195 países se reunen en Qatar para tomar medidas contra el cambio climático

REVE

Qatar es de los países con mayor nivel de emisiones de CO2 por habitante. ¿Está interesado este país del Golfo Pérsico en cambiar las cosas?

No cabe duda: Catar es exactamente como uno se imagina un Estado del Golfo Pérsico: caliente, polvoriento e increíblemente rico.

 Los ingresos qataríes son de los más altos del mundo, los impuestos no existen

Los acondicionadores de aire marchan a toda máquina en todos lados: en el hotel, en el taxi, en la universidad y, por supuesto, en los inmensos centros comerciales de la capital, Doha. No sorprende: el sol brilla ya a las 9 de la mañana, inclemente, en un cielo sin nubes. Y eso que noviembre, con sus 30° a la sombra, es una época fría. En el verano los 50° Celsius son normales.

Casi exclusivamente se ven pasar automóviles grandes: limosinas, pickups, monovolúmenes. A 80 kilómetros por hora atraviesan las anchas calles de Doha. Y por supuesto, los coches que esperan a sus conductores tienen el motor en marcha: el acondicionador debe mantener los 18° al interior del vehículo.

 Doha, Qatar

“Cuando los cataríes se van de vacaciones por tres meses en el verano dejan encendido el acondicionador”, comenta un extranjero que vive desde hace 17 años en Doha. No les cuesta nada, la energía es gratis para los cataríes; el agua también. “Hemos pedido al Gobierno que, por amor al medio ambiente, cobre algo por luz y agua o que por lo menos ponga un límite, pero han rechazado la propuesta”, informa un ecologista.

Las multas por velocidad han subido horrorosamente, pero no hay ningún motivo para querer ahorrar gasolina: un litro de súper cuesta 20 céntimos de euro (en Alemania entre 1,50 y 1,70). A la vez, los sueldos cataríes son de los más altos del mundo y los impuestos no existen.

Las familias cataríes tienen más automóviles que miembros, cuenta un habitante catarí y añade: “Sólo los turistas y los obreros mal pagados viajan en autobús”. En muchas calles de Doha hay flamantes carriles para bicicletas, vacíos. Incluso ver peatones es raro: los que se divisan por lo general están buscando un taxi.

Intenciones ambiciosas

El petróleo y el gas hicieron rico a Catar, un país que tiene una de las emisiones de CO2  por habitante más altas del mundo. Hasta el 2030 esto habrá cambiado, así el plan “Visión nacional 2030” que el monarca -el Emir Hamad bin Jalifa Al Thani- ha elaborado. Éste incluye un uso sostenible de los recursos, agua limpia, mayor reciclaje, construcciones con eficiencia energética y reducción de emisiones. Un papel importante deberán tener las energías renovables: la eólica y, sobre todo, la solar.

 Doha

Por lo pronto, no se nota nada de lo anterior. Un observador atento descubre sólo una instalación de energía solar en Doha; se encuentra en el tejado del centro donde tendrá lugar la conferencia sobre el clima.

¿Catar ante un gran cambio?

“¿Catar y protección al medio ambiente? Nunca”, opina un turista alemán. Benno Boer, asesor regional de la UNESCO para asuntos ecológicos, opina lo contrario: “mucho indica que están hablando en serio. En los últimos diez años han pasado muchas cosas. En los últimos cinco años se ha desarrollado la conciencia medioambiental”.

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Qatar National Convention Centre in Doha, Katar.
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No obstante, se ha desperdiciado mucho tiempo. Se ha hablado y planificado mucho y se ha hecho poco. “Catar se encuentra en una fase de transición, en donde se empieza a implementar lo planificado”, dice Boer reconociendo que se toman su tiempo.

Según Qasim Radaideh, técnico de la organización jordana EcoQ, pone como ejemplo la fábrica que deberá producir el silicio para las celdas solares. “Cuando acaben de construirla, la técnica será obsoleta”.

¿Verde por interés?

“Creo que los cataríes se han dado cuenta que así no pueden seguir y han decidio ahorrar, No tiene que ver con el medio ambiente sino con el dinero”, cuenta un hombre de negocios alemán que visita a menudo el país. En su opinión, que Catar quiera cubrir su necesidad energética con fuentes solares se debe a que quiere exportar toda su capacidad de petróleo y gas, pues los precios seguirán subiendo en la próxima década.

Autora: Brigitte Osterath/Mirra Banchón. Editor: Enrique López. http://www.dw.de/