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En el edificio de los elevadores de granos, en el puerto local, se instaló un aerogenerador a 76 metros de altura. El artefacto estará a prueba un año y ayudará a medir la posibilidad de aprovechar el recurso eólico.
La semana pasada se inauguró el primer aerogenerador instalado en un edificio de altura dentro del ejido urbano de Santa Fe. Ésta es la primera prueba piloto que se realiza en la provincia con el objetivo de testear la capacidad de generación de energía eléctrica a partir de la fuerza de los vientos.
El aparato que se instaló en el edificio de los elevadores de granos del puerto local es un Eolux de 1,2 kilovatios de potencia y fue provisto, en comodato por un año, por el empresario Juan Giacobone, titular de la empresa Giacobone División Energía. De la ceremonia participó el gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti, autoridades de la Secretaría de Estado de la Energía de la provincia, de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y del Puerto de Santa Fe, entre otros.
Consultado sobre su charla con el gobernador de la provincia, Giacobone expresó: “Agradecí a Bonfatti y a la gente de la Secretaría de Energía de la provincia por el ejemplo que están dando. Instalar un aerogenerador y testear con él el potencial del viento para poder aprovecharlo en edificios altos y, en un futuro no muy lejano poder conectarlo a la red para proveer energía, es un beneficio muy grande”.
El principal beneficio es que el viento es una fuente de energía renovable y limpia. En primera instancia se estima que el equipo generará unos 1.100 kilovatios hora año, evitándose emitir más de 0,6 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera al año.
El proyecto, originado en la Subsecretaría de Energías Renovables,a cargo de Damián Bleger, tiene como objetivo observar el comportamiento de estos equipos en función del recurso eólico local y analizar la tecnología de control automatizado que permite inyectar la energía en la red interna del edificio de los elevadores de granos del puerto local.
El control automatizado cumple con las normativas europeas de seguridad en la inyección de energía a la red pública. Por lo tanto, esta situación se evaluará durante un año con miras a la futura generación distribuida de energía eléctrica en pequeñas potencias, como ya es habitual en los países más avanzados en el tema.
Según el ingeniero René Galiano, asesor de la Secretaría de Estado de Energía, el equipo instalado en el puerto durante los primeros 20 días de pruebas primarias generó un total de 54 kilovatios hora, un
promedio de 2,7 kilovatios hora por día. Eso significaría una generación energética cercana al 50 por ciento del consumo de un hogar que demanda 300 kilovatios hora por bimestre.
Al ser consultado sobre si hay una altura mínima para la instalación de estos equipos, Galiano dijo: “Eso va a estar determinado por los estudios que se están realizando y que se van a comparar con la carta eólica local. En general, la provincia en todo su territorio tiene, a 24 metros de altura, entre cinco y cinco metros y medio por segundo de potencia de vientos. La carta eólica nacional estima para Santa Fe cinco metros por segundo a 50 metros de altura. Lo que sucede es que las ciudades se transforman en un escollo en la carrera libre que el viento puede tener sobre una llanura. Por eso el sur del país es un lugar ideal para este tipo de energía”.
“El equipo que se colocó en el puerto –agregó– está a 76 metros de altura. Los estudios que hagamos en este año nos van a permitir saber si esa es una altura aceptable o hay que elevarla un poco más. El aerogenerador se está comportando como si tuviéramos vientos de esa naturaleza, salvo los días de tormenta cuando genera mucha más energía por los fuertes vientos que hubo de forma temporal. A los 70 metros de altura en la ciudad es sinónimo de tener casi siempre vientos”.
Respecto de la superficie que se necesita para instalar un aerogenerador en un edificio, Galiano dijo: “No se puede establecer una medida estándar ya que depende de la altura de la torre que se pone arriba del edificio. En el caso del puerto el aparato está montado sobre una torre de seis metros, lo que obliga a utilizar una superficie de siete metros por siete metros para las tres riendas que sostienen la estructura.
Si la torre es más alta, los cables deben tener una base superior o se debe optar por otra estructura. Un edificio en promedio tiene 90 metros cuadrados de superficie en la terraza, por eso se puede pensar en hasta dos equipos de esta potencia”. Galiano remarcó: “Es importante este estudio porque permitirá tener un conocimiento fehaciente del recurso eólico. Luego se puede determinar a partir de los resultados el uso de tecnologías más sofisticadas como los aerogeneradores de eje vertical que son para vientos de poca velocidad y que no necesitan orientarse. El aporte de energía que generan estos equipos puede parecer menor.
Sin embargo, los beneficios de las energías renovables, como la solar y la eólica, comienzan a ser importantes cuando hay una multiplicación de dispositivos que aprovechan estos recursos naturales.
Si los resultados del proyecto son positivos, el Estado provincial puede llegar a dar el primer paso para que todos los edificios públicos de altura tengan su propio aerogenerador. Lo mismo podría suceder con las administraciones municipales de las principales ciudades de la provincia que cuentan con este tipo de construcciones.La implementación a gran escala de estos dispositivos puede significar, a largo plazo, un beneficio económico, una reducción de la presión que ejerce la demanda eléctrica sobre la red en los momentos pico y, además, un aporte al cuidado del ambiente.