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“Es la inversión más grande de los últimos 30 años en el Distrito, luego de la ampliación de la escollera”, dijo el intendente Facundo López sobre el parque eólico en Campo Cipriano. Contra el Ecos Diarios y la ‘ciudad del no’, hay razones legales que impiden emprendimientos inmobiliarios y residenciales en ese lugar.
En la mañana del día jueves 4 de agosto del año 2016, y en el marco de la Comisión de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos, los concejales recibieron al Intendente Municipal Facundo López y al Presidente de Centrales de la Costa Thiery Decound.
La idea del encuentro era presentar algunos detalles sobre la licitación e instalación de un Parque Eólico en la zona de Punta Negra. Según comunicó el HCD, «se trataría de un predio de alrededor de 158 hectáreas, detallando posteriormente que el mismo contaría con aproximadamente entre 11 y 13 molinos de 80 metros de altura los cuales generarían 40 megavatios, considerando que con esa cantidad 40.000 viviendas podrían ser abastecidas de energía».
Decound proporcionó detalles sobre la fecha de la apertura de sobres de licitación del gobierno nacional que se realizaría el 5 de setiembre, y que la adjudicación de la obra será el 11 de noviembre de 2016, destacando que la misma comenzaría al culminar la temporada de verano 2016/17, detallando que para el verano del año 2018 el proyecto estaría próximo a finalizar.
Al respecto, el intendente Facundo López sostuvo que «es la inversión más grande de los últimos 30 años en el Distrito”. El propósito de la reunión buscaba conseguir que se homologue el convenio que lleva la rúbrica del jefe comunal y del titular de la firma.
«Explicamos el proyecto técnico, el estudio del impacto ambiental y la inversión anexa a este proyecto”, destacó el máximo mandatario luego del cónclave.
«Desde el primer momento intentamos darle forma y vida a un proyecto que en algún punto parecía utópico”, manifestó luego, al tiempo que recordó que «tenemos una central eléctrica en nuestra ciudad, pero necesitábamos una renovación a través de una empresa estatal que esté dispuesta a seguir una normativa de poder tener en el futuro energías renovables y así evitar en el futuro tener que consumir energía de otros lugares”.
Y cerró: «Es la inversión más grande de los últimos 30 años en el Distrito, luego de la ampliación de la escollera”.
Por su parte, Decoud aseveró que «buscamos enmarcar este proyecto dentro del Programa de Energías Renovables del Ministerio de Energía”, para agregar que «la apertura está prevista para el 5 de septiembre, con un proyecto total de alrededor de 40 megas y una inversión de alrededor de 75 millones de dólares”.
A su vez, señaló que «la idea es traer equipos que tengan un historial de funcionamiento óptimo para lo que es el viento de Necochea, que a nivel nacional es muy bueno”.
Reconoció que recién «en noviembre sabremos si salimos adjudicados, y de ser así estaríamos empezando las obras luego del verano con el objetivo de tener el parque disponible para el verano del 2018”.
«Podríamos decir que Necochea es el primer lugar donde se va a instalar un Parque Eólico con tanta publicidad en referencia a otros instalados en distintos puntos del país”, afirmó, para argumentar que «hoy por hoy toda la zona costera de la provincia tiene un déficit energético muy grande y por eso instalar en Necochea nueva generación confiable de energía tiene un impacto importantísimo, tanto a nivel local como regional, alimentando inclusive a Mar del Plata”.
En el cierre, y en esa línea, subrayó que «esta energía que se va a generar con los molinos instalados va a ser insertada en el sistema nacional”.
Junto a López y Decoud, también acompañó la reunión en el HCD el secretario de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, Arq. Ricardo Asiain.
