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Estados Unidos proyecta que el tamaño del mercado de los equipos y servicios vinculados con las energías renovables se disparará para alcanzar los US$27.164 millones hacia el 2020, cantidad 12 veces mayor al tamaño del mercado el año pasado.
El auge previsible de la industria de la energía renovable en México dependerá ampliamente de tecnologías extranjeras, importaciones de equipos y servicios, así como de inversiones privadas, que se multiplicarán en los próximos siete años, estimó el Departamento de Comercio de Estados Unidos (DOC, por su sigla en inglés).
El gobierno estadounidense recomendó a sus empresas participar en este sector en México, impulsado por la reforma energética y los programas gubernamentales; planteó que si bien hay pocos incentivos como para la depreciación acelerada, algunos inversionistas prefieren evitar esa cuestión y asegurar una competencia limpia en un campo parejo.
Por ley, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está obligada a producir electricidad al más bajo costo posible, considerando la óptima estabilidad, seguridad y calidad del servicio público.
“Esto puede actuar como un desincentivo para que la CFE se dedique agresivamente a la producción de energías renovables”, indicó el DOC en un informe.
De hecho, el gobierno de Estados Unidos proyecta que el tamaño del mercado de los equipos y servicios vinculados con las energías renovables se disparará para alcanzar los US$27.164 millones hacia el 2020, cantidad 12 veces mayor al tamaño del mercado el año pasado, cuando apenas habría superado los US$2.000 millones.
De manera paralela, el gobierno estadounidense pronosticó que las importaciones mexicanas de equipos y servicios vinculados con las energías renovables aumentarán 23 veces en los próximos siete años, disparándose hasta US$17.371 millones.
Para efectos comparativos, ese monto es más del doble de las actuales importaciones mexicanas de autos, que bordearon US$8.500 millones en 2013.
La Secretaría de Energía de México fijó la meta de que 35% de la energía generada en el país provenga de fuentes limpias en el 2026 y el DOC informó que la reforma energética indica en parte a ayudar a cumplir ese objetivo.
Las compras externas abarcan desde compuertas, cables y turbinas, hasta hélices y torres para la industria eólica, paneles solares y calderas de vapor de agua, así como motores, transformadores y generadores eléctricos, entre otros implementos y accesorios.
Crecen importaciones. Según la Secretaría de Energía, México importó productos y servicios relacionados con energías renovables por un valor de US$614 millones en 2012 y, de acuerdo con proyecciones del DOC, el monto escaló 16,3% en el 2013.
“El mercado de México ofrece grandes oportunidades para los exportadores de Estados Unidos, dada la proximidad, la ausencia de aranceles en el comercio entre ambos países y la insuficiente capacidad manufacturera que tiene actualmente la industria mexicana en el sector de energías renovables”, adujo el DOC.
La paraestatal CFE controla 63,7% de la capacidad total de energía eléctrica en México, un porcentaje que ha disminuido conforme productores independientes y otros jugadores han realizado inversiones.
Hasta diciembre de 2012, el gobierno mexicano había otorgado 157 permisos al sector privado para generar energía renovable con una capacidad de 5.002 megavatios, de los cuales 1.942 estaban en operación.
“México está dentro de un selecto grupo de cinco países con atractivo para exportar equipos y servicios relacionados con las energías renovables desde Estados Unidos”, indicó el DOC.