Eólica en Somalia: aerogeneradores para suministrar electricidad a precios más baratos

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También se crearon estaciones para medir el viento en distintas partes del país, con el fin de ofrecerle información a inversores sobre el potencial eólico del país.

Una turbina eólica, situada a unos 20 kilómetros de la capital de Somalilandia, se convirtió en símbolo del cambiante panorama energético local.

 

Este país independiente de facto, no reconocido por la comunidad internacional y que fuera parte de Somalia, se esfuerza para desarrollar su propia economía a pesar de su deteriorada infraestructura energética, que hace casi imposible que funcionen los negocios.

 

Se espera que este año sea sancionada la Ley de Energía Eléctrica, que constituirá el primer marco jurídico de este país africano para administrar su producción y distribución energética, con énfasis en soluciones alternativas e incluyendo la construcción de parques eólicos en cuatro ciudades.

 

«Los negocios no pueden operar a su pleno potencial, pues no hay suministro regular ni confiable de electricidad en Somalilandia. Esto está enlenteciendo la actividad económica y el desarrollo de la región», reconoció a IPS el ministro de Minería, Energía y Recursos Hídricos, Hussein Abdi Dualeh.

 

«Tenemos que buscar fuentes alternativas y renovables para revertir esta tendencia», señaló.

 

Somalilandia tiene unas de las tarifas de electricidad más altas del mundo. Mientras el resto paga entre 15 y 30 centavos de dólar en promedio por kilovatio hora, lo residentes de Hargeisa deben abonar un dólar.

 

Los altos precios y la falta de un marco de políticas energéticas bloquearon la competencia y frenaron las inversiones privadas. Los inversores tienen poca confianza en hacer ganancias a largo plazo debido a la limitada regulación.

 

Mientras, empresarios locales frecuentemente se quejan de que los altos costos de la energía dificultan su producción, y por lo tanto no pueden competir con las importaciones.

 

«Cuando gran parte de nuestros ingresos son volcados a pagar tarifas de electricidad, perdemos nuestra capacidad de competir con los productos extranjeros en el mercado local», dijo a IPS el empresario Faisil Wadani, propietario de una pequeña fábrica.

 

Las calles de Hargeisa están llenas de comercios que pagan a proveedores independientes de energía unos 10 dólares mensuales para mantener una simple bombilla de 100 vatios.

 

Tras el colapso del gobierno central de Somalia en 1991, las nuevas autoridades de Somalilandia rescataron los cables y los generadores de entre los escombros de Hargeisa para reconstruir una infraestructura que, aunque básica, pudiera abastecer de electricidad a los ciudadanos.

 

Rápidamente aparecieron proveedores independientes cuando quedó claro que el gobierno no tenía fondos para invertir en una red. Esto derivó en el surgimiento de un sistema no regulado que existe hasta hoy.

 

Mientras, la falta de apoyo gubernamental a la generación de energía llevó a los residentes más acaudalados de la capital a importar generadores a combustible diésel de Medio Oriente para dar luz a sus hogares y negocios.

 

«El gobierno maneja solo 20 por ciento del mercado de electricidad, mientras que proveedores independientes son responsables de la mayor parte de la energía», explicó Dualeh.

 

«Las tarifas de Somalilandia son muy altas debido a esta ‘red espagueti’ de proveedores independientes, en la que cada uno tiene su propia instalación con equipos anticuados», indicó.

 

Según datos del gobierno, 40 por ciento de la electricidad generada se pierde en su distribución debido a la mala infraestructura.

 

Para ayudar a redactar la Ley de Energía Eléctrica, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) trabaja estrechamente con el Ministerio de Minería, Energía y Recursos Hídricos, así como con proveedores locales y consumidores.

 

Esto ha generado un ambiente de confianza entre la comunidad empresarial.

 

«Un suministro a un precio razonable y sin interrupciones diarias incrementará mi actividad empresarial y hará que mi trabajo deje de ser una lucha diaria para la supervivencia financiera», dijo Wadani.

 

Se espera que la nueva ley estandarice la infraestructura del sector y establezca pautas de seguridad.

 

«No podemos garantizar que la nueva ley reducirá los costos, pero podemos esperar que el suministro será más eficiente», dijo a IPS el director del programa de Usaid, Suleiman Mohamed.

 

Dualeh sostuvo que las nuevas regulaciones «permitirán una distribución más eficiente, mejorarán la seguridad en el sector y traerán mayores niveles de inversiones privadas, pues generarán más confianza en el mercado».

 

Mientras, la energía eólica surge rápidamente como una fuente alternativa prometedora en Somalilandia. El gobierno se ha dado cuenta de su potencial y tiene la intención de explotarlo.

 

«Debemos considerar seriamente las fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, especialmente considerando que Somalilandia tiene más de 240 días de sol y uno de los vientos más rápidos del mundo», opinó Dualeh.

 

Con apoyo de Usaid, el gobierno construyó cinco turbinas por más de 350.000 dólares para un parque eólico proyectado cerca del Aeropuerto Internacional de Hargeisa.

 

 

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