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Con los precios del crudo por debajo de los 40 dólares el barril, y cuando a México le cuesta más extraer el petróleo, el país apuesta cada vez más por las energías renovables, en particular la eólica.
La reforma energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto y que ya dispone de todos los visos constitucionales, abre el sector a la empresa privada y al capital externo con el fin de explotar con mayor eficiencia las reservas de petróleo y gas.
Sobre todo allí donde Petróleos Mexicanos (Pemex) no dispone de la tecnología e incluso los recursos como sucede en yacimientos de aguas profundas u en otros que precisan de técnicas en manos de unos pocos consorcios extranjeros.
La propia reforma estipula cambios tecnológicos para hacer más eficiente la producción de electricidad mediante el uso de gas, lo cual abarataría los costos, incluso para los usuarios, y eliminarían miles de toneladas de dióxido de carbono que hoy se vierten a la atmósfera.
Pero México mira también hacia arriba, en particular la generación de energía eólica.
El ministro de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, anunció un plan de inversión privada de 14 mil millones de dólares, que en los próximos cuatro años tendrá como destino ampliar la infraestructura de parques eólicos mexicanos.
Las energías renovables cubren aproximadamente el 20 por ciento de la generación eléctrica en México, pero de ese monto la eólica es de apenas el dos por ciento.
«Con las nuevas inversiones planteadas, la meta es alcanzar los nueve mil 500 megavatios, y elevar hasta al ocho por ciento de la generación total de energía eléctrica», apuntó el presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, AdrianEscofet.
La estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), que hasta ahora monopolizaba la comercialización de la energía, también aumentará sus inversiones en energía eólica en tres mil 500 millones de dólares para la construcción de ocho parques eólicos.
«México tiene un gran potencial de energía renovable, las condiciones climatológicas y ubicación geográfica lo convierten en un país privilegiado», aseguró Enrique Ochoa, director de CFE.
De acuerdo al estudio El potencial eólico en México, del director de estrategia en el sector de energía e infraestructura de PricewaterhouseCoopers (PwC), Eduardo Reyes, la instalación de capacidad de esa energía renovable crecerá cada año debido a las mejoras en la eficiencia, pues existe un potencial de alcanzar hasta 20 mil megavatios.
El inicio de algunos de estos proyectos ha provocado protestas por su impacto medioambiental y disputas por la propiedad de los terrenos. El titular de Energía quiso salir al paso y subrayó que «los cambios en la Constitución para abrir el sector energético obligan a las autoridades a realizar consultas con las comunidades indígenas cuando un proyecto energético planee instalarse en sus terrenos».
Acciona, Iberdrola y Gamesa, de capital español, entre otras, así como la Comisión Federal de Electricidad ya tienen listo su portafolio de proyectos para los próximos años.
Las empresas españolas cuentan con filiales en México, sin embargo tras la reforma energética tendrán la oportunidad de comercializar la electricidad que generan, una actividad que era exclusiva de la estatal CFE.
El presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólicaafirma que si todos estos planes se cumplen, al final del sexenio de mandato del presidente Peña Nieto México tendrá instalada una capacidad de generación eólica casi cuatro veces más que la actual.
Oaxaca, Tamaulipas y Coahuila son los estados donde se tiene prevista la mayor capacidad instalada, pues sumarán siete mil 494 megavatios.
México sigue mirando al subsuelo, pero también levanta mástiles de generación que apuntan a vientos propulsores de desarrollo, entre otras formas de energía renovables.
Por Orlando Oramas León