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XEMC New Energy, fabricante chino de aerogenerdotes, es el principal accionista del emprendimiento eólico destinado a la construcción de la central eólica en Reta.
La permanencia de Nicolás Ambrosius en China se extendió unos veinte días. Se trató de un viaje muy particular por la posibilidad de convivir, no como turista sino en carácter de invitado y en contacto directo con la cultura del país asiático, que tiene aproximadamente 1.400.000 habitantes. Desde el lunes 13 de mayo desarrolló una intensa agenda de reuniones especialmente en la ciudad de Xiantang, provincia de Hunan, donde tiene su fábrica de aerogeneradores la empresa XEMC New Energy. Es la principal accionista del emprendimiento eólico destinado a la construcción del parque eólico en Reta. Mediante el proyecto, CELTA -más allá de ser un accionista minoritario- podrá alcanzar un posicionamiento importante en el mercado de las «energías limpias», no contaminantes.
Las diferencias con la Argentina son evidentes, propias de la historia y de características que le otorgan un perfil muy distinto a cada lugar. Acompañaron a Ambrosius el gerente del proyecto en nuestro país, el abogado Leandro Peyceré, y los ingenieros Jorge Bekestein y Gogo Castro Cisneros. En China se sumó la licenciada en Comercio Exterior y traductora Sofía Zhou. La historia de Sofía resume un aspecto cultural de una nación organizada y estructurada. Residió cinco años en nuestro país y hace pocos meses regresó a su patria. Con 30 años de edad, parece en su caso imponerse el mandato familiar de establecer un noviazgo, casarse y tener un hijo. Hay detrás una expectativa de los padres, que esperan con ansias disfrutar de su nieto. El control de natalidad es estricto. Por eso las familias suelen tener no más de un hijo. «Los matrimonios cuidan a ese nene o nena como un tesoro, y ni hablar de los abuelos, son cuatro para un nieto. La familia es muy valorada, la base de todo desarrollo humano», indica Ambrosius. Claro que es posible concebir dos o más hijos, pero el Estado toma medidas ante el incumplimiento; «si alguno de los integrantes del matrimonio tiene un empleo público, lo pierde». Los define como «personas muy pacíficas, humildes, hospitalarios». Se percibe que está muy incorporada la cultura del trabajo. «Tienen una semana por año de vacaciones y es como que les da vergüenza cuando descansan -explica-. Admiran de occidente la capacidad de disfrute. Y creo que nosotros tenemos que valorar muchas cosas de ellos como el respeto por los mayores». El cuidado del tiempo queda de manifiesto en las comidas. «Comen y se van. Nosotros un almuerzo o una cena las utilizamos para una sobremesa», comenta. A partir de sus vivencias, afirma que «son protocolares casi por demás. Estuvimos veinte días juntos prácticamente y no se despegaron de nosotros. Se desviven porque no te falte nada». La barrera idiomática es notoria en «la China más profunda», en el interior del país, mientras que en las ciudades más cosmopolitas hay posibilidades de comunicarse. «Es una limitación que no incidió tanto entre la gente con la cual nosotros nos movíamos», puntualiza Ambrosius.
