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La organización ecologista recuerda que los acuerdos de Doha están lejos de las recomendaciones científicas y urge a la Unión Europea a recuperar el liderazgo climático si quiere jugar un papel importante en la negociación del acuerdo global.
Al término del plenario final de la cumbre climática de Doha (Qatar), Greenpeace ha lamentado que no se haya aprovechado la oportunidad de reformar las normas del Protocolo de Kioto para aumentar su «integridad ambiental». En este sentido, la organización ecologista ha manifestado su preocupación por la falta de liderazgo de la Unión Europea (UE), que llegó a la negociación sin una posición conjunta en temas esenciales. Esto ha posibilitado que el Protocolo de Kioto se apruebe con serias lagunas y ha debilitado claramente la posición negociadora de la UE de cara a la firma del acuerdo global en 2015.
«La UE se ha mostrado débil y dividida, y sus dificultades por resolver problemas internos la han llevado a acomodarse y definir su posición de conjunto a la baja, poniendo en riesgo la confianza de los países más vulnerables y la integridad climática del acuerdo global que debe firmarse en 2015«, ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña Cambio climático de Greenpeace.
Según la organización ecologista, los acuerdos que se han aprobado en Doha están lejos de estar a la altura de la ciencia, porque no recogen la trayectoria de reducción de emisiones que recomiendan los científicos de Naciones Unidas ni compromisos de reducción de emisiones adecuados. Tampoco se incluyen compromisos de financiación concretos a medio plazo, ni las vías por las que se van a alcanzar las cantidades comprometidas en la cumbre de Copenhague (100.000 millones de euros anuales a 2020).
Greenpeace recuerda la relación entre la falta de mitigación del cambio climático y la mayor proliferación de catástrofes como el tifón que azota estos días Filipinas y, en este sentido, lamenta que no se hayan acordado medidas más operativas para hacer frente a los daños que los países más vulnerables -y los menos responsables- están teniendo que afrontar.
La organización apunta a la debilidad de la UE como una de las causas de la falta de ambición de los acuerdos alcanzados y cita, como ejemplo, las reglas que regularán el uso de los derechos de emisión sobrantes del primer periodo de compromiso del Protocolo de Kioto. Greenpeace y más de un centenar de países pedían su cancelación al final del Protocolo de Kioto, algo que, debido a la falta de acuerdo en la UE, no se ha podido alcanzar.
Finalmente, Greenpeace ha recordado que la UE debe retomar el liderazgo climático si quiere recuperar la credibilidad de los países en desarrollo para jugar un papel relevante en la negociación del nuevo acuerdo climático internacional. Según la organización ecologista, la UE debe replantearse la forma en que está interviniendo en estas negociaciones y, si quiere volver a ser un actor clave, debe empezar por aumentar los compromisos de reducción de emisiones al 30% para 2020 y comprometerse al abandono de las subvenciones a los combustibles fósiles. Una medida, esta última, que debe aplicarse urgentemente en países como España para reducir las emisiones al tiempo que se desvían los fondos públicos europeos del problema a la solución.
«Esperemos que la intervención activa del ministro Arias Cañete y del secretario de Estado de Medio Ambiente en esta cumbre y su contacto directo con los países más vulnerables sirvan para que España se replantee su rechazo a la asunción de un compromiso europeo del 30%, así como su política energética que ha frenado las primas a las renovables y subvenciona el carbón«, ha concluido Vila.