La segunda fase del proyecto añadirá 21 turbinas eólicas a la finca, que comenzará a producir electricidad dentro de dos meses.
El parque eólico tiene importantes beneficios, y uno de ellos no solo es bueno para Puerto Rico, sino para todo el planeta: la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
El CO2, junto a otros gases, es uno de los que aporta al fenómeno llamado efecto invernadero, un evento en progreso que, según expertos, está aumentando la temperatura de la Tierra. Esto provocará eventos como el deshielo de los polos y el aumento del nivel del mar que, en su caso más crítico, inundará áreas costeras y hará desaparecer islas. Además, provocará un aumento en la frecuencia y poder de los huracanes y afectará el ciclo climático en general.
La buena noticia es que estos aerogeneradores permitirán una baja mensual de esas emisiones, debido a una menor quema de derivados de petróleo, de unas 11,000 toneladas métricas de CO2. El cálculo se basa en el promedio, en kilovatios al mes que consume una familia boricua promedio (850 kilovatios) y la cantidad de residencias que la finca de turbinas eólicas sería capaz de atender, unas 25,000 casas.
Este proyecto de la empresa Pattern Energy, junto a otras iniciativas similares ya encaminadas, permitirá que en los próximos años el 7% de la producción energética del país provenga de energías renovables, explicó Luis Bernal, jefe de la Administración de Asuntos Energéticos (AAE). Actualmente, apenas el .3% de la energía se produce por fuentes hidroeléctricas (agua), la única forma renovable de energía en uso comercial en la Isla. El efecto directo de esto es una reducción significativa en la huella ecológica del país. El CO2 es uno de los gases de invernadero que provocan el calentamiento global.
No obstante, aunque los estimados del proyecto en Santa Isabel proponen una reducción de 132.000 toneladas métricas de CO2 al año, los resultados reales pueden ser tan variables como la intensidad de una brisa.
El ingeniero ambiental de Pattern Energy, Roberto León, explicó que los 44 aerogeneradores que se instalarán en Santa Isabel, en la primera fase del proyecto, contribuirán con hasta 75 megavatios eólicos (MW) al sistema de la AEE. El consumo pico de energía del 2011 en Puerto Rico fue de 3.406 MW. Los aerogeneradores, en su funcionamiento óptimo, exceden los 75 MW. No obstante, esta cantidad es lo que la AEE está dispuesta a aceptar.
Esto porque la captación de energía del viento tiende a ser muy irregular. Algunos estudios indican que no es el sur, sino el este de Puerto Rico el lugar idóneo para este tipo de tecnología.
Las turbinas eólicas funcionarían a su capacidad óptima el 25% del tiempo. Esto es lo equivalente a tres meses de un año. La misma empresa entiende que habrá momentos en que la producción de electricidad estará por debajo de los 75MW. “Se va a ver con precisión una vez el proyecto esté en operación”, dijo José Luis Cedeño, portavoz de la empresa.
El científico ambiental de Pattern Energy argumentó que las turbinas eólicas protegen el valle agrícola, ya que dificultarán futuros desarrollos residenciales o comerciales en la zona.
En cuanto al ruido de las turbinas eólicas, León indicó que los modelos en la fase de diseño proponían que las aspas producirían unos 63 decibelios. Las reglamentaciones laborales exigen protectores auditivos en los trabajos cuando el ruido pasa los 80 decibelios.
“El beneficio que se espera es mucho más que el efecto que en el peor de los casos podría tener”, concluyó Bernal.