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Los aerogeneradores de los parques eólicos reportan a los agricultores US$ 5.400 por año por cada turbina eólica.
En la Gira de Capacitación Agrícola realizada en EEUU la delegación uruguaya visitó dos establecimientos productivos, ambos en el estado de Illinois, donde se pudo dialogar con los anfitriones, charlas que significaron para los visitantes una experiencia formidable.
Esto ocurrió en el viaje que a fines de agosto e inicios de setiembre organizaron Interagrovial –representante en Uruguay de la tecnología John Deere– y Grupo Pancho, compañía argentina que se especializa en coordinar estas actividades de capacitación.
La delegación, integrada por 27 personas, primero conoció la Chicago Board of Trade (Bolsa de Cereales), luego el Farm Progress Show, posteriormente instalaciones de John Deere (entre ellas su principal fábrica de tractores y su centro administrativo global) y establecimientos de farmers.
Soja, maíz y eólicos
A la hora de “ir a la cancha”, en el corazón agrícola de EEUU, primero se visitó a un campo donde se produce maíz y soja, pero además energía eléctrica a través de turbinas eólicas.
El establecimiento, cerca de Gibson City, tiene 400 has. Lo administra una sociedad conformada por el dueño de la tierra, un hombre ya jubilado, que involucra en el negocio el campo y el 50% de los insumos necesarios para producir maíz y soja, y tres jóvenes hermanos (no son familiares suyos) e integran al manejo el otro 50% de los insumos, la mano de obra y la maquinaria (abundante y de última generación). Ellos, además, por su cuenta cultivan en otras 400 has.
Se espera este año obtener allí un rendimiento de 13.500 kilos/ha en maíz y de 4.000 kilos/ha en soja, comentaron a El Observador.
El campo visitado, que lucía como es común en EEUU una prolijidad máxima, presentaba áreas con soja y maíz, cultivos que en armonía estaban “regados” de turbinas eólicas.
Estos campos, se indicó en una charla previa a la vista, tienen un valor en el mercado de US$ 25.000 a US$ 30.000 por ha; y no es sencillo que los haya a la venta.
En cuanto a la producción de energía, en este campo hay seis turbinas eólicas, en medio de las plantaciones. Cada una produce 1,6 MW al año. La compañía energética que las administra instaló 240 en toda la zona y paga a los productores US$ 5.400 por año por eólico. La producción contribuye al abastecimiento energético de Chicago, la tercera ciudad más grande de EEUU detrás de Nueva York y Los Ángeles.
Una curiosidad es que, dados los precios del mercado, estos productores comentaron que en la zafra pasada cobraron un seguro por un área que no pudieron sembrar a tiempo (esa asistencia del gobierno de EEUU sorprendió a los uruguayos) por lo que la renta obtenida supera en unos US$ 200/ha a la que se estima se logrará este año, cuando se pudo sembrar toda el área en una campaña “normal”.
La chacra de Erick Rund
Erick Rund es estadounidense. Sus bisabuelos llegaron a EEUU procedentes de Alemania. Nació donde hoy vive y produce, en Champaign. Está casado con María, ecuatoriana, y tiene tres hijos varones quienes le ayudan durante la siembra y la cosecha en su predio, en pleno cinturón maicero estadounidense.
Cultiva en 380 has, con 200 has de maíz, 150 de soja y 30 de miscanthus (ésto último para producir alimento animal y energía, concretamente etanol celulósico).
Erick explicó a El Observador, en su establecimiento, junto a un enorme maizal, que siembra normalmente desde el 5 de abril y la cosecha la iniciará a mediados de setiembre. En la otra mitad del año no siembra, dado que la nieve es el común denominador en su campos; en el invierno pasado la superficie de la tierra quedó 20 cms por debajo de la nieve, por lo menos.
En maíz aguarda 13.500 kilos por ha y en soja 4.000 kilos, como en el campo visitado inicialmente. Explicó que a los precios actuales, US$ 144 por tonelada de maíz, “si vendemos toda la producción a ese precio estaremos perdiendo dinero, no cubriremos el costo, pero por suerte en mi caso vendí hace un tiempo parte de la cosecha a un mejor precio, cerca de US$ 200, y eso nos dará un buen margen. Lo mismo con la soja, está a US$ 376, que dará pérdida, pero como vendí a US$ 420 una parte no me irá tan mal”. Los precios son los que había en Chicago a fines de agosto, vale aclarar.
Rund le vende el maíz a una compañía que produce alimentos para humanos, como tortillas y tacos, y la soja es 100% para venta de semilla para Pioneer. El miscanthus lo vende a ganaderos productores de pollos y pavos y también para producción energética.
En esa zona, explicó, cuando hay comercialización de campos lo usual es que la hectárea tenga un valor de unos US$ 30.000.
Dijo que una clave del éxito es la calidad de la tierra, otra disponer de la mejor genética vegetal y la mejor tecnología en maquinaria. Además, usa pocos agroquímicos. No riega, habitualmente la lluvia es suficiente. Y cuando no alcanza y los cultivos merman hay seguros accesibles que el gobierno, en coordinación con firmas privadas, establece para el caso que los rindes de los farmers no sean los adecuados.
Juan Samuelle, de su viaje a EEUU
http://www.elobservador.com.uy