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Aunque las energías renovables -principalmente la energía solar, la eólica y geotérmica- son consideradas una solución, todavía están envueltas en un manto de incertidumbre.
Las energías renovables emergen como la solución a la dolorosa crisis energética que afecta a Japón, donde gobierno y empresariado se enfrentan a la demanda pública de erradicar todo lo nuclear. Pero según algunos expertos, es más fácil decirlo que hacerlo.
«Las energías renovables se ven ahora como la manera de avanzar en una decisión que es fuertemente política. Pero el tema sigue siendo polémico», dijo el experto en energía Takao Kashiwage, del gubernamental Nuevo Subcomité de Energía.
Parque eólico marino en Japón ©Takeshi Ishihara
Kashiwage señaló que, aunque las energías renovables -principalmente la solar, la eólica y las pequeñas centrales hidroeléctricas y geotérmicas- son consideradas una solución, todavía están envueltas en un manto de incertidumbre, dado que dependen mucho de los caprichos de la meteorología y del apoyo público.
«Para una economía líder como la de Japón, yo estoy a favor de mantener la energía nuclear como una opción firme, aunque debemos trabajar» para reducir su proporción, dijo a IPS.
Algunas investigaciones mostraron que los molinos eólicos ubicados en costas japonesas producen una cantidad de energía que decae durante el verano, cuando los vientos no son tan fuertes, explicó. Y en invierno, cuando hay menos luz diurna, la energía solar que se genera también es menor.
Incluso la geotermia, considerada una vital inversión energética en Japón dada su abundancia de fuentes termales, enfrenta una batalla con los centros turísticos locales. La asociación de complejos vacacionales de las termas de Kusatsu, en la isla de Kyushu, anunció su oposición a desarrollar energías limpias por temor a que esos valiosos manantiales reduzcan su volumen.
Japón planea dar a conocer este mes una nueva política energética que aspira a reducir drásticamente su dependencia de la energía nuclear para 2030. La energía atómica cubre oficialmente 30 por ciento de las necesidades nacionales, proporción que cambió dado el cese temporario de 52 de los 54 reactores.
El devastador accidente nuclear en marzo de 2011 en la central de Fukushima obligó a Japón a reducir su producción de energía atómica. La alta radiación que emanó de los reactores dañados contaminó vastos tramos de tierras agrícolas, océano y ciudades, y obligó a decenas de miles de personas a abandonar el nororiente del país.
Ahora, la prueba más amarga para Japón es asegurarse un suministro eléctrico estable a partir de fuentes alternativas, para alcanzar la producción de energía nuclear que porporcionaba alrededor de un billón de megavatios por hora.
Los activistas antinucleares dicen estar determinados a seguir presionando al gobierno, para obligarlo a comprometerse a erradicar la energía atómica en la política energética de inminente divulgación.
«Las protestas cívicas deben subrayar los beneficios económicos reales de su movimiento. El desarrollo de tecnología energéticamente eficiente en Japón apoyará el desarrollo económico y también reducirá nuestra dependencia de la electricidad», dijo el profesor Masaru Kaneko, uno de los principales opositores a la energía nuclear.
El gabinete ve a la política energética como una opción entre dos escenarios. Por un lado, el de cero energía nuclear, que impulsaría a 35 por ciento las fuentes renovables, además de un aumento en el uso de los combustibles fósiles. Por otro, mantener la energía atómica, pero en un rango mucho menor, inferior a 20 por ciento.
La primera opción es rechazada por quienes promueven la energía nuclear, que alertan que el aumento en los precios de la electricidad mientras Japón importa combustibles fósiles e invierte más en nuevas redes eléctricas conducirá a menos negocios y a riesgos de seguridad en los próximos años.
La Asociación de Ejecutivos Corporativos de Japón divulgó este mes un comunicado en el que advirtió que abandonar el uso pacífico de la energía nuclear y de tecnologías relativas a ese tipo de desechos iba contra los intereses nacionales.
Según el Instituto de Investigaciones de Japón, las empresas enfrentarán costos de producción más elevados, dado que la generación de renovables es más cara.
De hecho, este mes aumentaron los precios de la electricidad, aunque levemente (menos de 10 por ciento por kilovatio/hora). No obstante, se espera que esto desaliente significativamente el crecimiento empresarial y aumente el desempleo, al tiempo de impulsar a las compañías a instalarse en el exterior.
Pero los políticos son reticentes a anunciar una solución, temerosos de un contragolpe del electorado. En una encuesta de opinión hecha por el gobierno y divulgada esta semana, casi 50 por ciento de los consultados se expresaron a favor de abolir la energía nuclear para 2030. También opinaron que, cuanto más informadas estén las personas sobre las cuestiones atómicas, más a favor estarán de reducir la dependencia atómica.
Sumio Saito, experto en energía de Wind Connect Japan, una nueva empresa que promueve las fuentes alternativas, dijo que no hay manera de volver a la energía nuclear, pero que Japón consumirá más combustibles fósiles en el corto plazo.
«Los combustibles fósiles son necesarios en este periodo de transición, mientras Japón se aparta de la energía nuclear. Esto puede verse como un ‘periodo de gracia’ en el corto plazo, pese al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que tendrá como resultado», señaló.
Como ejemplo ilustrativo del creciente compromiso de cambiar están los esfuerzos del gobierno local de Izu Oriental, un centro turístico termal ubicado en la costa de la prefectura de Shizuoka, 200 kilómetros al occidente de Tokio.
Tres molinos de viento abastecen a un tercio de los 6.300 hogares del pueblo con una energía que primero se vende a la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio.
Takumi Umehara, del gobierno local, explicó a IPS que los ingresos generados a partir de las ventas de energía eólica se usan para subsidiar paneles solares para las viviendas. El objetivo es crear conciencia entre la comunidad de que es necesario apoyar las fuentes renovables.
«Hemos descubierto que la única manera de combatir la oposición local a las energías renovables (…) es la comprensión comunitaria. Una parte importante de este proceso es brindar estudios e investigaciones que les muestren los beneficios de las renovables», dijo Umehara.
Izu Oriental también tiene planes de desarrollar energía geotérmica aprovechando las termas locales.
Izu es un pintoresco centro turísco que combina mar y montañas, y que es propenso a los terremotos. «Nuestra vulnerabilidad natural nos da más motivos para desarrollar energía segura», destacó Umehara.
Por Suvendrini Kakuchi, http://www.ipsnoticias.net/
http://www.evwind.es/2012/08/29/offshore-floating-wind-farm-starts-trial-operation-in-japan/22619/