La ciudad del «no»
A pesar del anuncio y la posibilidad de una inversión multimillonaria en energías renovables, el diario local Ecos Diarios lanzó duras críticas al proyecto, alegando que el parque eólico retrasaría nuevamente el crecimiento de la ciudad, basicamente porque impediría un eventual futuro crecimiento sobre la línea costera
Según Ecos Diarios, principal referente de «la ciudad del no» en Necochea, «la zona es más que tentadora para proyectos de toda índole urbanística». «Las tierras que se pretenden ceder en concesión a Centrales de la Costa S.A. tendrían un valor estimado de 1,5 millones de dólares, y las mismas han sido consideradas en varias oportunidades como el lugar indicado para el desarrollo urbanístico del frente costero de Necochea», agregó el diario y sostuvo que «para que se concretaran estas cesiones de codiciadas tierras ha tenido que ver la falta de un plan regulador y de un proyecto urbanístico sobre el frente costero».
Es harto conocida en la ciudad la posición privatista del diario local, que apoya cualquier proyecto que incluya emprendimientos inmobiliarios en terrenos públicos como método de «salvación» para el distrito como destino turístico. Sin embargo, su insistencia constante de avanzar sobre la franja costera se sustenta en conceptos opuestos a la ley.
El predio se encuentra ubicado en el paraje denominado Punta Negra, inmediatamente a continuación del lote Mar 1 del Parque Miguel Lillo en dirección S.O. Su denominación catastral es Circ. XII – Parc. 1353b siendo su superficie aproximada de 158 hectáreas. Fue donado al municipio por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires mediante Decreto 1442/82, para ser afectado al Parque Miguel Lillo.
El Parque Miguel Lillo en su totalidad constituye un bien del dominio público y afectado al uso público (Dictamen N° 735/15 de la Asesoría General de Gobierno), no pudiéndose por ninguna razón modificarse tal condición, ni desafectarse total o parcialmente el mismo para su transferencia a entidades o personas físicas o jurídicas, salvo el caso de permuta por otros bienes de similares características que permitan satisfacer de mejor forma el destino establecido (Art. 60° DL 8912/77).
La afectación al uso público ya sea expresa o tácita y la condición jurídica de bienes del dominio público define a los mismos como inenajenables, imprescriptibles e inembargables.
De acuerdo a las Ordenanzas Municipales 2005/81 de Zonificación según Usos y 1928/80 de Delimitación Preliminar de Áreas, el Parque Lillo integra la Zona Franja Verde (FV), en la cual no son admitidos urbanizaciones integrales, ni usos residenciales en general.
La legislación vigente reglamentaria de loteos costeros resultan de aplicación para desarrollos urbanísticos de carácter privado, la cual reglamenta aspectos referidos a la distancia que deben retirarse estos emprendimientos de la costa atlántica, superficies a ceder, aprobación y convalidación de propuestas que justifiquen la ampliación urbana propuesta, etc. Cabe citar al respecto:
a) La Ley 8912/77 establece en su Art. 59º que «Al crear o ampliar núcleos urbanos que limiten con cursos o espejos de agua permanentes, naturales o artificiales, deberá delimitarse una franja que se cederá gratuitamente al Fisco Provincial, arbolada y parquizada, mediante trabajos a cargo del propietario cedente si la creación o ampliación es propiciada por el mismo. Tendrá un ancho de cincuenta metros (50 m.) a contar de la línea de máxima creciente en el caso de cursos de agua, y de cien metros (100 mts.) medidos desde el borde en el caso de espejos de agua. El borde y la línea de máxima creciente serán determinados por la Dirección Provincial de Hidráulica.
b) La Ley Provincial 12257/99 (Código de Aguas) por su parte avanza sobre esta restricción en su Art. 142º por el cual se prohíbe «el loteo y la edificación en una franja de ciento cincuenta (150) metros aledaña al Océano Atlántico y la edificación sobre los médanos y cadenas de médanos que lleguen hasta el mar aún a mayor distancia”.
c) El Decreto Provincial de Costas N° 3202/06 establece para la aprobación de proyectos urbanísticos o de desarrollos específicos en la zona atlántica, una franja de protección de la costa que en ningún caso podrá tener un ancho menor a 300 m. Asimismo establece en su Art. 5º que «Por no tratarse de un área rural, dentro de las áreas de médanos no será autorizado el desarrollo de urbanizaciones bajo la modalidad de barrios cerrados o clubes de campo”.
