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“A España le puede pasar con la eólica como a Finlandia con su principal fabricante de móviles: si se descuida, puede pasar de ser un líder mundial a que las empresas caigan en manos de otros”, señala Polo.
Luis Polo, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), ha afirmado hoy que lo que la reforma energética ha puesto en juego, entre otras cosas, “es la tecnología eólica española”. Polo, que pronunció el discurso de inauguración de las Jornadas Técnicas que AEE celebra hoy y mañana en Zaragoza, en el marco de Wind PowerExpo, señaló que, “si la reforma energética en tramitación sale adelante tal y como ha sido formulada, el impacto para nuestro sector será desproporcionado y las empresas sufrirán una cascada de problemas financieros, nuevos cierres de fábricas y destrucción de empleo”. Además, España perderá la ventaja competitiva que supone ser líder mundial en tecnología eólica (es el quinto país del mundo en patentes eólicas) porque “las empresas dejarán de invertir en I+D y los ingenieros formados en la Universidad española, cuyo talento y saber hacer es demandado en todo el mundo, tendrán que emigrar”, de modo que serán otros países que sí apuesten por la eólica los que se aprovechen de la formación de “nuestros excelentes profesionales”.
Aunque existen aún elevadas incertidumbres sobre el nuevo marco regulatorio (las empresas desconocen la retribución que percibirán a partir del próximo año los más de mil parques eólicos que hay en España), lo que impide calcular con exactitud el impacto económico para el sector, el director general de AEE aseguró que “la eólica es la tecnología más afectada por el nuevo marco regulatorio. La reforma trata al sector eólico, que no es culpable del déficit de tarifa, de una forma tremendamente injusta. Las medidas, claramente discriminatorias y retroactivas, cambian las reglas del juego para todas nuestras inversiones”. Y añadió que “todas aquellas empresas que en los últimos 20 años han invertido más de 25.000 millones de euros en este sector, muchas de ellas en momentos en los que la eólica era aún una promesa, se enfrentan ahora a un escenario en el que no saben si podrán siquiera hacer frente a sus deudas”.
Según Polo, “a España le puede pasar con la eólica como a Finlandia con su principal fabricante de móviles: si se descuida, puede pasar de ser un líder mundial en el sector eólico a que las empresas caigan en manos de otros por una mala gestión de la situación. Sólo que en este caso la culpa no será de las empresas, que se han limitado a cumplir escrupulosamente la regulación vigente en cada momento”.
No obstante, AEE cree que aún se podría resolver la situación, “si el Gobierno escuchase al sector y trabajase conjuntamente con nosotros para llegar a una solución satisfactoria para todos. Nuestra asociación siempre le ha tendido la mano al Gobierno para el diálogo y la negociación y así seguirá haciéndolo”. Polo añadió una advertencia: “No nos temblará la mano para defender los intereses del sector si el Gobierno no nos escucha”.
Marina Sevilla, Directora General de Energía y Minas del Gobierno de Aragón, ha intervenido a continuación y ha destacado que España ha sido pionera y un “ejemplo mundial” en energía eólica. Sobre el momento actual, pidió que “no nos quedemos mirando la leche derramada y pensemos en el futuro”. Sevilla aseguró que “nos preocupa que la reforma se aleje del principio rector de empresa eficiente” y expresó su esperanza de que la futura norma “sea sometida a un amplio plazo de información”.
La directora general afirmó que el Gobierno de Aragón, que siempre vela por el interés de su territorio, “apuesta por la eólica porque genera valor añadido”. Y no dudó en señalar que “se debe apostar por la eólica”, entre otras cosas, porque los records de producción alcanzados en los últimos meses (la eólica fue la primera fuente de generación eléctrica de España durante un semestre completo) están al alcance de muy pocas tecnologías.