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Uno de los objetivos principales de la Ley No. 57-07 de Incentivo a las Energías Renovables y sus Regímenes Especiales, consiste en reducir la importación de combustibles fósiles, atenuando la dependencia de los mismos, a favor de la diversificación de las fuentes que permitan promover la independencia energética de República Dominicana.
Este propósito se lograría a través de la incorporación de alternativas nativas limpias para lograr la satisfacción de las necesidades del país de forma sostenible desde la óptica ambiental, social y económica.
Medidas
Estas medidas contribuirían también a imprimir impulso al desarrollo económico, rural y agroindustrial de la nación con el beneficio adicional del valor agregado de la creación de más empleos, bienestar social y activación económica regional ; favoreciendo además a la economía en general por el efecto positivo en las balanzas comercial y de pagos que implica la sustitución de importaciones en virtud de la reducción de divisas para la adquisición de los renglones petrolíferos que necesita la República Dominicana.
El espíritu de esta ley y el accionar del Estado dominicano para establecer la capacidad de producción energética mediante fuentes alternas autóctonas nos permitirá lograr la independencia energética necesaria para fomentar la seguridad que en esa materia demandan las circunstancias.
Resulta oportuno señalar que las principales fuentes primarias de energía que se consideran renovables por su origen físico / químico natural son: la solar, eólica, las olas, las mareas, las corrientes y saltos de agua, las hidroeléctricas, la geotérmica, la biomasa (cogeneración, gas de síntesis y calor), los residuos orgánicos, municipales e industriales, los biocombustibles: etanol, biodiesel, biogás, entre otros.
República Dominicana cuenta con un Plan Nacional de Energía que prevé la cobertura del 25% de las necesidades del sector eléctrico a partir de fuentes de energías autóctonas para el año 2025.
Por su impacto favorable en el desarrollo económico-social (compatible con el clima), la República Dominicana ha asumido como objetivo sectorial la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que permitan al país una descarbonización gradual de su economía; proponiéndose para el 2030 una reducción sustancial de estas emisiones, por debajo de los niveles del 2010. Un planteamiento como el precedente está orientado a contribuir con el desarrollo de una economía con menor huella de carbono, más eficiente y que permitirá reducir la contaminación ambiental, facilitando al país estar en sintonía con el nuevo paradigma de desarrollo sostenible que promueve la producción de energía a partir de esquemas ambientalmente amigables; facilitando además la obtención de recursos financieros de carbono y energía renovable en los mercados internacionales especializados.
El pasado 25 de septiembre 2015, en el marco del lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los países miembros del sistema adoptaron 17 metas globales para erradicar la pobreza, proteger al planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de la nueva agenda 2030 de desarrollo sostenible, las cuales deberán cumplirse para ese año. El pilar #7 de esos objetivos se refiere a la producción de energía universalmente asequible, segura, sostenible y moderna para todos; mientras que el pilar # 13 tiene que ver con la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos dañinos.
El presidente de la República Dominicana, Lic. Danilo Medina, ha sido categórico en el marco de su participación en la Vigésimo Primera Conferencia de las partes de la Convención marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) (COP21), celebrada en París, Francia en noviembre 2015, ante la cual expresó: “Además, nos hemos puesto como meta que para el 2025 deberemos reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25%”.
“Esto incluye contar con un 32% de la matriz de generación eléctrica proveniente de fuentes renovables y, para lograrlo, ya estamos implementando mecanismos de estímulo a la inversión en estas áreas”. Las citas precedentes constituyen una señal clara de la voluntad política del Jefe de Estado en la dirección de cumplir con los objetivos mencionados.
Resulta oportuno destacar que en el marco de esta cumbre sobre el cambio climático, la República Dominicana logró hacerse miembro fundador de la Alianza Internacional Solar.
Como resultado de esta visión del Estado con relación a la atracción y apoyo de inversiones tanto extranjeras como locales al desarrollo de las energías renovables, mediante el instrumento vigente para esos fines, la Ley No. 57-07 Sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y de sus Regímenes Especiales, la República Dominicana dispondrá de 180 MW de energía limpia producida por medios eólicos, solares y biomasa en el corto plazo.
Entre las instalaciones que están entrando en servicio a principios del 2016, 30 MW corresponden al Parque Monteplata Solar que tendrá una producción de 52,140 MWh capaz de suplir energía eléctrica a veinte mil (20,000) hogares de esa región; 1.5 MW al Parque Quisqueya Solar que suplirá hasta un 50% del consumo de los servicios auxiliares de la Planta Quisqueya II (propiedad de EGE Haina), 49.5 MW al Parque Eólico Larimar, que tendrá una producción anual de 200,000 MWh y 25 MW a la novedosa planta de cogeneración de carga base (bagazo de caña y biomasa) del Ingenio Cristóbal Colón en San Pedro de Macorís.
A la presente fecha, ya han sido inauguradas por las autoridades correspondientes la Planta Quisqueya Solar, con capacidad de 1.5MW, el Parque Eólico Larimar con capacidad de 49.5 MW y el Parque Monteplata Solar con 30 MW.
Las implicaciones de la capacidad ya instalada en el sector de las energías renovables en la República Dominicana, en términos de impactos favorables directos, consisten en lograr una generación limpia de 497,025 MWh por año, evitando emisiones de 352,887 toneladas de CO2 y sustituyendo la importación de 825,061 barriles de petróleo, que a los precios de mercado representan una economía de divisas importante para el país.
La Comisión Nacional de Energía (CNE), institución responsable de dar seguimiento al cumplimiento de la Ley de Incentivo al Desarrollo de las Energías Renovables y sus Regímenes Especiales (Ley No. 57-07) confirmó que ha tramitado adicionalmente concesiones para la generación de 1,100 MW de energía limpia en diferentes regiones del país.
No tenemos duda que con la determinación que caracteriza al Jefe del Ejecutivo, RD estaría en el umbral de un desarrollo importante de las energías renovables distribuido en la geografía nacional que permitirá la transición a un sistema energético sostenible, con todos los beneficios que de él se derivan.
Juan A. Plá Gómez
LISTíN DIARIO