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La capacidad eólica instalada en Latinoamérica creció 53,8% en 2010 y alcanzó poco más de 2GW en total, según un informe del Consejo Internacional de Energía Eólica (GWEC en inglés).
Las inversiones en energías renovables se redujeron de 302.300 millones de dólares en 2011 a 268.700 millones en 2012, lo que representa una caída del 11%, pero en los países de Latinoamérica ascendieron hasta un aproximado de 9,7 mil millones de dólares. El año pasado China se consolidó como el líder mundial de las energías renovables, con una inversión de 67.700 millones de dólares, 50% más que en 2011.
La energía limpia y renovable proviene del sol, las olas y mareas, el viento, la materia orgánica y otras distintas a las fuentes fósiles. El mercado mundial de las energías renovables crece de manera sostenida desde comienzos del siglo XXI, principalmente en países asiáticos y latinoamericanos.
Hasta el año 2010 los países de la región incrementaron en 703 MW su capacidad de generación de energía eólica, a la cabeza de Brasil que poseía la mayor capacidad instalada con 931 MW en funcionamiento, seguido de México (517 MW), Chile (172 MW) y Costa Rica (123 MW).
En 2010 Centroamérica produjo 40.386,3 GWh, el 64,8% aportado por fuentes renovables, destacó el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). El secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) Victorio Oxilia proclamó entonces que la matriz energética de América Latina era la más limpia del mundo.
También en 2010 las energías renovables representaron el 12,4% del consumo total de la Unión Europea (UE), un incremento del 0,7% respecto a 2009, informó la oficina de estadísticas Eurostat. En 2009 la UE se había comprometido a elevar hasta el 20% la participación de las fuentes renovables en el consumo global del bloque. En el periodo 2006-2010, los mayores incrementos de energías limpias se reportaron en Estonia (del 16,1 al 22,2%), Suecia (del 42,7 al 47,9%) y Dinamarca (del 16,5 al 22,2%), y los menores Luxemburgo (2,8%), Reino Unido (3,2%) y Holanda (3,8%).
Un estudio de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) revela que las inversiones globales en energías renovables disminuyeron de 302.300 millones de dólares en 2011 a 268.700 millones en 2012, un bajón del 11% atribuido principalmente a la reducción de inversiones en Estados Unidos y Europa. A pesar de ello, 2012 fue el segundo mejor año en cuanto a inversiones en energías verdes, las cuales se multiplicaron por cinco en comparación con las ejecutadas en 2004, relievó el director de BNEF Michael Liebreich.
El año pasado se registraron considerables reducciones en los flujos de inversión en energías renovables en España (68%), Italia (51%), India (44%), Francia (35%), Estados Unidos (32%), Alemania (27%) y Reino Unido (17%). En el polo opuesto, China, Sudáfrica y Japón incrementaron significativamente sus inyecciones de capital en el sector.
En 2012 China se consolidó como líder indiscutible de la industria energética alternativa con una inversión de 67.700 millones de dólares, 50% más que en 2011. Sudáfrica destinó 5.500 millones y Japón 16.300 millones dólares, 75% más que un año antes.
Un informe de la ONG norteamericana Pew’s Clean Energy Program destaca que el centro de gravedad para las inversiones se ha trasladado desde mercados tradicionales del Occidente hacia los emergentes del Oriente. Prueba de ello es que las inversiones en Asia y Oceanía aumentaron 16% en 2012 (101 mil millones de dólares) y esa región se convirtió en destino principal por primera ocasión.
El año pasado China desplazó a Estados Unidos y Europa en la atracción de inversiones para el desarrollo de energías amigables con el medio ambiente, con un total de 65.100 millones de dólares, 20% más que en 2011, según un reporte del Pew’s Charitable Trust.
Estados Unidos, líder mundial en 2011, bajó al segundo lugar en 2012 con 35.600 millones de dólares de inversión, 37% menos que el año anterior, y Alemania ocupó la tercera posición con 22.800 millones de dólares, 27% menos que en 2011. En Japón los negocios de energía verde crecieron 75% gracias a los esfuerzos de sus autoridades para desarrollar fuentes alternativas de energía luego del desastre en la planta nuclear de Fukushima Daiichi en 2011.
En la actualidad China concentra el 30% de todas las inversiones en energías verdes de las naciones del G20. En 2012 agregó 23 gigawatts de capacidad a su red de generación eléctrica, y el 25% de toda la energía generada ya no depende del petróleo.
Por otro lado, las inversiones en energía limpia en Latinoamericana aumentaron 127% en 2012 hasta los 4,6 mil millones de dólares, sin contar los desembolsos de Brasil, informó el Consejo Latinoamericano y Caribeño de Energía Renovable. IHS Emerging Energy Research prevé que Latinoamérica tendrá una capacidad instalada total de 46 gigavatios en 2025, concentrados en Brasil (31,6 gigavatios).
