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El Gobierno mexicano anuncia un plan de 14.000 millones de dólares (11.800 millones de euros) para aumentar la presencia de las energías renovables en el mapa eléctrico de México.
La reforma energética con la que México pretende revolucionar el escenario de los hidrocarburos a golpe de inversión privada tiene reservada un apartado especial para las energías verdes. Un puñado de empresas españolas, punteras en el sector de las renovables y con presencia ya en el país, colaborarán en el objetivo confeso de reducir la dependencia petrolera de México y rebajar la factura de la electricidad. El ministro de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, anunció este lunes un plan de inversión privada de 14.000 millones de dólares (11.800 millones de euros) que en los próximos cuatro años tendrá como destino ampliar la infraestructura de parques eólicos mexicanos. Iberdrola, Gamesa y Acciona, invitados al acto de presentación del plan, aportarán hasta 9.000 millones de dólares (7.600 millones de euros).
Las energías renovables supusieron el año pasado apenas el 20% de la generación de total de electricidad en el país. Y la porción de la tarta que corresponde a la eólica es de poco más del 2%. La producción de electricidad en el país está dominada por el combustóleo –una destilación del crudo– y la constante merma de la producción durante los últimos 10 años amenaza la sostenibilidad del sistema. “Con las nuevas inversiones planteadas, la meta es alcanzar los 9.500 megavatios, y elevar hasta al 8% de la generación total de energía eléctrica”, apuntó el presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, Adrian Escofet.
Al igual que en la agenda ideada para revitalizar el bombeo de petróleo, el plan cuenta con la palanca pública. La estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), que hasta ahora monopolizaba la comercialización de la energía, también aumentará sus inversiones en energía eólica en 3.500 millones de dólares para la construcción de ocho parques eólicos. “México tiene un gran potencial de energía renovable, las condiciones climatológicas y ubicación geográfica lo convierten en un país privilegiado”, mencionó Enrique Ochoa, director de CFE.
“La inversión de Iberdrola en México podría alcanzar hasta 5.000 millones de dólares”, apuntó Álvaro Portellano, jefe de asuntos regulatorios de la compañía. El monto total de la multinacional española incluye las diversas oportunidades energéticas que el marco de la reforma pueda generar: tanto en renovables como en hidrocarburos. Iberdrola es el segundo productor de electricidad en México (5.200 megavatios) y posee ya instalaciones eólicas en construcción en Oaxaca, Baja California, Nuevo León, Puebla y Coahuila.
El inicio de algunos de estos proyectos ha provocado protestas por su impacto medioambiental y disputas por la propiedad de los terrenos. Joaquín Coldwell quiso salir al paso y subrayó que “los cambios en la Constitución para abrir el sector energético obligan a las autoridades a realizar consultas con las comunidades indígenas cuando un proyecto energético planee instalarse en sus terrenos”. Entre las compañías mexicanas que también se han sumado a la llamada destaca la cotizada Industria Peñoles, con presencia también en el sector de la minería.
El director de Gamesa para México y Centroamérica, Hipólito Suárez, detalló que la empresa invertirá unos 1.500 millones de dólares en la construcción de parques eólicos y desarrollo de proveedores. Mientras que Acciona, que ya produce 2.000 megavatios, construirá tres parques e invertirá 650 millones de dólares.
El Gobierno presentó la actualización de las tarifas eléctricas al inicio del año. La CFE informó que las tarifas industriales bajaron en enero un 6,88% con respecto al mes anterior. En el caso de las tarifas domésticas la disminución fue del 2%. Los precios volverán a modificarse en febrero.
Las empresas españolas cuentan ya con filiales en México, sin embargo tras la reforma energética tendrán la oportunidad de comercializar la electricidad que generan, una actividad que era exclusiva de la estatal CFE. «El gobierno ha planteado las bases suficientemente sólidas para que compañías como la nuestra que apuestan por la energía eólica tengan todas las bases para desarrollarse», apuntó Miguel Ángel Alonso Rubio, director general de Acciona.