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La tecnología eólica no es algo nuevo, pero su generalización ha permitido que se abaraten sus costos. Además, el Gobierno Federal ha cambiado su legislación recientemente para permitir la generación de energía con fines de autoconsumo y para venderla a la Comisión Federal de Electricidad.
Con gran interés hemos seguido muchos coahuilenses las noticias sobre las inversiones millonarias para la generación de energía eléctrica a través del viento, que empresas mexicanas y extranjeras han proyectado para éste y los próximos años.
El modelo es el siguiente: cualquier persona podría producir electricidad y usarla inmediatamente en sus viviendas o empresas, pero si se genera más electricidad, se puede «inyectar» esa producción a la red eléctrica y luego usar esa misma cantidad de energía en el mismo lugar o en otro, si se paga una cuota por el uso de la red de transmisión.
Las empresas han visto con muy buenos ojos este mecanismo y ya han instalado parques eólicos en distintas partes del país. Tradicionalmente Oaxaca ha sido el lugar más recurrido, pero ahora son muchas otras las entidades que reconocen el beneficio económico del establecimiento de estas centrales de energía.
Coahuila tiene un potencial eólico impresionante. Hay lugares en cada región del Estado que ya están siendo estudiadas para determinar las alturas más propicias de las torres, el tipo más adecuado de generador, la envergadura máxima de las aspas que podrían ser instaladas. Además, la población de las comunidades rurales circundantes de estas zonas ha visto con muy buenos ojos la inminente llegada de estas inversiones.
No es para menos. Hay comunidades rurales literalmente aisladas del desarrollo estatal. Los ejidatarios tienen miles de hectáreas en zonas pedregosas y semiáridas, en cerros y sin posibilidad alguna de obtener un beneficio directo de ellas que se traduzca en un mejoramiento en su calidad de vida.
La población de esas comunidades se encuentra ya ilusionada por la llegada de inversiones extranjeras que se traducirán en ingresos por la renta de sus tierras, por el empleo para su gente, y por las comisiones que se les pagarán por cada megawatt producido.
Ahora bien, toda acción humana, toda construcción, todo proyecto productivo tiene un impacto ambiental. Sería ingenuo considerar que existe alguna actividad humana ambientalmente neutra. Es aquí donde el gobierno interviene y debe conciliar las necesidades humanas y la capacidad del ecosistema circundante y las comunidades para absorber los impactos.
Ante un Estudio de Impacto Ambiental que las empresas que pretendan establecerse en un lugar determinado realizan, el gobierno determinará si sus acciones, sus propuestas para mitigar el impacto, sus beneficios a gran escala, son congruentes con los principios del desarrollo sustentable.
La mayoría de los especialistas considera que el mayor problema que enfrenta la humanidad hoy en día es el calentamiento global. Esto para Coahuila es muy importante, porque el principal combustible fósil que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero es el carbón. Al quemar carbón se emite más CO2 que al quemar petróleo, gas, o cualquier otro combustible fósil.
Por si esto fuera poco, al quemar carbón se emiten grandes cantidades de metano, el cual contribuye 25 veces más que el CO2 en el calentamiento de la atmósfera.
Por esto, en cierto sentido Coahuila tiene un compromiso moral con la introducción de inversiones en energías verdes. Después de todo Coahuila es el Estado donde más carbón se quema en todo el país.
Frente a argumentos como que muchas aves mueren por chocar contra las torres de los aerogeneradores, hay que considerar que en realidad el calentamiento global es la principal amenaza que enfrentan las diversas especies de animales del planeta.
Las empresas deben ser, sin embargo, obligadas siempre a acatar las normatividades ambientales con respecto a la protección de la flora y fauna de un lugar determinado. Se pueden implementar programas compensatorios directamente en beneficio de la fauna y flora de los lugares donde los parques eólicos se instalarán, promoviendo el adecuado manejo del agua, la recomposición de los suelos e incluso instaurando áreas para la reproducción y cuidado de especies vulnerables.
Existen muchos caminos por los cuales se pueden y se deben conciliar las diferentes visiones sobre el cuidado ambiental en un lugar determinado, pero el éxito de esos caminos depende del trabajo en conjunto de sociedad civil, empresarios y gobierno.
Si en Coahuila esos tres sectores trabajan en equipo, se obtendrá la mayor de las ventajas ante el inmenso potencial eólico que poseemos.
ROLANDO ELIZONDO ARREOLA, http://www.eldiariodecoahuila.com.mx