El año pasado Brasil lideró las inversiones en energía limpia con más de 5.171 millones de dólares, seguido de México (1.998,5 millones) y Chile (1.018,3 millones de dólares). Más atrás aparecen Uruguay Perú (643 millones de dólares) y Uruguay (105 millones), que en 2011 generó casi el 50% de la electricidad con energías eólica, biomasa, biocombustibles y solar.
En Bolivia, el gobierno de Evo Morales invirtió alrededor de 185 millones de dólares en estudios y proyectos de generación de electricidad entre 2006 y 2010, y tiene previsto invertir otros 1.000 millones de dólares en el próximo quinquenio. La matriz energética boliviana actual tiene como fuentes principales la termoelectricidad (58,9%), la hidroelectricidad (39,3%) y la biomasa (1,7%), según la Política de Energías Alternativas para el Sector Eléctrico en el Estado Plurinacional de Bolivia.
El Programa de Electricidad para Vivir con Dignidad (PEVD) del Ministerio de Hidrocarburos y Energía benefició con energía eléctrica a 5.566 familias de 59 comunidades del área rural a través del uso de energías alternativas mixtas solar y eólica, en el marco del programa Euro Solar que funciona en el país desde 2008 con una inversión de 33 millones de bolivianos, 80% financiados por la UE, 15% por el Tesoro General de la Nación y 5% de contrapartes locales.
Los Centros Euro Solar instalados en Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca, Oruro y Potosí son equipados con un panel solar y un generador eólico, cinco computadoras portátiles, una impresora multifunción, un equipo de telefonía IP, un potabilizador de agua, un pararrayos y una antena satelital para acceder a Internet, entre otros equipos.
El FMI recomienda una reforma mundial de los subsidios energéticos
La Agencia Internacional de Energía estima necesario invertir al menos 10 billones de dólares hasta 2035 para incorporar 5.900 gigavatios de generación adicional, al menos el 50% de fuentes renovables. La Agencia prevé que la demanda de energía en América Latina aumentará en 50% para 2030, debido al incremento del transporte privado y a los cambios en el uso de suelos. En la próxima década, la región requerirá un aumento de 26% de su capacidad instalada de generación de energía para satisfacer un crecimiento económico anual proyectado de hasta 6%.
El estudio Energy Subsidy Reform – Lessons and Implications del Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que los subsidios a energéticos fósiles (desde el carbón hasta la gasolina) ascienden a la exorbitante suma de 1,9 mil millones de dólares a escala mundial, equivalentes al 2,5% del PIB global o al 8% de los ingresos públicos.
Al presentar el estudio en el Peterson Institute for International Economics en Washington, el primer subdirector gerente del FMI David Lipton dijo que si bien los subsidios buscan beneficiar a los consumidores, a menudo son ineficientes y “podrían ser reemplazados con mejores métodos para proteger a los sectores más vulnerables de la población”.
Según Lipton, el estudio del FMI demuestra que “20 países mantienen subsidios energéticos pre impositivos que superan el 5% del PIB, y en algunos países la carga fiscal de los subsidios a la energía está adquiriendo tales dimensiones que los déficits presupuestarios están tornándose inmanejables y amenazan la estabilidad de la economía”.
Lipton resaltó que los subsidios energéticos también refuerzan la desigualdad porque benefician principalmente a los grupos de ingresos más altos, que son los mayores consumidores de energía. “En promedio, el 20% más rico de los hogares en los países de ingreso bajo y mediano se beneficia del 43% de los subsidios a los combustibles”, explicó.
Por otro lado, el funcionario recalcó que “los subsidios agravan el cambio climático y empeoran la contaminación y la congestión locales”. Según el estudio del FMI, al eliminar los subsidios pre impositivos las emisiones mundiales de CO2 se reducirían entre 1% y 2%, lo cual de por sí representa un importante primer paso hacia la reducción de las emisiones, ya que permite cumplir entre un 15% y 30% de la meta fijada en el Acuerdo Copenhague.
“La eliminación de los subsidios impositivos a la energía daría lugar a disminuciones aún más significativas de las emisiones de CO2 en unos 4.500 millones de toneladas, es decir una reducción de 13%”, aseguró Lipton.
En ese marco, el funcionario del FMI planteó que “la reforma de los subsidios a la energía puede propiciar una asignación más eficiente de los recursos”, mientras que la eliminación de los mismos puede “reforzar los incentivos para investigación y desarrollo de tecnologías alternativas y de ahorro de energía”.