Energías renovables en Guantánamo: eólica y energía solar fotovoltaica

REVE

Un estudio sobre el balance de las energías renovables en Guantánamo figura entre las ponencias que  representará a la provincia en el Taller Internacional Cubasolar 2014, previsto para celebrarse en Varadero, en abril próximo.
Esa organización no gubernamental cubana tiene como objeto la promoción de las fuentes energéticas renovables y el respeto ambiental, y su filial guantanamera fue la auspiciadora del taller que sesionó hoy en esta ciudad, con expertos de diversas ramas y de la delegación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Junto al mencionado estudio  representarán a Guantánamo en la cita nacional la titulada Parque fotovoltaico Santa Teresa. Retos de una inversión, y un compendio de trabajos presentado por especialistas del Centro de Investigaciones Aplicadas para el Desarrollo Sostenible (CATEDES).
CATEDES, institución científica local única de su tipo en el país, ha tenido participación relevante en el aprovechamiento de los menguados recursos de la franja costera sur del territorio, la zona del país con menos precipitaciones y con mayor fragilidad en sus ecosistemas.
La siembra y procesamiento industrial del Árbol de Nim y de la Jatropha curcas (Piñón botija), plantas que se adaptan a los suelos del único semidesierto cubano, a la vez que lo protegen, constituyen uno de los logros más importantes de la comunidad científica del territorio.
El Doctor en Ciencias Antonio Rodríguez Oruña, Miembro de Honor de Cubasolar y presidente del tribunal del taller provincial, subrayó que la veintena de investigaciones aportadas sugieren, directa o indirectamente, la necesidad de un desarrollo energético sostenible en el extremo oriental del archipiélago.
A principios de la pasada década de los 80, el territorio fue precursor en la instalación de digestores de biogás y el de mayor aporte a la red nacional eléctrica, mediante la hidroenergía.
En la provincia llegaron a funcionar alrededor de 70 micro, mini y pequeñas centrales hidroeléctricas, y fue reconocida nacionalmente por el empleo de sus pequeños y medianos saltos de agua, con el fin de abastecer comunidades intrincadas, desvinculadas del Sistema Electroenergético Nacional.
A pesar de que sucesivos fenómenos atmosféricos destruyeron muchas de esas instalaciones, ubicadas en zonas inhóspitas y de difícil acceso, la Unidad Empresarial de Base de Hidroenergía echó a andar nuevamente la mayoría, encabezada por la pequeña central hidroeléctrica del Guaso, erigida al pie de ese río en la segunda década de la anterior centuria.