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El 2015 fue un año importante para las energías renovables. Se dieron las mayores incorporaciones a nivel mundial, marcando récords de nuevas instalaciones para la generación eléctrica, y por primera vez el total de inversiones de los países en desarrollo superó al de los industrializados. La energía eólica domina el crecimiento del sector energético en el mundo y podrá suministrar hasta 20% de la electricidad global en el 2020, según el último informe del Consejo Mundial de Energía Eólica (GWEC, por sus siglas en inglés). La capacidad eólica mundial ha alcanzado en el 2016 los 456 GW, y se espera que llegue a 500 GW al final del año.
En el 2016, la energía eólica se mantiene como el principal sector de las energías renovables en América Latina y el Caribe, atrayendo 15,500 millones de dólares en inversión, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
América Latina requiere energía para hacer crecer sus economías. El subcontinente cuenta con condiciones climatológicas y geográficas que lo hacen apto para la generación eléctrica con tecnologías eólicas. Con su relativamente baja densidad de población, grandes distancias y necesidades de energía en lugares remotos, ofrece un entorno ideal para aprovechar la energía del viento. En el 2016, la energía eólica se mantiene como el principal sector de la energía limpia en América Latina y el Caribe, atrayendo 15,500 millones de dólares en inversión, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La obsesión de América Latina y el Caribe por la generación hidroeléctrica ha obstaculizado el aprovechamiento de este potencial. Los costos de construcción, ambientales y sociales no han sido suficientes hacer desistir a muchos gobiernos de asignar grandes presupuestos para obras de este tipo, y en vez de ello, aumentar las inversiones en energía eólica.
Argentina, en opinión del secretario general del GWEC, Steve Sawyer, tiene la posibilidad de ser potencia mundial en el ámbito de las energías renovables, dado que “tiene los mejores recursos eólicos del mundo”. Brasil ostenta el noveno lugar mundial en generación de energía eólica, y se calcula que podría escalar hasta la sexta posición en el 2018. El país carioca también ocupa el primer lugar de América Latina, seguido de México, Chile, Argentina Costa Rica y Nicaragua, según información de la Asociación Mundial de la Energía Eólica (WWEA por sus siglas en inglés).
Se calcula que México utiliza sólo 3.2% de su capacidad potencial para producir energía a partir de la fuerza de los vientos. Cálculos de la WWEA pronostican que para el 2024, 35% de la energía en México podría estar sustentada con fuentes renovables, y 15% de ella correspondería a la eólica. Estas predicciones podrían sufrir un violento viraje con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos. La propuesta del magnate de usar combustibles fósiles para reactivar la industria de su país provocaría una disminución abrupta de las inversiones que el país del norte tiene en el sector en América Latina. Esta posibilidad podría ser mitigada por las empresas energéticas de China, que tienen una importante presencia en América Latina, tras el retiro del financiamiento del gigante del norte.
La decisión de estos países de aumentar el abasto energético por medios renovables fue posible gracias a que las tecnologías necesarias aumentaron su eficiencia y disminuyeron sus costos, al viraje de sus economías al reducir los subsidios a los combustibles derivados del petróleo y a la facilidad para acceder a los financiamientos. Los gobiernos regionales han impulsado el crecimiento de la industria. Chile y Argentina, por ejemplo, tienen un programa de subastas, mientras que en México se liberó el mercado de energía.
El cambio climático y la crisis petrolera son factores que han incidido en el acelerado crecimiento del uso de energías renovables en el mundo. El cambio de paradigma de una economía basada en el petróleo a otra sustentada en las nuevas tecnologías y el uso de energías limpias es un proceso de alcances globales, y varios países latinoamericanos se van incorporando lenta pero continuamente.
