La energía solar fotovoltaica asegura la soberanía de las poblaciones indígenas

REVE

La supervivencia de las poblaciones indígenas está estrechamente ligada a la
 capacidad de autoabastecerse de recursos básicos que ofrezcan condiciones de vida
digna e impidan el desarrollo de proyectos que puedan deteriorar el medio ambiente.
Ecooo considera que la forma más apropiada para generar electricidad en estas
comunidades es la fotovoltaica, dado que produce energía limpia que es aprovechada
por la comunidad donde se produce.

Las comunidades indígenas suelen vivir en zonas aisladas a donde la llegada de la
red eléctrica requeriría crear infraestructuras que deterioran el medioambiente. Se
considera que extender la red eléctrica a zonas que se encuentran alejadas del
último punto de conexión es más caro que generar la electricidad en el lugar donde
se consume. Además, para extender la red eléctrica hace falta construir un camino
lastrado que permita la instalación de postes, lo que genera deforestación y la
degradación del entorno debido al acceso de tráfico rodado. 

La fotovoltaica se postula como la forma de generación eléctrica más apropiada para
estas comunidades y aporta beneficios más allá de dotar a las comunidades de
soberanía energética, tal como explica Juan José del Valle, responsable del
departamento técnico de Ecooo y que, durante tres años, ha desarrollado proyectos de
dotación de fotovoltaica en poblaciones indígenas de la Amazonía ecuatoriana. 

“A través de la instalación de paneles solares, se fomenta un proceso de
participación de las comunidades que permite la implicación en un proyecto común y
el fortalecimiento de la toma de decisiones de las mismas” indica. Asimismo, fomenta
la interacción de los miembros de la comunidad por la noche. 

Del Valle considera que esta forma de generación eléctrica puede proveer de unas
condiciones básicas a la población para hacerla más habitable. “Al dotar de este
servicio básico, la comunidad se convierte en un lugar más atractivo para los
jóvenes que, de otra manera, tienden a emigrar a las ciudades” señala Del Valle. El
hecho de que una comunidad disponga de una fuente de electricidad también influye en
la educación, Del Valle es rotundo: “Hemos observado que los profesores que llegan a
zonas donde existe electricidad permanecen más tiempo”.     

Los proyectos de generación eléctrica, como las grandes hidroeléctricas requieren de
enormes cantidades de terreno y, en muchas ocasiones, las comunidades son forzadas a
abandonar sus tierras en pos de una forma de energía que beneficiará a las grandes
ciudades. En este sentido, la creación de infraestructuras de energía renovable
permite dotar de suministro eléctrico a ciudades y comunidades sin destruir el medio
ambiente. 

Para Juan José del Valle “la energía solar fotovoltaica permite a las comunidades disponer
de electricidad sin dañar el medio ambiente y sin modificar sustancialmente sus
hábitos de vida”.
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