El coche eléctrico y la carrera por el litio

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La batería de litio es el corazón del vehículo eléctrico, y de ahí la importancia de garantizar su suministro. El litio hoy es un mineral insustituible en la fabricación de baterías para los vehículos eléctricos que dominarán el mercado en el futuro. La batería representa entre 40% y 60% del valor de los coches eléctricos.

Un futuro previsible, sin petróleo, cuyas reservas se habrán agotado, según se estima, en 40 o 50 años. Para mantener en funcionamiento la economía se precisará una nueva revolución energética. Todo indica que el protagonista en el sector de los transportes será el litio.

El altiplano andino que se encuentra en la frontera entre Bolivia, Chile y Argentina –también conocido como la Puna– concentra cerca del 85% de las reservas mundiales de este metal blando. El resto está en los salares de China y Estados Unidos. En las provincias argentinas de Salta, Jujuy y Catamarca, operan ya diversas multinacionales, mineras y automotrices, en la exploración y extracción del mineral.  Buscan garantizar el libre acceso a este insumo clave. La batería representa entre 40% y 60% del valor de los vehículos eléctricos.

El noroeste argentino es una región económicamente postergada. El aporte que el “mineral de moda” pueda brindar a su desarrollo es motivo de debate. Los estados provinciales participan como socios menores de los consorcios trasnacionales. Perciben regalías del orden del 3%. Exportan carbonato de litio, un concentrado que requiere escaso desarrollo tecnológico y que tiene, por lo tanto, un bajo valor agregado. La inversión que las empresas realizan para extraer y procesar el mineral se amortiza en pocos años. La ganancia posterior con derivados es la clave del negocio.

En 2011 el Estado argentino comenzó a impulsar la fabricación local de baterías de litio. Las nuevas plantas se construyen en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca. El proyecto reúne a científicos de las universidades nacionales de La Plata, y Córdoba, la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Es financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, con el apoyo del Ministerio de Industria. Los responsables confían en abarcar la cadena productiva en su totalidad en 2014, con know how y recursos propios. Desde la extracción del mineral en la salina hasta la batería lista para la venta.

La coordinación del proyecto está a cargo de Daniel Barraco, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y físico de la Universidad de Córdoba. El pasado 4 de febrero Barraco graficó en entrevista con el diario La Nación las cifras que mueve el negocio: “La salmuera que se extrae del salar cuesta 300 dólares la tonelada. Se le concentra y se obtiene carbonato de litio al 99%, es decir de la calidad que necesitamos; eso cuesta 6 mil dólares la tonelada (…) Si llegáramos a tener litio metálico (litio puro), su valor sería de 6 mil dólares el kilogramo. Y más: las baterías para autos híbridos y eléctricos, con 10 kilogramos de carbonato de litio, cuestan entre 10 mil y 20 mil dólares. No hay nada que impida que produzcamos baterías para autos. Es un negocio más grande que el del petróleo en su momento.”

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