Marchas por las energías renovables para evitar el cambio climático y el CO2

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Proponen un impulso a la transición, gestionada por el sector público, hacia fuentes de energía renovables como la eólica, la energía solar, la geotérmica y la mareomotriz y piden evitar el «transporte innecesario» de mercancías a través del fomento de la producción, agricultura y consumo basados en la comunidad local.

Se trata de la Marcha mundial por el clima, una acción convocada con motivo de la Cumbre del Clima, que reunirá el próximo 23 de septiembre a líderes de todo el planeta en la sede central de Naciones Unidas, en Nueva York, respondiendo a la llamada del secretario general del organismo Ban Ki-moon.

En este sentido, la marcha principal, programada en la ciudad estadounidense, será secundada también en España. Así, habrá una concentración frente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) en Madrid, a la que acudirán Greenpeace y WWF, entre otras organizaciones. Por otro lado, también están previstos actos en Barcelona (Moll de la Marina), Castellón (Plaza de Santa Clara) y Soria (Paseo del Espolón).

Llas entidades involucradas piden una acción «valiente y oportuna» para impedir que las temperaturas aumenten de 2 a 6 grados antes de que concluya el siglo XXI y proponen un décalogo de medidas para evitar que «cambie dramáticamente» la vida en la Tierra «tal y como la conocemos».

En primer lugar, reclaman compromisos suscritos de forma «obligatoria e inmediata» para que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) no superen las 38 giga-toneladas hacia 2020 y conseguir así que las temperaturas no asciendan más de 1,5 grados este siglo.

Además, subrayan la necesidad de «alejarse del extractivismo de recursos» a través de la prohibición de nuevas exploraciones de fuentes de energía como el petróleo, el gas natural, el carbón o las arenas bitunominosas para que «más del 80 por ciento» de las reservas de combustibles fósiles permanezcan bajo el suelo.

Por otro lado, las organizaciones instan a las autoridades a adoptar estrategias de Cero Deshecho de residuos, así como políticas de eficiencia energética en edificios y de mejora y ampliación del transporte tanto dentro de la ciudad como entre núcleos urbanos, con un sistema «eficiente» de vías férreas.

Finalmente, expresan su oposición hacia industrias como la militar, que piden «desmantelar» para así poder dedicar los recursos ganados al impulso de la «paz verdadera». Por el contrario, reivindican el papel que pueden jugar «nuevos sectores» de la economía como los empleos climáticos o los destinados a la restauración de la naturaleza.