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Un parque de energía solar fotovoltaica de 20 megavatios que se construirá en Luján de Cuyo y un eólico en San Rafael de 150 MW son apuestas de energía alternativa para 2016.
Importar combustibles para satisfacer lo que demanda su matriz energética le cuesta a Argentina unos u$s13.000 millones por año. ¿Puede torcer el país ese rumbo de dependencia? La respuesta es sí, toda vez que, más allá de los pocas iniciativas en materia
hidroeléctrica y nuclear que dan vueltas a la espera de un espaldarazo, avancen algunos proyectos de energía renovable y limpia, una apuesta que la Nación ha intentado instalar con mayor o menor decisión. Así las cosas, Mendoza puede convertirse en una punta de lanza en planificación a partir de 2 emprendimientos prometedores: de generación eólica, desde el Sur provincial, y de energía fotovoltaica o solar, en Luján, a unos 30 kilómetros del Centro capitalino.
Uno está más avanzado que el otro. En conjunto, el llamado Parque Eólico El Sosneado, camino a Malargüe, y el Parque Valle Solar, sumarán una vez en marcha y al máximo de su capacidad alrededor de 200 megavatios de potencia instalada. Suficiente como para
abastecer la demanda de unos 90 mil hogares, una oferta comparable a la potencia de todos los aerogeneradores que funcionan en distintos puntos de la geografía argentina, entre La Rioja y la Patagonia.
Ambas iniciativas cuentan con participación de Emesa (Empresa Mendocina de Energía SA), sea como impulsor o directamente como socio capitalista. Y son parte de la herencia que la nueva conducción provincial deberá explotar, en tiempo y forma, como la
contracara de una realidad en donde las urgencias muestran que el árbol tapa al bosque, y la planificación todavía no es prioridad uno. Ejemplos sobran. Por caso, el Ministerio
de Planificación y Servicios de la Nación acaba de contratar usinas térmicas “delivery” para reforzar la oferta de electricidad con unos 1.000 mw de potencia en más de 20 puntos críticos de abastecimiento, entre Ciudad de Buenos Aires, el conurbano, Santa Fe, Córdoba
y el NEA (Noreste Argentino). A través del programa GEED VIII, al Estado nacional ese contrato le significará desembolsar más de u$s 1.000 millones hasta 2018.
Precio rentable, un imán
Más allá de que la energía eléctrica y los recursos hidrocarburíferos puedan llegar a agotarse y así cederles obligadamente su lugar a las fuentes alternativas, que además conllevan el valor agregado de generar sin contaminar, invertir en proyectos de este tipo no sólo es una cuestión de compromiso con el medio ambiente y el futuro de nuestros
hijos. El factor negocio es determinante, y en ese tren cada contrato firmado
con Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico, con presencia de la Nación y del sector privado) resulta una bisagra para asegurarse el recupero de una inversión que sea rentable: el sistema interconectado garantiza la compra a largo plazo (15 a 20 años), a un valor unitario que ronda los u$s 100 por megavatio/hora en el caso de la eólica, pero puede superar largamente los u$s 220 cuando se trata de la fotovoltaica. Lejos de los u$s 12 de la eléctrica.
Aunque los vaivenes del mercado energético hacen que ese precio sea el punto más discutido, la variable costos de generación tiene peso propio y explica las diferentes cotizaciones. El componente equipamiento encarece la instalación de paneles solares, porque se emplean aún muchos equipos importados; así, mientras el costo eólico ronda
los u$s 2 millones, generar energía solar puede superar tranquilamente los u$s 3 millones.
En referencia a la rentabilidad del parque eólico El Sosneado, Alejandro Neme, titular de Emesa, tiene claro que en el mejor de los casos el sistema remunerará hasta u$s 105 para cubrir el costo de generación y asegurar un margen del 10%. “Seguimos perfeccionando
el contrato. Pero en este momento se necesitaría una tarifa de hasta 125 dólares para hacer más tentador el negocio al inversor que quiera explotarlo. Igual, no hay que depender sólo de lo que aporte la Nación: para eso, contar con un fondo financiado por el mismo consumo eléctrico será muy importante”, explica el funcionario (ver aparte).
Todas las hojas son del viento
A desarrollarse a unos 100 kilómetros al noroeste de San Rafael y 300 de Mendoza capital, a la vera de la ex ruta provincial 101, El Sosneado ya dio un paso trascendental: acaba de sortear la audiencia pública para la Manifestación de Impacto Ambiental, el 22 de julio.
Los próximos pasos serán, ya con el vínculo con Cammesa firmado, cerrar el esquema financiero con el socio capitalista o inversor principal, como responsable del 70% del presupuesto de u$s 110 millones.
Emesa, por su parte, deberá completar la contraparte, con capital disponible y créditos que, a criterio de Neme, “teniendo en cuenta el perfil del proyecto pueden tomarse del mercado con garantías de la coparticipación o contra el valor del mismo proyecto”.
Al comparar características del recurso eólico de la zona, surge que su potencial es comparable a la de otros parques ya en funcionamiento, como el riojano de Arauco. “Incluso puede llegar a superarlo. Es muy movilizador en cuanto a infraestructura y mano de obra, sin contar con lo que estratégicamente implica cambiar la matriz energética.
