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Decálogo para una transición energética en España
Por Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE)
Unas semanas después de finalizar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP23) celebrada en Bonn y tras la reciente cumbre One Planet de París auspiciada por el presidente Macron, es oportuno hacer una reflexión desde todos los sectores sociales para impulsar las metas y ambiciones del Acuerdo de París.
Recientemente, se ha presentado el World Energy Outlook-2017 (Perspectivas de la energía en el mundo, WEO-2017) por parte de la Agencia Internacional de la Energía. WEO indica que para cumplir con París y dar una oportunidad al planeta hay que alcanzar un 19 % de generación con eólica a nivel mundial para 2040. Para ello, es necesario aumentar la potencia eólica instalada mundial en un 7,5 % anual hasta 2040. En Europa tendríamos que alcanzar un 30 % de cobertura de la demanda eléctrica con el viento, con un crecimiento de la potencia instalada anual del 5 %.
Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE)
Y en España, según el análisis realizado recientemente por AEE «Elementos necesarios para la transición energética. Propuestas para el sector eléctrico», para llegar a cumplir los objetivos del Acuerdo de París, en el año 2040 el sector eléctrico deberá estar totalmente descarbonizado y la energía eólica debería contar con una potencia instalada de 50.000 MW produciendo alrededor de 140.000 TWh. La potencia adicional eólica planteada en el escenario de AEE es fundamental para cubrir la salida de plantas de generación basadas en combustibles fósiles del sistema y la cobertura del aumento de demanda por mayor actividad económica y electrificación del transporte y la climatización. Además, es necesario contar con la necesaria repotenciación en base al envejecimiento del parque eólico español.
Desde AEE proponemos un decálogo de elementos clave a tener en cuenta para posibilitar la transición energética en España:
1.- El modelo energético actual es incompatible con la salvaguarda del clima y la salud al estar basado en combustibles fósiles, que son la causa principal del cambio climático y de la problemática de la calidad del aire, especialmente en el ámbito urbano, con su repercusión en la salud pública.
2.- La electrificación es el camino. La solución es la descarbonización de toda la economía para 2050, principalmente mediante la utilización de las tecnologías eléctricas como la hidráulica, eólica o la fotovoltaica que, a día de hoy, ya son más competitivas que las tecnologías fósiles. El sector eléctrico ya ha iniciado la transición, pero aún le queda mucho por hacer. En 2016, el 62 % de la electricidad en España se generaba sin emisiones de CO2. Los principales retos son externos al sector eléctrico: el transporte y la climatización basados en combustibles fósiles. Además, sería conveniente mejorar las interconexiones de cara a aprovechar también el recurso renovable como producto a exportar.
3.- La planificación debe ser a largo plazo. La planificación no debe quedarse en 2030. Es necesario un alineamiento con objetivos a 2050 y la coordinación con otras políticas (la calidad del aire, la protección de los recursos hídricos, el desarrollo industrial, el liderazgo tecnológico, etc.).
4.- La visión a largo plazo comienza ya con las decisiones actuales. El plazo es muy corto, las inversiones actuales condicionan 2050. Hay tecnología y financiación, pero se necesitan políticas efectivas urgentemente. Cuanto más tarde actuemos, más complejo y costoso será para la sociedad cumplir con los objetivos climáticos, además, adelantar algunos cambios genera ahorros a largo plazo. Hay que decidir ya qué rol de liderazgo queremos que juegue nuestro país en el proceso.
5.- Establecer un mecanismo de gobernanza robusto y eficiente que garantice el adecuado cumplimiento de los objetivos propuestos y la protección de la seguridad jurídica de los inversores.
6.- El momento político es el adecuado. Es indispensable un consenso político para garantizar la sostenibilidad del proceso en el tiempo, la confianza de la sociedad y de los inversores. Una adecuada planificación 2030-2050 es responsabilidad de los partidos políticos actuales. De lo contrario, en 2030 la sociedad española no tendrá margen de maniobra.
7.- Es necesaria una reflexión sobre el diseño del mercado. Éste tiene que dar las señales de inversión adecuadas para todo el periodo, pero no lo está haciendo ni lo va a hacer con el diseño actual.
8.- Un marco de financiación fiscal adecuado. Un marco adecuado de financiación y fiscal, basado en el principio «quien contamina paga», es básico para el éxito de la transición.
9.- La participación de todos los sectores involucrados es necesaria. Es esencial un debate riguroso y transparente y un marco que promueva la participación de la sociedad de forma constante.
10.- Necesidad de comunicación y concienciación social para movilizar y adoptar medidas urgentes.
Para AEE es urgente ser ambiciosos en la lucha contra el cambio climático. El aumento de las renovables en nuestro sistema está ligado a las políticas de la calidad del aire. Las renovables y la eficiencia son los mecanismos fundamentales para llevar adelante la transición de bajas emisiones de CO2 y reducir las emisiones contaminantes. El sector eólico español ve consolidado su protagonismo en el futuro energético del país.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) es la voz del sector eólico en España. Con cerca de 200 empresas asociadas, representa a más del 90 % del sector en España, promueve el uso de la energía eólica y defiende los intereses del sector.
NOTA: Este artículo forma parte del servicio de firmas de la Agencia EFE al que contribuyen diversas personalidades, cuyos trabajos reflejan exclusivamente las opiniones y puntos de vista de sus autores.