Presentamos a continuación un listado de países de América Latina que van a la cabeza en la región en la implementación de la energía eólica:
Brasil
Brasil, el mayor mercado latinoamericano, instaló 1.1 GW en el primer semestre del 2016 y alcanzó una capacidad total de 9.810 MW, con una tasa de crecimiento de 12.5 por ciento. Se espera que continúe como el líder del mercado en la región y podría alcanzar la sexta posición en todo el mundo antes del 2018. Los estados del nordeste de Brasil, en la costa atlántica, es la región que concentra el mayor potencial eólico del país, conformado por casi 350 parque de energía eólica. El estado Rio do Norte alberga al mayor complejo eólico de América del Sur: Calangos, propiedad de la española Iberdrola y de la brasileña Neoenergia.
Chile
La capacidad total de Chile en el 2015 fue de 933 MW. En el 2016, se contabilizan un total de 29 parque eólicos en el país. Estos datos ubican al país en la tercera posición en América Latina en producción de energía eólica. El potencial eólico se distribuye a lo largo de las costas y sobre las cordilleras andinas. En agosto, el gobierno chileno concretó la mayor subasta de suministro energético realizada en el país, con Endesa Chile, Mainstream Renewable Power y la española Acciona como las principales ganadoras de la licitación. El valor promedio en la subasta de 12,430 gigavatios fue de 47.6 dólares por megavatio/hora.
Uruguay
Uruguay es un país sin recursos petroleros y escasos recursos hídricos, por lo que la fuerza de los vientos apareció como la solución para responder a la demanda energética de la nación. En la actualidad cuenta con 38 parques que generan casi 900 MW. En el 2017, el país contará con 1,450 MW de potencia instalada y 42% de participación en la generación de electricidad total en el país. Al 2016, la proporción de energía eólica sobre el consumo eléctrico total ronda el 38%, sólo Dinamarca (42%) supera a Uruguay en este ámbito. La Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE), es una empresa propiedad del Estado uruguayo que tiene el monopolio tanto de la compra como de la distribución de las energías renovables. Uruguay sufre una crisis económica, como consecuencia de la desaceleración mundial. El gobierno uruguayo decidió aumentar las tarifas eléctricas un 9.8% para cuadrar su presupuesto. La medida impopular fue todavía más polémica porque parte de los beneficios del aumento se utilizaron para cubrir el déficit de la petrolera estatal Ancap.
Argentina
Argentina es el tercer mercado energético de América Latina, pero uno de los más atrasados en la provisión eléctrica obtenida de fuentes amigables con el ambiente. La Patagonia es la región donde corren vientos constantes que ofrecen condiciones únicas, aunque los costos de instalación son altos: cada megawatt requiere un capital de unos 2 millones de dólares. Según la WWEA, en países similares a Argentina, cada megawatt instalado supone unos seis puestos de trabajo directos y unos 30 indirectos. El país andino adjudicó recientemente 17 proyectos de generación eléctrica a partir de fuentes renovables por un total de 1,109 MW como cierre de la Ronda 1 del programa Renovar, de los cuales 12 son de tecnología eólica, de un total de 17 proyectos. Al 2016, sólo 1% de la matriz energética de energía está basada en renovables. En el 2015 produjo 279 MW y contabiliza un total de 22 campos eólicos.
Costa Rica
Costa Rica ocupa el lugar 48 de la lista GWEC de países con mayor potencia eólica total instalada (MW), el primero en Centroamérica y la quinta posición en América Latina. La generación de energía eólica pasó del 4.25% en el 2011, al 10% en el 2016 del total de participación en la matriz eléctrica nacional, y es la tercera fuente después de la energía hidráulica y la geotérmica. El país cuenta en 13 el número de los parque eólicos en su territorio, los que produjeron en el 2015 288 MW. Costa Rica espera los 460 MW instalados en esta tecnología en el año 2018. El Pacífico norte es una de las zonas con más potencial para generar energía eólica, tiene condiciones especiales, como los volcanes, por donde pasan los vientos. Además, la elevación del terreno es muy baja, por lo que el aire es más denso, y de esa forma, puede producir más electricidad.