Termosolar y energías renovables: dos años de Gemasolar. En concreto, la región cuenta con 6.025 megavatios (MW) de potencia eléctrica renovable, siendo la tecnología eólica, con más de 3.320 MW, la que más aporta. Le sigue la energía solar termoeléctrica, con más de 947 MW, y la solar fotovoltaica, con más de 856 MW. Las energías renovables suponen ya el 38% de la potencia eléctrica total en Andalucía, mientras que hace sólo cinco años era del 13%, según datos publicados por la Agencia Andaluza de la Energía, entidad adscrita a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Las energías renovables se obtienen de fuentes naturales inagotables y producen calor, electricidad y energía para el transporte y se obtienen, entre otros sistemas por la instalación en de placas solares en Córdoba y Sevilla fundamentalmente. El avance de Andalucía hacia un desarrollo energético sostenible hacen podamos considerar el sector como estratégico para la economía andaluza, ya que implica a cerca de 1.400 empresas. Una actividad que acumula además experiencia en investigación y liderazgo tecnológico, que ha permitido que actualmente Andalucía sea referente en esta materia. En este sentido, Andalucía es la primera región de Europa con centrales termo solares en funcionamiento, con más de 947 MW distribuidos en 23 centrales (dos experimentales), que abastecen a una población equivalente de 477.000 hogares y evitan más de 757.000 toneladas de CO2 anuales a la atmósfera. No obstante, la energía solar no se ha impuesto aún a las fuentes energéticas no renovables porque todavía el coste de producción tras I+D+I sigue resultando más caro que el consumo de combustibles fósiles. Por ello, continúan haciéndose estudios e investigaciones a nivel mundial que permitan avanzar en el abaratamiento de los costes. En este sentido, los investigadores y técnicos que trabajan en un nuevo tipo de célula solar, hecha de un material considerablemente más barato de obtener, la perovskita y que podría generar tanta energía como las células solares básicas actuales.

La Junta reclama el marco estatal de apoyo a las energías renovables, como la termosolar y la eólica

REVE

Andalucía está a la cabeza de España en la energía solar térmica de baja temperatura, termosolar y biomasa, así como en capacidad de producción de biocarburantes. Andalucía también destaca en fotovoltaica (segundo puesto) y eólica (cuarto).

También es la primera región de Europa en  energía termosolar (el pasado año comenzaron a operar cinco nuevos  complejos) y cuenta con el 61% de la potencia total instalada de esta  tecnología en España.

 

Las termosolares andaluzas abastecen en 2013 a una  población equivalente de 428.000 hogares y evitan la emisión de más de  727.000 toneladas anuales de dióxido de carbono, equivalentes a retirar  460.000 vehículos de la circulación.

 

El   Gobierno andaluz propone al Ministerio de Industria impulsar en España   el modelo que ha permitido el liderazgo andaluz en energías renovables.

El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y  Empleo, Antonio Ávila, ha presentado al Consejo de Gobierno un informe  sobre las propuestas que la Junta de Andalucía ha trasladado al  Ministerio de Industria, Energía y Turismo en relación con la reforma  del sector energético que actualmente prepara el Gobierno central. La  Administración autonómica reclama fundamentalmente la recuperación de un  marco de estabilidad y seguridad jurídica tanto para la confianza de  los inversores como para el desarrollo de las tecnologías más  beneficiosas, con el fin de rebajar la dependencia energética de España.

La propuesta andaluza se dirige a fomentar una  política energética capaz de garantizar precios competitivos y seguridad  en el suministro, además de afrontar con éxito los retos  medioambientales marcados por la Unión Europea. En relación con ello, la  Junta recuerda que este tipo de política ha sido decisivo en el  liderazgo alcanzado por Andalucía tanto en eficiencia energética como en  aprovechamiento de las fuentes renovables. A juicio del Gobierno  andaluz, es imprescindible mantener un marco claro de medidas de apoyo a  estos dos objetivos, además de una regulación estable para reactivar  las inversiones en tecnologías innovadoras y ajustar el mercado  eléctrico a la realidad actual.
Respecto a la eficiencia y a las renovables, la  Junta solicita asegurar un 20% de ahorro energético para 2020 a través  de iniciativas de eliminación de barreras y fomento de la rentabilidad  de las tecnologías dirigidas a propiciar su mayor participación en el  ‘mix’ de abastecimiento energético, sin generar deficiencias en el  sistema y de una forma paulatina, viable y ordenada.

