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Eólica y otras energías renovables contribuyen a la lucha contra el cambio climático.
“La verdadera seguridad energética está en las energías renovables”, dice Miguel Arias Cañete.
“El gobierno federal debe liderar con su ejemplo la lucha contra el cambio climático”, afirma Barack Obama. Y es que, en las últimas semanas, tanto EEUU como la Unión Europea han dado un paso más en sus compromisos de reducción de emisiones de CO2 de cara a las negociaciones finales de un protocolo internacional global que establezca unos objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero en París en diciembre. Y la apuesta por las energías renovables, con la eólica en un lugar destacado, está en el centro de estos compromisos.
En el Consejo Europeo de la pasada semana, la Unión Europea dio el visto bueno al concepto de Unión Energética europea, cuyas directrices principales son la descarbonización de la economía, la apuesta por las renovables, la eficiencia energética y la seguridad de suministro. De cara a las negociaciones finales en Paris sobre cambio climático, la UE presentó oficialmente la semana pasada en las Naciones Unidas su compromiso de reducir un 40% sus emisiones de CO2 para 2030 respecto a 1990.
También la pasada semana, el Comisario de Cambio Climático y Energía, Miguel Arias Cañete, en una jornada de alto nivel organizada en Bruselas sobre El liderazgo de la UE en políticas de energías renovables, definió estos recursos energéticos como el activo más importante de la UE de cara al cumplimiento de su estrategia marcada en el concepto de Unión Energética. Según el comisario, las renovables son fundamentales:
– Primero: descarbonizando nuestra economía.
– Segundo: llevando a un diseño del mercado interno que facilite la aportación renovable (y no viceversa).
– Tercero: la inversión en investigación y desarrollo en renovables hará que su despliegue sea más rápido y económico, y mantendrá la competitividad de la tecnología europea en los mercados de exportación.
– Cuarto: la eficiencia energética y las renovables han de trabajar juntas, especialmente en el consumo energético de los edificios.
– Quinto: avanzando hacia la seguridad energética mediante renovables (ya ahora ahorran a los europeos 30.000 millones al año en importaciones de combustibles fósiles, importaciones que alcanzan anualmente un valor de 400.000 millones de euros).
Hasta ahora las renovables sólo se habían valorado por su aportación medioambiental en la reducción de emisiones de CO2, y en algunos países, como Dinamarca, y Alemania, por su aportación industrial a la economía.
Pero hasta la fecha no se había hecho tanto énfasis en su aportación a la tercera pata del famoso triángulo de la sostenibilidad energética. Es decir, que a la sostenibilidad medioambiental ahora se le añade la seguridad energética. Además, al incluir a las renovables entre las opciones para asegurar la seguridad energética de Europa, la Comisión está implícitamente afirmando que las renovables son la mejor opción económica para la región, lo que ya había dejado claro en el informe reciente que publicó sobre los costes de las tecnologías renovables y las fósiles. En ese informe, al igual que en otros informes similares de IRENA, AIE, Lazard o NREL, se dice claramente, entre otras cosas, que la energía eólica terrestre ya es más barata que las convencionales en nuevas instalaciones. La energía eólica ya estaría cumpliendo con los tres paradigmas que se le piden a una tecnología energética actualmente: que no emita CO2 ni contaminantes clásicos, que reduzca la dependencia energética de un país (región), y que sea económicamente competitiva.
Eso es lo que dice también el Gobierno de EEUU, que acaba de presentar también su estrategia respecto a la energía eólica hasta 2050 bajo el título Wind visión, después de que el Presidente Obama en su discurso sobre el Estado de la Nación afirmara con orgullo que EEUU es el número 1 en energía eólica (en términos de generación).
El mensaje de este informe es claro: “Una alta penetración de energía eólica en EEUU es tecnológicamente posible, económicamente viable y conveniente para la sociedad”. Según el informe, EEUU puede alcanzar a cubrir un 35% de su consumo eléctrico con energía del viento y, según los cálculos hechos por el Departamento de Energía, no alcanzarlo significaría más contaminación, más consumo de agua, menos empleo y costes más altos de energía.
El Presidente Obama, dentro de la filosofía de liderar con el ejemplo, también ha firmado esta semana una orden presidencial ejecutiva por la que compromete al Gobierno Federal a reducir sus emisiones de CO2 (edificios y vehículos) en un 40% para 2025 respecto a 2008 y aumentar su consumo de energía renovable hasta el 30% del total. Conjuntamente con el Gobierno Federal, se han comprometido a reducir sus emisiones muchos de sus proveedores (como IBM, General Electric, Honeywell, etc).
Es cierto que EEUU parte de un nivel de emisiones per capita o por unidad de PIB mucho más alto que la UE, pero parece estar tomando medidas cada vez más ambiciosas para reducir la diferencia con Europa.
Por otra parte, a este lado del Atlántico los países de la UE en la reunión del consejo de Europa volvieron a dejar claro que el mix energético es una cuestión de soberanía nacional, en vez de intentar ver las ventajas de una verdadera Unión Energética Europea. Esta circunstancia (28 países cada uno con su estrategia energética) hace preguntarse qué capacidad real tendrá la Comisión para desarrollar las políticas necesarias para alcanzar los objetivos de clima y energía para 2020 y 2030.
Mientras, en España, no tenemos ni objetivos de energías renovables, ni inversiones en nuevas instalaciones.
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