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Las empresas UTE y Electrobras preparan la firma del acuerdo que posibilite a Uruguay la compra de electricidad a Brasil para así tener otra alternativa a la que ya existe con Argentina ante contingencias. La novedad fue informada por el presidente de la empresa estatal, Gonzalo Casaravilla, tras su alocución en el seminario regional “Escenarios Energéticos en América Latina”, que finaliza este miércoles 13 en Río de Janeiro.
Casaravilla señaló a la Secretaría de Comunicación Institucional, en diálogo telefónico desde Brasil, de la reunión que mantuvo con autoridades de Electrobras para ultimar los detalles del acuerdo que permita importar electricidad desde ese país en caso de contingencia, a modo de complemento del ya en funcionamiento para el comercio a la inversa.
Si bien ya se tiene acordado el esquema comercial de exportación de Uruguay a Brasil, coyunturalmente Brasil tiene excedentes de energía que pueden ser comercializados en la región, lo cual hace necesario tener las autorizaciones activas a fin de aprovechar cada ocasión que surja, en caso de contingencias.
El titular de la UTE (Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas) realizó estas gestiones en el marco de su estancia en Río de Janeiro, donde compartió un panel en el seminario “Escenarios Energéticos en América Latina”, en el que se presentaron visiones sobre los avances y desafíos de la integración energética en la región.
En ese contexto, presentó a solicitud de los organizadores el cambio de la matriz de generación producido en Uruguay, que tiene una fuerte participación de la fuente eólica y permite garantizar el abastecimiento de electricidad a todo el país más allá de los problemas de sequía que pueda sufrir las represas hidroeléctricas.
Uno de los ejes de su alocución en este foro de dos días se centró en las interconexiones energéticas que ya existen entre Uruguay y los dos países de frontera, Argentina y Brasil, así como la importancia estratégica que brindan estas en lo que refiere al respaldo de abastecimiento para cada sistema nacional.
“Ya están los fierros, las inversiones están hechas, hoy tenemos que trabajar en modelos que mantengan las soberanías de los países, que sean racionales y flexibles, teniendo en consideración los marcos regulatorios”, sostuvo el jerarca, en referencia a las características de las interconexiones.
Agregó que se deben implementar mecanismos graduales, que permitan logar la confianza que necesitan los mercados para poder apostar al desarrollo de sus sistemas energéticos confiando en que pueden respaldar parte de su abastecimiento “en el vecino”.
“Las interconexiones siempre son una buena idea y hay que aprovechar las infraestructuras que se tienen”, insistió.
“Ahora se abrió este escenario diferente con el excedente que tiene hoy Brasil, por lo cual estamos ajustando detalles del mecanismo por la importación de energía ante casos de emergencia”, manifestó.
“Tenemos un buen relacionamiento a todos los niveles y en cualquier contexto vamos a lograr los acuerdos que necesitamos para la optimización de los sistema”, insistió Casaravilla aludiendo a las gestiones con Electrobras.
El titular de UTE reiteró la conveniencia de tener más de un mercado para comprar energía.
“Las interconexiones se hicieron para eso, para tener más de una alternativa para cuando sea necesario, y para eso tenemos 570 megavatios instalados de interconexión con Brasil, lo cual nos pone en un muy buen escenario”, enfatizó.
La interconexión eléctrica entre Uruguay y Brasil implicó la construcción de una línea de alta tensión de 500 kilovoltios entre la subestación de UTE de San Carlos, en el departamento de Maldonado, y la subestación Presidente Medici de Candiota, en el meridional estado brasileño de Río Grande do Sul.
Esa conexión, que implicó un tendido de cables de 350 kilómetros, también demandó la construcción de una estación de conversión de frecuencias en el departamento de Cerro Largo, limítrofe con Brasil, debido a que el sistema uruguayo es de 50 hertz y el brasileño de 60.
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