 

El Gobierno andaluz subraya la necesidad de  recuperar los proyectos de ahorro y eficiencia que hasta el pasado año  venían realizando conjuntamente la Administración central y las  comunidades autónomas en forma de planes de acción. En la misma línea,  propone un sistema retributivo suficiente para garantizar una  rentabilidad mínima de las plantas y favorecer especialmente a aquellas  tecnologías que aprovechen recursos autóctonos de forma masiva y  representen mayores oportunidades en términos socioeconómicos y  ambientales. Este modelo incluiría fórmulas de subasta a la baja con  cupones de potencia anuales para cada tipo de ellas.
De igual modo, la Junta aboga por regular las  condiciones administrativas, técnicas y económicas de la denominada  generación eléctrica distribuida, frente al actual modelo concentrado en  grandes instalaciones como centrales térmicas y parques eólicos. El  objetivo es permitir la venta de los excedentes del autoconsumo y  ampliar así el número de puntos de producción. De este modo, los  ciudadanos, empresas y administraciones que generan su propia energía  (por ejemplo a través de instalaciones solares) podrían compensar los  saldos de manera instantánea o diferida y volcar a la red lo que  consuman.
Renovables
A juicio del Gobierno andaluz, también es  preciso recuperar los programas anuales que la Administración central  desarrollaba en colaboración con las comunidades autónomas para el  cumplimiento del Plan de Energías Renovables 2011-2020. Entre otras  previsiones, este documento de planificación estatal consigna 180  millones de euros hasta 2020 a los objetivos de eliminar las barreras  para el aprovechamiento de la biomasa en usos finales térmicos; regular a  nivel nacional el etiquetado sobre caracterización de la biomasa, e  impulsar la energía solar térmica más allá de su uso en edificios.
En relación con el ajuste del mercado eléctrico a  la realidad actual, el Gobierno andaluz considera necesario plantear en  España medidas estratégicas a largo plazo para garantizar la  estabilidad y la seguridad del sistema, disminuir la dependencia  energética del exterior y alcanzar unos precios de la energía  competitivos. Las principales reclamaciones en este ámbito pasan por  hacer transparente la estructura de costes e ingresos; revisar el modelo  de fijación de precios, costes regulados y fiscalidad aplicada a la  generación; diseñar un modelo de mercado eléctrico en el que cada planta  obtenga un precio justo por la electricidad que genere, e impulsar  medidas de protección a los consumidores domésticos no reduciendo la  potencia para disfrutar de la Tarifa de Último Recurso (TUR).
Finalmente, para la reactivación de inversiones  en tecnologías innovadoras, la Junta propone recuperar la estabilidad  del marco regulador y contar con la iniciativa privada como agente  fundamental, en un modelo de colaboración público–privada.
En este sentido, el Gobierno andaluz recuerda  que la supresión en 2012 de los incentivos estatales a las empresas del  sector, supone, sólo en Andalucía, dejar en el aire casi 12.000 millones  de inversiones previstas en nuevas instalaciones, que podrían generar  más de 38.000 empleos directos y 4.300 MW adicionales de potencia. En  2013 las empresas se han visto nuevamente penalizadas por tres normas  estatales que modifican los regímenes fiscales y tarifarios, y que  fueron recurridas en marzo por la Junta al entender que ignoran las  peculiaridades de un sector cuyos proyectos exigen un sobreesfuerzo  inversor y tecnológico, además de quebrar el desembolso que las firmas  realizaron al confiar en un marco regulador estable y muy distinto.

 


Liderazgo nacional
El desarrollo de las políticas cuya continuidad  reclama ahora la Junta ha permitido implantar en Andalucía un sistema  eficiente y basado en la creciente participación de las fuentes  renovables. Entre 2008 y 2012 la comunidad redujo su intensidad  energética primaria, es decir, para generar la misma riqueza emplea  ahora un 4% menos de energía.
Andalucía ha alcanzado posiciones de liderazgo  nacional en el aprovechamiento de las renovables, que actualmente  aportan el 38% de toda la potencia eléctrica y el 33,5% de la  electricidad que se consume en la región, frente al 6,6% de 2006. En  relación con el consumo de energía primaria, la aportación de estas  tecnologías representa el 15,8% (4,6 puntos por encima de la media  española), lo que ha contribuido a reducir en un 42% las emisiones de  dióxido de carbono por cada unidad de generación eléctrica producida en  los once primeros años de la década. El sector de las renovables cuenta  en la comunidad con 1.400 empresas que emplean a casi 45.000 personas y  han movilizado unas inversiones de más de 11.000 millones de euros.
Por tipos de tecnologías, Andalucía ha superado  los objetivos planteados por la planificación energética de la Junta  para este año en termosolar (947,50 MW frente a los 800 previstos);  solar fotovoltaica (855,33 MW frente a 400 MW); biogás térmico (que  duplica las tres kilotoneladas equivalentes de petróleo –Ktep– fijadas  inicialmente); biomasa (257,48 MW frente a 256 MW) y biogás para  generación eléctrica (26,27 MW para una meta de 20,10 MW). Igualmente,  se ha conseguido el 99% del objetivo para la energía hidroeléctrica  (617,28 MW) y el 98% para la biomasa térmica (635,20 MW).

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