Además, con la solar, que hemos estudiadomucho, hay compatibilidad y permite
utilizar la interconexión y conversores y optimizar infraestructura y la inversión”, argumenta Emilio Guiñazú, de Impsa Wind, la unidad de negocios de la multinacional mendocina que hizo los estudios de prefactibilidad. La velocidad de viento y su regularidad
definen el factor de capacidad (cantidad de energía en función de potencia instalada). Y en eso, un parque eólico como El Sosneado se coloca, con el 50%, muy cerca de una hidroeléctrica o una central térmica. Según Guñazú, “el costo de generación energética en Argentina hoy es brutalmente alto por el uso intensivo de los hidrocarburos en la base, y en la misma proporción puede ser rentable la energía eólica como ocurre en Arauco. Dependiendo del financiamiento disponible y el retorno, resulta atractiva en estas condiciones”.
El sol cada vez más cerca
Con la certeza de una tarifa base que de movida duplica a la que podría percibir la generación eólica (cada megavatio generado por los paneles fotovoltaicos se venderá al sistema a u$s 240), los responsables de Valle Solar por estas horas corren contrarreloj. Es que cumplidos todos los trámites de Declaración de Impacto Ambiental y otras habilitaciones, la línea de largada para la obra en unpredio de 50 hectáreas que cede la
Provincia está cerca: será a mediados de setiembre.
Según el director de Sienergy Developers S.A., Luciano Masnú, “aunque los tiempos dependen de la importación de los equipos, la idea es que el parque esté listo antes de que termine el año 2016”. A pesar de las demoras previsibles dados los controles vigentes, su socio, Flavio Arjona, considera que “pensar en un año como plazo de ejecución resulta plausible, teniendo en cuenta que los paneles solares vienen de China y otros
componentes como los inversores de corriente de distintos orígenes”.
A partir de un presupuesto inicial de u$s 50 millones, el complejo fotovoltaico que funcionará en el Parque Industrial de Luján será construido por Distrocuyo, la firma que transporta energía desde el sistema interconectado nacional a las distribuidoras, y promete una potencia equivalente a una de las centrales del dique Potrerillos.
Y si bien la composición accionaria, que alcanzaba a la fábrica española de paneles Himin, se modificó al punto de incluir aportes de generadoras e incluso un fondo de inversión,
Masnú cree que la tarifa diferencial pactada con Cammesa de u$s 240 por megavatio generado “acelerará los tiempos de recupero de la inversión, que sería muy difícil con los valores actuales de la energía convencional.
Además, Mendoza es una zona óptima para producir energía solar por el tiempo de radiación diaria, ya que con 4 horas y media diarias está unos grados por debajo de
Atacama, la región con mayor potencial del mundo”.
UN FONDO PAGADO POR LOS USUARIOS
Pensado como una “caja” para solventar más inversiones en materia de energía renovable, la iniciativa fue enviada por el Ejecutivo hace un tiempo a la Casa de las Leyes mendocina para su tratamiento. El proyecto para constituir el Foper (Fondo Provincial de Energías Renovables) prevé sumar un ítem extra a las facturas de los usuarios de energía eléctrica del 5% más impuestos: de la recaudación saldrían varios millones más para capitalizar a Emesa como socio eventual de futuros emprendimientos, yasí, no
depender del sistema nacional. La iniciativa está por estos días en el Senado. Con informe
favorable de la Comisión de Medio Ambiente, espera un dictamen de la Comisión de
Hacienda. Es que uno de los factores previstos en el borrador es la exención del pago de
Ingresos Brutos a los proyectos que ayude a financiar.
EL SOSNEADO, EN NÚMEROS
U$s 100 millones es la inversión prevista
50 a 150 megavatios llegará la potencia en 3 etapas
75 aerogeneradores de 2 mw cada uno
75.000 familias podrá abastecer
750 megavatios es la generación prevista
U$s 110/megavatio es el precio de venta al mercado
VALLE SOLAR, EN NÚMEROS
U$s 50 millones de inversión prevista
20 megavatios de potencia instalada
50 hectáreas de superficie total cubrirán los paneles
35.600 megavatios de generación
15 mil viviendas podría abastecer
U$s 240/megavatio es lo que pagará el sistema interconectado nacional
8 a 12 meses el plazo previsto de ejecución
120 puestos de trabajo contemplados en la obra
IMPSA SE POSICIONA PARA EL SOSNEADO
El contrato entre Impsa Wind y el Gobierno mendocino para diseñar el proyecto y encarar los estudios de prefactibilidad incluyó una cláusula de “mejora de oferta” que lo posiciona
como ejecutor al momento de licitar El Sosneado. En otras palabras, ante la propuesta más conveniente que se+ presente, Impsa tiene la ventaja de poder superarla para licitar.
Al respecto, Emilio Guiñazú, actual director comercial de Impsa, se entusiasma con la posibilidad. “Sin dudas está en los planes de Impsa postularse para ejecutar El Sosneado.
Venimos invirtiendo fuerte en proyectos eólicos en el país y el exterior. Después de los tiempos difíciles que le tocó atravesar a la compañía, ojalá podamos hacerlo con
financiamiento propio. En ese sentido es importante poder igualar la mejor oferta; habiendo competido más de una vez con empresas europeas y asiáticas no hay porque temerle a la tasa interna de retorno de una inversión de estas características”,
completa el ejecutivo.
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