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El país austral busca aumentar la proporción de energías renovables en su matriz energética desde el 2% que produce aproximadamente en la actualidad, hasta un 20% en 2025.
Argentina presenta un potencial gigantesco en energías renovables, principalmente solar y eólica, aunque aún tiene tareas pendientes en regulación e infraestructura para seducir a inversores, según empresarios.
«Por ahora hay restricciones, hasta que no se incentiven las contrataciones entre privados, el negocio no va a despegar», dijo a la AFP una ejecutiva de una empresa de energía en un alto del Foro de Inversión y Negocios que se realiza hasta el jueves en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires.
Argentina busca aumentar la proporción de energías renovables en su matriz energética desde el 2% que produce aproximadamente en la actualidad, hasta un 20% en 2025.
La semana pasada recibió 123 ofertas en la primera licitación de energías renovables por 6.000 megavatios en contratos a 20 años y en dólares, lo que superó seis veces la propuesta oficial.
«Eso demostró que estamos para más», celebró este martes el presidente Mauricio Macri al citar la licitación como una muestra de la confianza de los inversores en su discurso de inauguración del foro que reúne a más de mil empresarios de 67 países.
La ejecutiva consultada relativizó el éxito. «Si bien es destacable que haya habido tanta oferta, lo verdaderamente relevante será conocer el precio que se ofrece. Lo sabremos el 7 de octubre», dijo la fuente, que se mantuvo en el anonimato.
También señaló que la escasez de oferentes internacionales, apenas 5% de las ofertas, «es una señal de que los incentivos siguen estando lejos».
El principal escollo esgrimido es la venta de la energía generada a un único comprador, la estatal Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMESA) «lo que limita la competencia».
«El desafío es multiplicar la distribución, no sólo la generación, y esclarecer todo el marco regulatorio para el sector», sostuvo la ejecutiva.
Diversificar
El objetivo del gobierno es instalar 10 gigavatios en los próximos diez años a partir de energía renovable, de manera de diversificar su matriz para abaratar costos.
«Son los inversores privados los que tienen que mostrar el camino», dijo el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en un panel sobre energías renovables en el que recordó que el país sudamericano decretó la emergencia energética hasta diciembre de 2017.
«Todos por acción u omisión hemos sido responsables de llegar a esta situación. Un país lleno de recursos como Argentina no se puede dar el lujo de importar energía y subsidiar consumos», afirmó.
Aranguren admitió que «el mercado está distorsionado por una maraña de inequidades en subsidios, cuellos de botella en distribución y en generación».
Sin embargo, confió en que las inversiones ayuden a crear «una matriz energética diversificada, no sólo en Argentina sino en el Cono Sur».
«El potencial de las energías renovables es brillante y va a liderar el crecimiento energético en los próximos años», vaticinó.
La urgencia es desarrollar la infraestructura. «Tenemos que trabajar en eso rápido porque si no, sólo aceptaremos proyectos adonde haya conexión y no adonde existan las mejores oportunidades» de generación, admitió Sebastián Kind, subsecretario de Energía Renovable.
Martín Genesio, CEO de AES Argentina, filial del grupo estadounidense AES Corp. y presente desde 1993 en Argentina, estimó que el país necesita «entre 20 y 30 mil millones de dólares en los próximos diez años» para lograr ese objetivo.
«Es uno de los pocos países del mundo que no ha desarrollado práctimentente nada en renovables. Está todo por hacerse», dijo en su exposición.
Para Marcelo Mindlin, CEO de Pampa Energía, la única empresa argentina integrada del sector, llamó a los inversores locales a «tomar la iniciativa».
«Si las empresas instaladas no toman la iniciativa de invertir será hacia afuera una mala señal», advirtió.