Brasil lidera la eólica en Latinoamérica

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Según los datos aportados por la Brazil Windpower Conference 2015, que se celebra en Río de Janeiro hasta el 3 de septiembre, el sector eólico brasileño deberá crear en los próximos años más de 19.000 puestos de trabajo gracias a los 6.000 millones de reales (1.611 millones de dólares) de inversión y los 113 nuevos parques eólicos que se pondrán en marcha, alcanzando un producción total de 2,7GW.

Brasil es el cuarto país del mundo que más invirtió en energía eólica en 2014, aumentando un 114 por ciento su producción total solamente en el primer semestre de 2015.

En ese breve espacio de tiempo, Brasil ha conseguido que la producción energía eólica pase de un 1,4 por ciento del total de la energía producida en el país a casi un 5 por ciento, un total de 6.138 megavatios (MW) de electricidad respecto a los 3.106 MW producidos en 2014, unas cifras espectaculares que deberían alcanzar el 23 por ciento de la producción total de energía en Brasil en 2023.

Sin embargo, existen especialistas como el profesor de la Universidad Pontificia Católica (PUC) de Río de Janeiro, André Trigueiro, que apuestan por que el sector de la energía eólica alcance los 40.000 puestos de trabajo, concentrándose precisamente en las regiones del Nordeste, donde el Estado de Río Grande do Norte lidera la producción brasileña con el 34 por ciento de la capacidad eólica de Brasil.

Los analistas la consideran una buena noticia para una de las regiones más pobres del país, que padece desde hace cinco años una severa escasez de agua, una situación que gracias al incremento de la producción de energía eólica ha remitido al reducir la necesidad de producción de los pantanos que sustentan a las hidroeléctricas de la región, como recordó en una de las conferencias de Brazil Windpower el director del Operador Nacional del Sistema Eléctrico, Hermes Chipp.

Cabe recordar que a principios de 2015 la sequía extrema en Brasil llegó a provocar un déficit en la capacidad de producción eléctrica del país, dependiente en un 77 por ciento de las hidroeléctricas, que llevó el pasado 19 de enero al apagado de emergencia de los reactores «Angra1» y «Angra2» de la central nuclear de Angra Dos Reís, en el Estado de Río de Janeiro.