REVE
Luego de obtener resultados favorables en la etapa de pruebas, el primer generador eólico diseñado y fabricado por investigadores de la Facultad de Ingeniería será instalado en el Campus Aeropuerto de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) junto con otros dos nuevos diseños; esta tecnología mexicana tiene como objetivo producir energía eléctrica aprovechando las bajas corrientes de aire de Querétaro.
El proyecto comenzó a trabajarse desde hace cuatro años. En 2015, el grupo liderado por Juan Carlos Jáuregui Correa, coordinador del Doctorado en Ingeniería, diseñó y fabricó un aerogenerador 100 por ciento UAQ que se implementó en el techo del edificio de Rectoría de la Máxima Casa de Estudios queretana para estudiar la eficacia de la máquina.
Normalmente, los aerogeneradores eólicos que se pueden encontrar en parques eólicos de Europa y Estados Unidos tienen palas muy delgadas, ya que están hechos para zonas con vientos laminares, es decir, vientos con un flujo constante y en una misma dirección, que son las características atmosféricas ideales para la instalación y el funcionamiento de estas máquinas. Sin embargo, en el estado de Querétaro hay vientos turbulentos: corrientes de aire con variaciones en su flujo, con menor velocidad y con cambios de dirección.
Nuevos aerogeneradores
El coordinador de la Maestría en Diseño e Innovación, Jorge Arturo García Pitol, precisó que el aerogenerador UAQ fue diseñado para aprovechar este tipo de viento. Explicó que una de sus diferencias en cuanto a otros modelos es la geometría de sus aspas; el generado eólico FI tiene aspas que giran con base en dos etapas: una de arranque, que es la parte más cercana a la torre y que recibe vientos de baja velocidad; y una etapa de estabilización para velocidad de funcionamiento.
Se realizó la interconexión a la red de la Comisión Federal de Electricidad con el fin de que la electricidad generada pudiera ser aprovechada tanto en el edificio como para los usuarios de esta red; por lo que, al proveer de cantidades de energía eléctrica a la CFE, se pudieron disminuir costos.
Esta etapa de prueba arrojó resultados favorables, pues se lograron algunas innovaciones importantes para obtener datos de operación más confiables, ya que se instaló un sistema de análisis de vibraciones elaborado en la Facultad de Ingeniería, que se encarga de monitorear las vibraciones de las partes móviles y predecir fallas.
Luego de dos años de indagar en la eficacia del diseño del aerogenerador, fue desmontado para trasladarlo e instalarlo en el Campus Aeropuerto de la UAQ -en donde hay un flujo de aire con mayor velocidad- para la siguiente fase de la investigación. En este espacio universitario se implementarán dos nuevos diseños con mejoras: contarán con tres aspas, serán de 14 kilowatts y tendrán un sistema de búsqueda de dirección de viento.
El proyecto de generadores eólicos se inserta en el Campo de Energías Híbridas, un espacio en el Campus Juriquilla de la UAQ que comprende un campo de 20 helióstatos para aprovechar la luz solar y transformarla en electricidad y una planta de producción de biodiesel a base de microalgas; dichas tecnologías también son parte de la investigación que se genera en la Facultad de Ingeniería.
En este sentido, en la investigación participan alumnos de los posgrados: Maestría en Ciencias de la Energía (programa conjunto entre las facultades de Ingeniería y Química); Doctorado en Ingeniería; Maestría en Diseño e Innovación; Maestría en Instrumentación y Control Automático y Maestría y Doctorado en Mecatrónica; así como el Departamento de Diseño Mecánico de la División de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ingeniería.
La implementación de aerogeneradores para la producción de energía eléctrica tiene un impacto ambiental positivo porque genera energía limpia y es posible dejar de depender de combustibles fósiles a largo plazo, pues abastecer a la red de la CFE contribuye a disminuir la quema de combustibles fósiles en las centrales eléctricas y, por lo tanto, aminorar la contaminación.
Jáuregui Correa señaló que, al tratarse de tecnología local, se logra una independencia respecto a otros países en este rubro y, como consecuencia, permite ser más competitivos. “En la Universidad seguimos una política de fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico en los jóvenes, lo que ha dado la oportunidad de crear máquinas que resuelvan problemas”, señaló.