Existe una cartera de iniciativas de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) que agregaría una capacidad de 8.749 MW, tres veces lo que contempla el proyecto HidroAysén, a través de 140 proyectos a lo largo de Chile.
El discurso a favor de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) se instaló Chile; de hecho, su despegue es uno de los pilares de la Estrategia Nacional de Energía trazada por el Gobierno. Lo que no se ha instalado son sus centrales: hoy representan sólo el 3% del Sistema Interconectado Central (SIC), aunque las perspectivas para su desarrollo son auspiciosas.
Con todo, subsisten barreras relevantes, como la variabilidad del suministro energético a lo largo del día y precios a los clientes que siguen siendo altos.
De acuerdo a cifras entregadas por el Ministerio de Energía, en la actualidad existe en todo Chile una capacidad en operación de 744 megavatios (MW), distribuidos en unas 70 centrales, equivalente a la potencia de un proyecto térmico como el rechazado Punta Alcalde, de Endesa.
De ellos, el principal aporte lo hace la biomasa, tecnología que genera 278 MW, explicado en gran parte por los desarrollos de la industria forestal en la Octava Región. Más atrás aparecen las mini hidráulica -centrales de pasada de hasta 20 MW- con una capacidad de 260 MW. La eólica cuenta con 205 MW operando, principalmente en centrales ubicadas en la Cuarta Región.
La energía solar posee sólo 1 MW en funcionamiento. Se trata de una central ubicada en Calama desarrollada por la española Solarpack destinada a abastecer algunas operaciones de la división Chuquicamata de Codelco, por lo que esta energía no es inyectada al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING). La geotermia, también considerada como renovable no convencional, carece de centrales trabajando en Chile.
Entre los desarrollos de energías renovables no convencionales operativos en el país destacan por su tamaño las centrales eólicas en la Región de Coquimbo Canela II y Totoral, con 60 MW y 46 MW de potencia, respectivamente. En el Biobío aparecen centrales a biomasa como Nueva Aldea III y Arauco, que superan los 30 MW de capacidad instalada.
Sin embargo, en los próximos años se vivirá una «revolución» en la industria de las ERNC de concretarse el portafolio de iniciativas ingresadas al Servicio de Evaluación Ambiental (SEIA).
Según información de Central Energía, los proyectos enmarcados como renovables no convencionales ascienden a 140, los que sumarían una capacidad de 8.749 MW , es decir, poco más de tres veces lo que contempla el proyecto HidroAysén.
¿Y la inversión necesaria para completar la cartera? Nada menos que 22.451 millones de dólares.
El 54% de la nueva generación sería eólica. Con las 45 iniciativas de este tipo en trámite, sumarían 4.684 MW y un desembolso de US$9.664 millones. A su vez, los proyectos solares representan el 34% de los megawatts totales, es decir, 3.276 MW que necesitarían una inversión de US$11.066 millones para concretar las 41 centrales contempladas.
La tecnología mini hidro alcanzaría 476 MW de construirse los 45 proyectos ingresados al SEIA, que totalizan US$1.112 millones.
En biomasa son ocho las iniciativas por un monto de US$429 millones para alcanzar 263 MW. En geotermia hay sólo un proyecto que generaría 50 MW con una inversión de US$180 millones.
Para el presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), Alfredo Solar, «la cantidad de proyectos que se han ido ingresando al SEIA indica que hay una respuesta importante del sector ERNC respecto a los evidentes requerimientos de energía que tiene el país».
«Hay una gran cantidad de actores que están preparando sus proyectos para poder materializarlos en el corto y mediano plazo», agrega.
Proyectos en construcción son el 6% por US$1.201 millones
Diferentes etapas viven los 140 proyectos que buscan convertirse en una realidad. En construcción, según Central Energía, existen trece, los que alcanzarían una capacidad de 564 MW, 6% de todo el portafolio. El monto llega a US$1.201 millones.
Las centrales con permisos ambientales aprobados son 82, las que representan 3.721 MW y un desembolso por parte de las compañías de US$8.647 millones. En esta etapa se concentra el 43% del potencial de generación de ERNC en el SEIA. Mientras que los proyectos en calificación son 45 y suman 4.464 MW e inversiones por US$12.603 millones.
El jefe de la División Energías Renovables del Ministerio de Energía, Carlos Barría, si bien destaca que el importante potencial de las ERNC en el país ha atraído a numerosos inversionistas, señala que la cantidad de proyectos no anticipa que la mayoría de ellos se concrete. «Uno puede decir que esta es una gran nube de proyectos, pero no necesariamente todos se van a realizar, eso dependerá de varios factores», detalla.
Antofagasta y Coquimbo, 57% de la nueva capacidad
De concretarse gran parte del plan de desarrollos energéticos no renovables, a la Región de Antofagasta le cambiaría la cara. Si actualmente posee 1 MW de ERNC, podría adicionar 3.843 MW gracias a una inversión de US$11.356 millones distribuida en 31 iniciativas.
