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El funcionamiento de un mundo basado sólo en las energías renovables es posible «si tenemos agua y fuentes (de energía) limpias», ha asegurado en una entrevista con Efeverde el químico y académico de la Real Academia de Ingeniería (RAI), Avelino Corma.
Corma, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2014) y miembro de la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural, ha explicado que “si disponemos de energía eólica y solar suficiente, tendremos hidrógeno barato que podrá ser empleado como combustible”.
En un “contexto ideal”, si es necesario el uso de hidrocarburos “se puede emplear la biomasa como una fuente de CO2” mientras que, en una situación “más realista”, estos compuestos “se pueden utilizar de la forma más racional posible” para que duren el máximo tiempo.
Pese a que el actual compromiso social y político es ya, a su juicio, “importante”, pide ser “sensato” y favorecer la evolución tecnológica “lo más rápido posible”, aunque de forma realista y considerando que los recursos aportados por los hidrocarburos fósiles constituyen “una manera de comprar el tiempo para llegar al punto que queremos”.
Corma ha indicado que aunque las necesidades energéticas mundiales crecerán al menos hasta 2035 debido al incremento poblacional, el aumento en el consumo de los hidrocarburos fósiles no será proporcional gracias, por un lado, a la mayor eficiencia energética y, por otro, al empleo de fuentes energéticas primarias renovables.
Las más importantes serán la eólica, la solar y la biomasa, aunque también se utilizará cada vez más la geotérmica y la mareomotriz, entre otras.
“El compromiso medioambiental es claro y no tiene vuelta atrás”, advierte el académico, quien señala que “las leyes irán encaminadas a que nos proveamos cada vez de un mayor porcentaje de energía limpia”.
La nueva legislación que se desarrolle en un futuro próximo afectará a distintos sectores de la economía y, así, en el transporte, las “tres líneas fundamentales” en el consumo de combustible pasarán por los hidrocarburos fósiles, el biofuel y los vehículos eléctricos.
En este último caso, su número se incrementará “sensiblemente”, lo que exigirá más electricidad generada a partir de energías limpias “si queremos menores emisiones de CO2 y mayor sostenibilidad”.
Además, será preciso modificar la red eléctrica para dotarla de “mayor capacidad y conexión, incluso entre continentes, con el fin de evitar discontinuidades en el suministro”.
Almacenar energía
Un inconveniente que impide alejarse de los hidrocarburos fósiles a corto plazo es la dificultad para almacenar la energía de origen eólico y solar, aunque ha recordado la existencia de diversas líneas de investigación para resolver este problema.
Es el caso de nuevas tecnologías para crear baterías de automoción que “permitan una mayor capacidad, menor peso y que se puedan recargar lo más rápidamente posible” o el desarrollo de células fotovoltaicas que generen electricidad aunque éste es “un campo totalmente abierto y con una eficiencia todavía sensiblemente menor que las actuales de silicio”.
También sería posible generar hidrógeno que, al ser absorbido en materiales de elevada capacidad de atracción, podría luego utilizarse para producir moléculas que “generarían energía en cualquier momento”.
Países desarrollados
En todo caso, Corma ha reconocido que España figura entre los países desarrollados que cuentan con“una elevada producción eléctrica procedente de las renovables”, algo que ha calificado como “positivo” y que espera vaya en aumento en el futuro.
En el campo de la energía fotovoltaica, ha recalcado que España es “claramente” uno de los lugares de Europa donde deberían ser implantados y desarrollados todos los descubrimientos y avances encaminados al aprovechamiento de la energía solar.
Respecto a otros países europeos, ha alabado el papel de Alemania por su “esfuerzo” en la apuesta por las renovables y también se ha referido a EE.UU., “un caso especial que pasa por un cambio estratégico motivado por la búsqueda de la independencia energética”, lo que le lleva a desarrollar “sus recursos pesados de petróleo y gas procedente del ‘fracking‘”.