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La convocatoria del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para comprar energías renovables a firmas privadas superó, por mucho, las expectativas de la entidad.
Así lo evidencia el reciente concurso hecho por la entidad para adquirir 140 megavatios (MW) de electricidad producida a partir de energía eólica y minihidráulica. El espacio abierto se distribuyó en 100 MW para energía eólica y 40 MW para hidroeléctrica.
No obstante, la oferta recibida alcanzó los 360 megavatios: 284,5 MW para generación eólica y 75 MW para represas hidroeléctricas. En el primer caso, 13 compañías compiten por la cuota eólica y otras 15 lo hacen por la hídrica.
Las empresas ofrecen construir pequeños complejos eólicos de entre 9.000 y 20.000 kilovatios de potencia (kW), los cuales, en su mayoría, estarían en Guanacaste. Mientras, las generadoras a base de agua van desde pequeñas plantas de 770 kW hasta los 13.984 kW en varios puntos del país.
Las recepción de ofertas cerró el pasado 27 de agosto. La generación a base de agua y viento es más barata y menos contaminante que la producida con combustibles, como es el caso de la planta térmica Garabito del ICE.
Teófilo de la Torre explicó que muy pronto abrirán las ofertas económicas porque aún no saben en qué punto dentro de la banda de tarifas autorizadas por la Aresep, se ubican los proyectos propuestos.
La energía que estas empresas venderán al ICE en el futuro tiene precios fijados por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) este año.
Para la producción a partir de la fuerza del agua, el costo oscila entre un mínimo de $0,0798 por kWh y un máximo de $0,1363 por kWh.
Entre tanto, para la energía eólica, el mínimo es de $0,0830 por kWh y el máximo $0,1171 por kWh.
“Vamos a escoger aquellas (ofertas) que estén en la parte más baja de la banda”, dijo De la Torre.
El jerarca aseguró que si tienen éxito en este proceso, sacarán a licitación otros 60 megavatios.
Hoy, el sector privado contribuye con un 21% (512 MW) de la capacidad instalada en el país (2.450 MW). Sin embargo, la ley le permite elevar esa participación hasta un 30% de todo el potencial (735 MW).
Este concurso se da tras más de una década de suspensión de los contratos del ICE para compra de energía a nuevas plantas del sector privado.
Para Mario Alvarado, director ejecutivo de la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope), esto explica por qué se dio una respuesta tan positiva, pese a las trabas de tramitología y a la inseguridad jurídica que aún persiste para estos proyectos.
“Hubo una participación nutrida de interesados porque tenían más de 10 años de no participar y porque la generación privada es competitiva”, añadió Alvarado.
Agregó que, por ejemplo, el costo del kilovatio en la planta hidroeléctrica Pirrís oscila entre $0,21 y $0,22, muy por encima del máximo para generación privada fijado por la Autoridad Reguladora.
Lo que sigue. El camino para ver estos proyectos generando es largo. Una vez que el Instituto realice la escogencia (el mes entrante), se firmará una carta de compromiso y garantía de participación con los empresarios.
A partir de ahí, los interesados tienen un año para cumplir con todos los requisitos necesarios para desarrollar los proyectos. Esto incluye permisos ambientales, municipales y financiamiento.
Según Alvarado, los trámites son tan engorrosos que es difícil que los puedan cumplir en un año. Una vez superados estos requisitos, las partes firman los contratos y las empresas pueden empezar a desarrollar los proyectos. Se estima que la etapa constructiva de estas plantas se prolongaría entre 18 meses y 24 meses. Por tal razón, los nuevos complejos deberían estar generando en el año 2016.
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