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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó una guía para combatir el cambio climático, que contiene una serie de portafolios con más de 110 intervenciones de ahorro y uso eficiente de energía.
Se enfoca en los sectores residencial, comercial, público, industrial, hidrocarburos y transporte, que pueden implementarse en el país y evitar seis mil 517 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) en los próximos 25 años.
El estudio dirigido por el doctor Jorge Islas Samperio, Coordinador del Grupo de Planeación Energética del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM, se realizó a nivel nacional por más de 40 especialistas de los institutos Mexicano del Petróleo, Investigaciones Eléctricas; Centro de Investigaciones en Ecosistemas y la Facultad de Estudios Superiores de Cuautitlán de la UNAM, así como el Centro de Transporte Sustentable de México, Universidad Iberoamericana, y diversas consultorías, entre otras.
El documento, único en su tipo, fue financiado por el Fondo de Sustentabilidad Energética SENER-CONACYT, y puede ayudar a establecer políticas públicas que reduzcan Gases de Efecto Invernadero (GEI).
De implementarse ayudaría a México a cumplir con la meta aspiracional establecida en la ley general de cambio climático, que indica que para 2020 el país debe reducir el 30 por ciento de GEI. Además para 3050 cumpliría el objetivo de disminuir 50 por ciento de GEI respecto a las emisiones del año 2000.
El también miembro de la Academia de Ingeniería de México cuenta que de implementarse las técnicas “es posible ahorrar 246 mil 580 millones de dólares en el uso de hidrocarburos en los próximos 25 años, pero se requiere de 98 mil 295 millones de dólares adicionales al escenario tendencial en los próximos 25 años”, precisa el doctor Islas Samperio.
“Por cada año se necesitan aproximadamente cuatro mil millones de dólares más de inversión, lo que es posible si se considera que, -por ejemplo- los subsidios que se dan al sector energético anualmente superan los 10 mil millones de dólares y pueden dirigirse a las partes que no está beneficiando a la población para mitigar gases de efecto invernadero”.
Por ejemplo, en el sector eléctrico se contempla el uso de la energía del biogás, geotérmica, solar, eólica, biomasa e hidroeléctricas, implementadas en áreas específicas del país donde se logre el mayor provecho de cada una.
Adicionalmente, se realizó un estudio macroeconómico que determinó que al implementar estas alternativas mejora la distribución del ingreso económico de los mexicanos e incrementa el Producto Interno Bruto de la nación.
Islas Samperio explica que en el año 2013 las emisiones alcanzaron los 36 mil millones de toneladas de CO2. “Si no se hace algo rápido llegaríamos a tener más de 40 mil millones de toneladas de emisiones y el cambio climático puede ser incontrolable. Por ello, el estudio para México contribuye a que el mundo no exceda las 450 partes por millón de emisiones de dióxido de carbono que se considera como crítico”.
Una opción que no le cuesta al país
En el análisis dirigido por Islas Samperio se estableció que el implementar estas medidas no le cuestan al país. “Lo que se necesita es inversión, una vez que se resuelva esto la mayoría de las energías renovables y el ahorro y uso eficiente se vuelven rentables y hacen que este escenario alternativo no tenga globalmente un costo”.
Al implementarse las medidas de ahorro y uso eficiente de la energía en el sector de transporte, industrial, petróleo, gas, residencial, público y comercial no existe costo sino beneficios que compensan los gastos de algunas tecnologías, finaliza el doctor Islas Samperio.