Eso sí, hasta el momento existe un proyecto en construcción y que no deja de ser relevante: 100 MW. Los que tienen «luz verde» ambiental son 12 que adicionarían 1.003 MW, mientras que los que se encuentran en calificación son 18, equivalentes a 2.740 MW.
La Región de Coquimbo sería la otra gran captadora de inversión en energías renovables no convencionales, ya que agregaría 1.132 MW a su matriz explicado por 13 iniciativas por un costo de US$2.322 millones . Sumadas la Segunda y Cuarta llegan al 57% de la potencial nueva capacidad en ERNC.
En contraste, Aysén y Magallanes no registran proyectos enviados a tramitación ambiental.
2012 año récord: iniciativas por US$11.434 millones
Recién comienza el segundo semestre y 2012 ya se transformó, y por lejos, en histórico para las ERNC, al menos en lo referido a las iniciativas ingresadas al SEIA. Han sido enviados 35 proyectos por un monto de US$11.434 millones, inversión más cuantiosa que la suma de los dineros requeridos para ejecutar los 105 proyectos ingresados a tramitación desde 2006 a 2011.
Sin embargo la aprobación de un proyecto no significa su rápida edificación. En 2006 fueron ingresados seis, pero actualmente uno está en construcción, mientras que los otros cinco si bien recibieron el visto bueno, no registran avances.
Fortalezas y debilidades de las ERNC
Según expertos, entre los beneficios de fomentar una matriz que cuente con una mayor proporción de energías renovables está que disminuye la dependencia chilena a los mercados internacionales de hidrocarburos y su volatilidad en precios. Eso sí, no todas las ERNC son iguales.
Carlos Barría explica que cada fuente de energía posee sus virtudes y desventajas. Por ejemplo, las centrales de pasada tienen a favor que la tecnología utilizada es antigua y con costos conocidos, no obstante, presenta dificultades para conectarse a la red ya que, por lo general, los proyectos están alejados de los puntos de encuentro con el troncal de transmisión.
«Lo positivo es que en una cuenca se pueden instalar varios proyectos, donde puede existir 100 MW o más. El desafío es asociarse y optimizar la llegada al troncal a través de una línea de transmisión común», dice.
El presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Centrales Hidroeléctricas (Apemec), Pedro Matthei , afirma que el potencial mini hidro de Chile está estimado en más de 10.000 MW.
Para el solar fotovoltaico, según precisa Barría, el impedimento de altos costos ha sido matizado , llegándose en algunos países a precios inferiores a los US$ 100 MW/h. Situación similar se da en el caso de la energía eólica, donde los precios se han equiparado en algunas zonas a las termoeléctricas.
Sin embargo, apunta que para ambas tecnologías existen dificultades respecto a la firma de un contrato. «Como tienen una variabilidad en los flujos de energía (dependen del viento o sol) cuesta mucho tener contratos de suministros. Con estas energías no se puede asegurar el flujo de energía durante el día completo, lo que sí puede asegurar la termoelectricidad», añade.
Estos «obstáculos» fueron solucionados en Europa, principalmente, con respaldo de centrales a ciclo combinado (España) o una amplia interconexión entre sistemas (Dinamarca).
Qué se necesita para fomentarlas
Sobre los escollos para fomentar las ERNC, Alfredo Solar opina que «las que tienen más trabas son las energías convencionales, son más rechazadas por la ciudadanía, sufren de judicialización (…) Las ERNC no tienen muchos problemas, son socialmente aceptadas, están llegando a niveles de precios muy comparables con las convencionales y también es tema de tiempo que se vayan introduciendo, ningún tipo de energía se masifica de la noche a la mañana».
Agrega que «los grandes clientes que demandan energía, como las mineras, tienen que atreverse a contratar ERNC. Estamos viendo procesos de mineras que llegan a buenos acuerdos, ya sea de forma directa o a través de licitaciones , eso tiene que difundirse y masificarse más».
Además, dice, podrían darse mecanismos impulsados por el Estado, «a través de licitaciones o el proyecto de ley 20/20, que tenga algún sistema de estabilización de precios para ayudar a que se financien muchos más proyectos ERNC que estarían en condiciones de construirse pronto si consiguieran financiamiento».
Matthei dice que los principales obstáculos que enfrenta el sector son la falta de financiamiento y la dificultad para acceder al SIC, debido a la falta de líneas de transmisión y la necesidad de implementar la carretera eléctrica pública, «que permitirá conectar la energía generada por los proyectos mini hidro y de las demás ERNC al SIC».
El presidente de Acera apunta que en el marco regulatorio chileno, donde energías convencionales y ERNC deben competir por los contratos de largo plazo, sin tomar en cuenta ninguna particularidad especial de las características de la renovables, «resulta difícil el modelo de negocios de las ERNC y eso hace que no se instalen tan rápido como deberían».