centraron en el comercio y en el potencial que presenta el mercado chino para las economías regionales».
«Este ha sido el punto de las relaciones bilaterales que tal vez más eco tuvo en los medios locales, pero no debemos perder de vista que las inversiones chinas también comenzaron a jugar un rol relevante en nuestro país», afirmó.
Los lazos bilaterales cumplen el próximo mes 47 años. En ese recorrido, Octavaini resaltó, por una parte, el establecimiento de una asociación estratégica integral en 2014, que supuso «la profundización de la relación y la apertura hacia un mayor compromiso más allá del comercio».
Y por la otra, la visita en diciembre del año pasado del presidente chino, Xi Jinping, a Argentina, luego de la cumbre del G20 en Buenos Aires, cuando «se destacó que la asociación estratégica integral es extensible a la iniciativa de la Franja y la Ruta, y se convino seguir implementando los proyectos de cooperación ya existentes en energía nuclear, petróleo y gas, y energías limpias entre otras».
China es hoy el segundo socio comercial de Argentina y el primer destino de la exportación agroalimentaria del país austral. El año pasado se firmaron, entre otros, acuerdos para la exportación de frutas como cerezas y arándanos, antecedidos de la apertura del mercado chino a nuevos cortes de carne vacuna argentina.
Además, las inversiones chinas están presentes en el país austral y van desde la optimización del sistema ferroviario hasta megaproyectos de energías renovables al noroeste y al sur del país.