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Nuevo y sorprendente episodio en la larga historia para que Cataluña desarrolle la energía eólica.
El nuevo mapa eólico aprobado el martes por el Govern excluye la zona del Alt Empordà de las áreas seleccionadas para acoger los futuros parques eólicos. Uno de los factores que ha podido influir en esta exclusión radica en el temor del Govern a que la designación de este emplazamiento hubiera desencadenado una oleada de protestas en las comarcas de Girona.
Todo indica que el gobierno de Artur Mas ha querido evitar así otro grave incendio político a falta de pocos días de las elecciones. En el Empordà (una de las comarcas con más recursos eólicos) continúa habiendo una fuerte resistencia a la construcción de nuevas instalaciones de energías, incluso las que fomentan fuentes limpias que mitigan el calentamiento.
El Govern comunicó ayer por sorpresa que hoy entrará en vigor el nuevo plan que designa las futuras zonas de desarrollo eólico prioritario en Catalunya. Con él, el Executiu se dota del nuevo marco legal para impulsar esta fuente de energía después de que los jueces suspendieran cautelarmente el plan que había elaborado el tripartito en junio del 2010.
El gobierno ha intentado resolver y sortear el problema creado por la anulación del anterior plan del tripartito (aprobado en junio del 2010, pero suspendido cautelarmente por los jueces al no haberse hecho una tramitación ambiental incorrecta).
El mapa eólico de CiU respeta la selección de emplazamientos que ya había para los nuevos parques eólicos; pero excluye la zona del Alt Empordà (con lo que la potencia eólica a instalar se reduce de 768 MW 589 MW). Y ¿por qué? El Departament d’Empresa argumenta que «se está a la espera de nuevos estudios jurídicos y ambientales» para determinar la situación de este área tras los incendios del verano. Una parte de la comarca, inicialmente apta para acoger parques eólicos, se vio afectada por los incendios de este verano, «y, por tanto, se debe volver a analizar la situación urbanística y ambiental de la zona para validar la idoneidad para la instalación de parques eólicos».
Las alegaciones de grupos ecologistas esgrimieron este verano que no se pueden levantar molinos de viento en una zona quemada y que esta zona debe ser protegida, mientras que otros sectores replican que la ley que prohíbe cambiar el uso del suelo tras un incendio persigue evitar urbanizaciones en ellas, no bloquear las energías renovables.
Otras fuentes del Govern indicaron que tras los incendios registrados en el Empordà es necesario repensar la actuación en la zona. «Incluso, debemos repensar la ubicación de los molinos. Pero a los alcaldes les hemos dicho que de ninguna manera es una renuncia a crear esta zona de desarrollo eólico: en ningún caso, el Empordà se queda sin parques eólicos», sentenciaron. En cualquier caso, el problema de fondo es el fuerte desacuerdo que suscita este área eólica con los grupos ecologistas.
Además, si no se aprobara la zona del Alt Empordà, se generarían nuevas incertidumbres sobre el concurso público mediante el cual ya se adjudicó la explotación de los parques eólicos, para lo cual ya se contó con todas las zonas. «Confiamos en que la aprobación definitiva de la zona del Alt Empordà se haga a corto plazo y se tramiten íntegramente todos los proyectos adjudicados a la totalidad de las zonas de desarrollo prioritario, para lograr las 768 MW más de capacidad de generación eólica», dice la Associació Eòlica de Catalunya. Al margen del nuevo marco legal, en Catalunya se tramitan parques que suman 1.000 MW.