Más energías renovables para frenar en cambio climático y emitir menos CO2

REVE

Activistas de Greenpeace han desplegado pancartas con el mensaje «UE: las renovables son la solución» en inglés y castellano durante su tour con el buque Arctic Sunrise por las costas españolas para pedir el fin de las prospecciones de petróleo y gas en favor de las energías limpias. La organización considera clave la reunión del Consejo Europeo, en la que los líderes de los Veintiocho decidirá entre este jueves y viernes los objetivos climáticos y energéticos para 2030.

«Esta cumbre marcará el futuro para la reducción de emisiones contaminantes, el desarrollo de renovables y el ahorro de energía, por lo que será igualmente decisiva para el crecimiento económico y la independencia energética de la Unión Europea«, ha asegurado Marina Bevacqua, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace. «El Gobierno español está condicionando todo a que haya un compromiso de interconexiones europeo que permita a España exportar su excedente de electricidad al resto de Europa, pero la mejor forma de lograrlo es apoyando un objetivo ambicioso de renovables y la eficiencia energética», ha añadido.

 

Las organizaciones ecologistas no son las únicas que piden a Mariano Rajoy y a sus homólogos europeos unos objetivos ambiciosos y vinculantes de energías renovables, eficiencia y reducción de emisiones. Empresas de la talla de Unilever, Phillips, Siemens o Ikea pidieron recientemente un mayor compromiso sostenible a la Unión Europea. Así lo han hecho también UGT, CCOO y la Confederación Europea de Sindicatos o asociaciones de consumidores como Facua y OCU.

 

El buque Arctic Sunrise ha visitado en días pasados la Costa del Sol, donde el Ministerio de Medio Ambiente ya ha dado luz verde a las prospecciones que Repsol planea realizar a menos de diez kilómetros de la costa de Mijas y en la zona de mayor riesgo sísmico de España (2). Ahora se dirige a Canarias, adonde llegará mañana para continuar denunciando los proyectos de perforación en aguas profundas de esta compañía y la política energética del Gobierno central, que debe cambiar su apuesta por las prospecciones y el fracking para devolver a España su liderazgo en el desarrollo de las renovables (3).

 

Durante este tour, la organización pone sobre la mesa el informe «La recuperación económica con renovables» elaborado por la consultoría independiente Abay Analistas para Greenpeace. El documento demuestra que un avance ambicioso de las energías limpias generaría más de 3.053.000 empleos ligados a la construcción de nuevas centrales energéticas y un crecimiento anual de 2 puntos en el PIB durante los próximos quince años. Además, un modelo renovable en 2030 supondría un ahorro medio de un 34% en la factura energética de los hogares frente al año 2012. Solo en la factura de la luz el consumidor pagaría un 25% menos. Todo ello implicaría también una reducción de un 75% de los gases contaminantes en menos de 20 años (4).

 

«Una política energética sostenible para el medio ambiente lo es también para el crecimiento económico, el empleo y el ahorro en los hogares. A los líderes europeos se les agotan los argumentos para no dar el giro hacia un modelo energético basado en renovables», ha subrayado Bevacqua.

 

Un modelo renovable contribuiría notablemente a disminuir la dependencia europea del exterior. España importa un 86,2% de toda su energía del exterior, mientras que la UE depende en su conjunto en un 53% de fuentes externas para el suministro energético. Greenpeace denuncia en su informe «Atados» que los líderes europeos definen su política energética basados en las necesidades de las grandes eléctricas europeas entre las que se incluyen Iberdrola, Gas Natural y Endesa como parte de Enel, que importan la mayor parte de su energía desde fuera del Espacio Económico Europeo.

 

La organización ecologista considera completamente insuficiente la propuesta de la Comisión Europea (5) que los líderes de los Veintiocho discutirán en Bruselas a partir de esta tarde. Estos objetivos solo ayudarían a consolidar el papel de tecnologías contaminantes y peligrosas, como las nucleares y las basadas en combustibles fósiles, para las próximas décadas.

 

Greenpeace exige que la Unión Europea asuma tres objetivos vinculantes para 2030: un objetivo climático de, al menos, 55% de reducciones de emisiones internas de gases de efecto invernadero (comparadas con 1990), una presencia de energías renovables de un 45% en el mix energético y un ahorro energético mediante la eficiencia del 40% (comparado con 2005).