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Hunan es una provincia muy emblemática, el lugar donde nació el líder revolucionario Mao Tse Tung (1893-1976). «Sentó las bases de un cambio en la matriz de producción -destaca-. Hizo que China en cuarenta años pasara de que en sus calles transitaran carros y bicicletas, a tener la terminal más grande del planeta de Audi». Luego de dejar en claro que opina «desde la visión de un simple ciudadano», observa que «practican un comunismo que se ha ido aggiornando. Me fascinó China, un país con tanta cantidad de habitantes que no hace mucho tiempo estaba sumido en un régimen absolutamente cerrado y pasó a ser la segunda o pronto la principal economía del mundo». Quizás uno de los rasgos sobresalientes es la seguridad. Han logrado un crecimiento con inclusión económica. En este sentido, afirma que «las clases más postergadas son las que viven en el campo, es un trabajo muy sacrificado, todo a mano. El clima es bastante bravo, con muchísima amplitud térmica; en verano hacen 40 grados y en invierno el registro llega a 10 grados bajo cero. Nosotros fuimos en primavera y las temperaturas máximas era de alrededor de 30 grados». Se registra movilidad social todos los años, cuando «unos 50 millones de chinos pasan del campo a la ciudad. Tienen un departamento nuevo que el Estado o una empresa se los vende a pagar a treinta años, así como la posibilidad de adquirir un autito también a largo plazo. A lo mejor al principio les toca barrer autopistas, pero tienen ese tarea y están contentos, porque ven una mejoría». Por supuesto, un sector de la población «cuenta con muchísimo dinero», lo que genera un contraste. Pero las clases más humildes poseen igualmente un buen nivel de vida. El transporte es la expresión del desarrollo. Ambrosius cubrió en tren 1350 kilómetros, en un viaje de Beijing a Shangai, en cinco horas. En ese lapso, la formación se detuvo cuatro veces. La limpieza caracteriza a los espacios públicos y las estaciones de trenes son un ejemplo claro, sin papeles tirados y con condiciones que demuestran una actitud de cuidado por parte de los usuarios. Como contrapartida, el grado de contaminación es elevado. «Fue lo más feo que vi. Están preocupados y ocupados en revertir de alguna manera esa situación; plantan árboles, flores, intentan purificar el aire. Y después van mutando la matriz energética, que en buena medida actualmente tiene como base al carbón».
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La fábrica ubicada en Xiantang «es prácticamente como una ciudad», subraya Ambrosius. XEMC New Energy se encuentra «abriendo un camino» en energía eólica, área en la que incursiona desde hace cinco años. No exagera, porque la empresa cuenta con «la fábrica de motores eléctricos más grande del mundo. Después se han especializado, hacen locomotoras y vagones de ferrocarril, y camiones para la minería». Fue fundada por Mao Tse Tung. Allí se desempeñan unos 15.000 empleados y aproximadamente la mitad son mujeres. Señala que «si bien la cultura de ellos es que la mujer está como en un segundo plano, va cambiando rápidamente, se está occidentalizando mucho. Creo que tienen muy presente que deben incluir a todos en el sistema». El embajador argentino en Beijing, Gustavo Martino, recibió a Ambrosius en una reunión muy cordial. «Me hizo sentir que eramos amigos de toda la vida. Tenerlo como aliado del proyecto es muy importante», sostiene. Las condiciones, de acuerdo a lo que entiende, son propicias. «Sentimos que estamos en un momento muy bueno, con viento de cola. Argentina y China están cada vez afianzando más sus lazos comerciales, hace poquito tuvimos la visita de las máximas autoridades políticas de China en la Argentina. Y tiempo antes de que nosotros llegaramos viajó hacia allí una misión de la Cámara de Diputados de la Nación, encabezada por Julián Domínguez, con legisladores de diversos partidos», enumera. Está previsto que en los últimos días de julio arribe una delegación de XEMC New Energy a la Argentina. Será la oportunidad de mostrar reciprocidad ante tantas atenciones. Es que en octubre debe comenzar la obra para instalar cincuenta molinos eólicos en Reta. Ambrosius describe los plazos, que consisten en «16 meses para incorporar veinte molinos y otros seis meses adicionales para completar con los restantes 30». Dice con entusiasmo que «estamos en tiempo de descuento» y manifiesta que «será muy importante para Tres Arroyos convertirse en exportador de energía. Estratégicamente lo posiciona muy bien». La llegada de empresarios será una oportunidad para aprender un poco más de la cultura china. Lejana a nuestras costumbres y muy interesante. Una mano que se extiende como símbolo de entendimiento, para un proyecto que pronto empezará a ser una realidad.