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Argentina parece estar decidida, finalmente, a desarrollar la amplia gama disponible de energías renovables. El sol, el viento y los ríos, primordialmente, pero también la biomasa y el biocombustible son recursos presentes en todo el territorio. Lo que faltaba era, además de decisión política, dinero para desarrollar los proyectos.
Lo primero parece estar. Hasta podría decirse que existe algo así como una política de Estado que continúa desde el kirchnerismo y que ahora encabeza Cambiemos en el afán por concretar obras de infraestructura energética que pueden ser vitales para el desarrollo del país.
Lo segundo, el capital, dijo presente una vez más desde China. Son las empresas de ese país las que han ganado las principales licitaciones debido a la enorme ventaja que presenta su esquema: llegan con el crédito bajo el brazo. Son compañías estatales, respaldadas por la banca nacional. De esa manera el financiamiento resulta más barato en términos de tasas de interés.
Los ejemplos se multiplican en los últimos tiempos. La visita a China del presidente de la Nación, Mauricio Macri, dejó como resultado una veintena de contratos firmados y cartas de intención, entre los que se encuentra el proyecto para la construcción del campo solar en Cauchari, departamento de Susques, provincia de Jujuy.
«La inversión de 400 millones de dólares en Cauchari se traducirá en un parque solar con capacidad de producción de 300 Mw a 4000 metros de altura, el único de energía renovable del país, donde la comunidad indígena participa del 2% de las ganancias», explicaron las autoridades. Será el campo más grande de América Latina y su construcción estará a cargo de la internacional Power China.
EL VIENTO
El país, pese a todo, ha avanzado en el terreno de las energías renovables. Según datos de la Asociación Mundial de Energía Eólica, Argentina ocupa el puesto 45 en el ranking de potencia instalada con apenas 279 Mw, lo cual igualmente significa un avance del 11,8% con respecto al año anterior.
El avance surge tímido, sobre todo si se lo compara con los datos de las potencias. Por caso, Brasil está 9º en el ranking luego de sumar un 23,9% de potencia en el 2016, alrededor de 2.085 Mw, con lo cual llega a un total de 10.800 Mw.
Los mayores países latinoamericanos, de todos modos, representan una ínfima proporción en el mapa global de la energía eólica, que encabeza China con 168.730 Mw, es decir, más de un tercio (34,6%) de la generación de este origen en el planeta.
La apuesta a las energías renovables no sólo es estratégica en materia ecológica, sino que resulta inevitable teniendo en cuenta la vida útil de los yacimientos maduros. Esto y el precio deprimido en el mercado internacional han hecho que la producción de crudo cayera de manera palpable. Según el último informe energético de la consultora Economía & Regiones, la producción de petróleo mermó un 13% en abril, en la comparación interanual, y un 7,9% en el acumulado del año. Al primer cuatrimestre todas las provincias presentaron bajas de relevancia.
MARCO LEGAL
Las inminentes reformas en el marco legal también serán un aliciente para el avance de las energías renovables en la Argentina. A pesar de estar incluida como una posibilidad en la ley 27.191, hasta ahora la realización de nuevos contratos de compra venta de energía en el mercado a término no estaba autorizada. Pero el Ministerio de Energía y Minería publicó un borrador de la regulación de contratos de compra-venta de energías renovables entre privados que puede cambiar el escenario.
El borrador de la resolución oficial que regula la compra venta de energías renovables «es una oportunidad para los inversores que podrán diversificar su cartera de clientes y también para los grandes usuarios, a quienes se les permitirá abastecerse en el sector privado y, eventualmente reducir sus costos de energía», explicó Mariano Lamothe, director de Mercados de Energía, Minería e Infraestructura de la consultora Abeceb.
Y agregó: «Esta regulación se aguarda con expectativas en el sector de energías renovables porque estimulará la llegada de nuevas inversiones y por otro lado, permite anticipar una eventual reducción de costos que podría favorecer a los grandes consumidores».