Energías renovables: 2.304 MW de potencia termosolar en España, por Luis Crespo

REVE

En 2013 se conectaron a la red las últimas siete centrales de energía termosolar de 50 MW que figuraban en el Registro de Preasignación de Retribución, con las que se alcanzan los 2.304 MW de potencia instalada.

Este es el resultado final del proceso de apoyo a la implantación de centrales termosolares comerciales en nuestro país. En 2013 se conectaron a la red las últimas siete centrales de 50 MW que figuraban en el Registro de Preasignación de Retribución, con las que se alcanzan los 2.304 MW de potencia instalada. Este total proviene de  27 centrales  de tecnología cilindro parabólica sin almacenamiento y 17 con almacenamiento, dos corresponden a torres de vapor saturado de 10 y 20 MW, respectivamente, una a una torre de 20 MW con receptor de sales y gran capacidad de almacenamiento, dos son de tecnología Fresnel con vapor saturado de 1,4 y 30 MW, respectivamente y otra de cilindro parabólica hibridada con biomasa de 22,5 MW.

La tecnología termosolar ha sido recurrentemente utilizada durante 2013 por las compañías eléctricas como elemento de alarma ante un déficit tarifario del  que no ha tenido ninguna responsabilidad. Una gran compañía eléctrica que tenía una docena de centrales termosolares en promoción, pero que no fue capaz de presentar los requisitos exigidos en el RDL6/2009 para su preasignación, abanderó desde entonces una intensa campaña para quitar el posible valor de mercado de estas centrales, pidiendo incluso que se paralizaran las centrales termosolares en construcción.

En 2013, durante los cinco meses centrales del año, las termosolares han suministrado una media del 3% de la demanda eléctrica del país. En ciertos momentos de junio y julio alcanzaron una cuota superior al 7% y, viendo las curvas diarias de producción, puede observarse lo bien que encajan con las curvas diarias de la demanda. Asimismo, analizando las curvas de producción en escalas mensuales puede apreciarse lo repetitiva y predecible que es la tecnología termosolar, cuyas centrales funcionan sin incidencias que señalar, proporcionando electricidad de forma fiable y gestionable.

Una vez alcanzada la estación de destino, con esos 2.304 MW instalados, las primas equivalentes de las centrales termosolares serán mucho menos de la mitad de lo que las alarmistas e interesadas fuentes del sector eléctrico anunciaban y, en cualquier caso, inferiores al 3% de los costes del sistema eléctrico. Además, la termosolar será  la cuarta en el ranking de los apoyos a la generación eléctrica del Régimen Especial, con menos de la mitad de primas que cualquiera de las otras tres tecnologías que la preceden, incluida la cogeneración.

El apoyo a la tecnología termosolar ha sido una acertada decisión de política energética, industrial y económica para nuestro país. Comparadas con las primas recibidas hasta ahora, las contribuciones de la termosolar al PIB desde 2007, las aportaciones fiscales de empresas y trabajadores del sector, los subsidios de desempleo evitados y los ahorros de combustible y derechos de CO2, superan en varias veces dichas primas. Durante los años de construcción de las centrales crearon unos 25.000  empleos directos. Ahora, a partir de 2014,  se contará con el personal de operación y mantenimiento,  con el dedicado a la I+D y a la promoción exterior, que representará cerca de 5.000 empleos.

Las centrales termosolares hubieran podido constituir, y lo han hecho en cierta medida, ese motor industrial capaz de contribuir a la convergencia económica de regiones como Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia. En su día, las localizaciones industriales apoyadas en decisiones políticas miraron hacia otras regiones del norte del país. Las centrales termosolares hubieran podido corregir este desequilibrio si se hubiera continuado con una política de apoyo que, en estos momentos, requeriría de primas sensiblemente inferiores.

El apoyo a la termosolar en nuestro país ha dado como resultado el que las empresas españolas lideren internacionalmente esta tecnología. En el año 2013, hemos tenido la satisfacción de ver como nuestras empresas ganaban importantes  concursos en países como Sudáfrica o Marruecos y como en Estados Unidos e inauguraban la mayor central termosolar del mundo, de 280 MW de potencia, promovida y construida por una de ellas.

Hasta ahora hemos visto como otras tecnologías de menor coste, pero no gestionables, se han implantado en gran volumen, fundamentalmente en Europa y otros países desarrollados, en donde existe suficiente capacidad de respaldo con fuentes convencionales. Sin embargo, cuando se vaya produciendo el cierre por obsolescencia de las centrales convencionales, la gestionabilidad será un elemento esencial de las incorporaciones de potencia al mix energético. Esto ya es un requisito imprescindible en países en vías de desarrollo, en los que la potencia instalada se multiplicará por dos o por tres en los próximos 10 ó 15 años y en donde las inversiones en generación no gestionable tienen necesariamente que complementarse con inversiones en centrales de ciclo combinado, lo que sitúa a la tecnología termosolar como completamente competitiva.

Estamos, por tanto, ante una oportunidad histórica e irrepetible para nuestro país, líder en una tecnología como la termosolar, que será imprescindible a nivel mundial en un horizonte no muy lejano. Sin embargo, las recientes medidas adoptadas en un plazo de menos de un año desde la Ley 15/2012, que han reducido en más de 1/3 los ingresos de las centrales, están poniendo en peligro a esta industria clave. La nueva Reforma del sector eléctrico no contiene, por ahora, más que incertidumbres en la remuneración a estas centrales. Confiemos en que, cuando se conozcan los detalles, no tengamos que lamentar el que se hayan cercenado definitivamente estas expectativas.

Luis Crespo, Secretario General de Protermosolar

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