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El gobierno cubano desarrolla programas para impulsar el aprovechamiento de las fuentes de energías renovables, como parte de una política dirigida a fomentar alternativas energéticas ante los altos precios del petróleo.
Fuentes oficiales señalan que el 5 por ciento de la energía en Cuba se obtiene a partir de fuentes renovables, y de este, casi el 90 por ciento proviene de la agroindustria azucarera.
El vicepresidente de la institución Cubasolar, Julio Torres, destacó esta semana en La Habana el dinamismo de estas fuentes en la nación caribeña.
Al subrayar la importancia de la energía proveniente de la agroindustria azucarera, Torres resaltó que no lacera el medioambiente.
Explicó que para aumentar su uso es necesario aumentar la producción de caña en el país, además de asumir un cambio tecnológico en los centrales azucareros.
La energía hidráulica, la eólica y la fotovoltaica, por ese orden, completan el panorama de las principales fuentes renovables del país, siendo la segunda la fuente más «dinámica» en la actualidad.
En la utilización de fuentes renovables –señaló el especialista–la energía eólica se encuentra en un «buen momento».
Durante los últimos años en Cuba se han construido dos plantas de potencial eólico, varios parques de ese tipo en la Isla de la Juventud y Gibara y ahora se construye uno en Las Tunas con más de 30 megawatts de capacidad una vez concluido.
El uso de la energía eólica en la producción de electricidad constituye una de las tareas que impulsa Cuba como parte de la Revolución Energética iniciada en 2004 con el propósito fundamental de ahorrar petróleo.
Ese tipo de energía, que exhibe un incremento significativo a nivel mundial, no contamina, frena el agotamiento de combustibles fósiles y contribuye a evitar el cambio climático.
Cuba realiza investigaciones en unos 30 sitios de su territorio para evaluar el potencial de los vientos que pudiera permitirle la creación de nuevos emplazamientos de aerogeneradores.
Se calcula que la mayor isla de las Antillas podría producir entre 5.000 y 14.000 megawatts a partir del viento, con mayores posibilidades en la zona centro-oriental, desde la provincia de Ciego de Avila hasta Guantánamo.
Los beneficios de esa fuente energética son muy conocidos y aplicados en países como España, Alemania, Holanda y China, entre otros.
La energía fotovoltaica también está «empezando a despegar»–apuntó Torres– en la ínsula, donde en 2013 se inauguraron dos importantes centrales de energía solar en el centro del país, con más de 19.300 paneles en conjunto.
Expertos locales insisten en que, ante el alza de los precios de los combustibles fósiles y las perspectivas de agotamiento en un futuro cercano, es preciso recurrir a las alternativas energéticas más económicas y menos nocivas para el entorno.
Para fomentar un trabajo educativo y de divulgación sobre el tema en el país quedó constituido el Grupo de Trabajo de Energías Renovables, una coordinación entre la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) y Cubasolar.
También se lanzó la convocatoria del XI Taller Internacional Cubasolar 2014, programado del 21 al 25 de abril en el balneario de Varadero –140 kilómetros al Este de La Habana–, para impulsar la construcción de un sistema energético solar sostenible.
Cubasolar es una institución de la sociedad civil cubana que tiene como objetivo promover el uso de las fuentes renovables de energía en sustitución de no renovables y contaminantes, el ahorro, la eficiencia y el respeto ambiental haciendo énfasis en la labor educativa.
Durante los últimos cinco años, Cuba ha producido anualmente unos cuatro millones de toneladas del crudo, cifra que cubre la mitad de la demanda nacional, pero tiene un alto contenido de azufre que lo hace muy viscoso e imposible de refinar en plantas comunes.
El resto del consumo del país lo importa desde Venezuela con facilidades de pago, mientras prosigue la búsqueda de petróleo en sus aguas del Golfo de México, pero hasta ahora todas las perforaciones han sido fallidas.
