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Eólica argentina Impsa reducirá su plantilla laboral

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Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa), proveedora de soluciones integrales para la generación eléctrica a partir de energías renovables, aerogeneradores, equipos para la industria de procesos y servicios ambientales, solicitó en los úlimos días permiso para iniciar un proceso que puede derivar en suspensiones y despidos de los trabajadores que emplea.

Lo hizo mediante el envío de una carta a las autoridades provinciales para que le permitan la apertura del llamado Procedimiento Laboral en base a lo que marca la Ley 24.013 y el Decreto 2072/94.
En la misiva que envió a la Comisión Nacional de Valores (CNV), argumenta las razones, asegurando que lo hace “con el objetivo de lograr la sustentabilidad del negocio, asumiendo como prioridad la continuidad de la mayoría de los puestos de trabajo, y alineado con las necesidades de producción”.

E informó que pidió “la apertura y sustanciación del Procedimiento Laboral en los términos regulados por la Ley 24.013 y el Decreto 2072/94, con citación e intervención de la asociación sindical correspondiente ante la Subsecretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Provincia de Mendoza”.

La Ley 24.013 establece que antes de comunicar despidos o suspensiones “por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas”, se debe solicitar la apertura de un procedimiento de crisis “en los casos que afecten a más del 15% de los trabajadores en empresas de menos de 400 trabajadores; a más del 10% en empresas de entre 400 y 1.000 operarios; y a más del 5% en empresas de más de 1.000 trabajadores”.
Escenario negativo
Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) señalaron que la empresa hace un año que viene acarreando inconvenientes financieros y que en lo que va del 2014 ya se han despedido cerca de cien trabajadores.
En la provincia, Impsa cuenta con dos plantas (una en Godoy Cruz y la otra en el carril Rodríguez Peña) en las cuales trabajan entre 350 y 400 empleados en total. Actualmente, es una de las diez empresas multilatinas más importantes del mundo, con centros de producción en Malasia, Brasil y Mendoza.
Fuentes del mercado estimaron que el escenario negativo que sufre el grupo se nutre a varias razones. Una es que muchas de las obras energéticas que se le habían adjudicado luego fueron derivadas hacia otros grupos, de origen chino en algunos casos.
Una vez Enrique Pescarmona, titular del grupo, dijo: “hace 10 años le vendíamos a China grúas de puerto, le enseñamos a fabricarla. Hoy China es uno de los principales fabricantes de grúas del mundo”.
Se mencionan los casos de Chihuidos, Cóndor Cliff y Añacuá en el sur del país. Obras hidroeléctricas frenadas, sin presupuesto, así como otras obras nucleares que tampoco terminan de arrancar, forman parte de este combo de problemas que afectan su ecuación económico-financiera.
También la actualidad de los parques eólicos, cuyo avance se han ralentizado lo suficiente como para sumar otro foco.
Incluso Impsa Wind, la empresa del Grupo Pescarmona que se dedica a la energía eólica, está efectuando mediciones en Mendoza cerca del río Barrancas, junto al límite de Neuquén, para instalar allí un parque eólico que comenzaría a generar energía a partir de 2015.

Deudas de Brasil y Venezuela
El grupo tampoco tiene chances de equilibrar la inestabilidad local con sus negocios en Brasil. La obligación de contar con un socio local del país vecino y de construir plantas le impide usar parte de sus establecimientos y personal argentinos para los planes en el mayor mercado del Mercosur.
En Brasil, el grupo mendocino reclama por la vía legal una deuda al gobierno de aquel país por unos 350 millones de reales que data de hace tres años, por distintas emprendimientos hidroeléctricos y eólicos.
Además, sufre retraso por el pago de obras realizadas en Venezuela y Ecuador. La gestión chavista habría generado una mora con Impsa de unos U$S 2000 millones.
Como antecedente también se puede recordar que en junio pasado debió postergar el pago de Obligaciones Negociables (ON) clase VIII y IX emitidas en pesos y dólares. En ese momento, adujo “demoras de carácter administrativo”. Y luego de una semana pagó. En septiembre próximo debe cumplir con el pago de otra serie de títulos.

Así las cosas, la recesión, la inflación, la caída del consumo, la devaluación, la incertidumbre que el default provoca entre los inversores internacionales, la situación económica de países como Venezuela y Brasil, una serie de medidas políticas consideradas “equivocadas” y que generan incertidumbre son algunas razones para justificar esta inesperada fotografía de la llamada “la empresa emblema de Mendoza”.

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