En Cutral Co, mediante un convenio con el INTI se construyó un laboratorio que estará habilitado en dos semanas. La obra civil se concluyó y se espera la instalación de cuatro aerogeneradores de baja potencia.
Se colocarán torres de 9 y 16 metros de altura. Los aerogeneradores serán de baja potencia y de fabricantes nacionales. El responsable de Planificación de la comuna, Wálter Mardones, explicó que "hay 18 fabricantes de los cuales 14 ya confirmaron su participación aquí". La idea es que el INTI a través del laboratorio pueda realizar la certificación de homologación de los generadores fabricados en el país.
En Huincul, donde también hay un desarrollo de energía eólica, la antena de 86 metros ya está instalada con cinco anemómetros de última generación. Permitirá el registro de los datos relacionados a las características del viento.
Aquí se busca la instalación de un parque eólico de 20 MW de potencia. Para ello se deberá buscar inversores. Donde se colocó la antena, hay una reserva de unas 700 hectáreas. El lugar está cerca de la línea de 132 kilovatios que facilita la interconexión.
La cooperativa Copelco –encargada de la distribución de la energía y el servicio de telefonía– demostró su interés en la iniciativa y, de concretarse, se encargaría de la operación y el mantenimiento del parque eólico.
Copelco tiene un molino que un hecho vandálico dejó fuera de servicio. Está en el cerro California, al sudoeste de la ciudad. Permitía abastecer al menos dos barriadas.
Desde el 25 al 29 se hará la "semana de la energía eólica" en Cutral Co. Entre las actividades previstas figura la exposición por parte de fabricantes de aerogeneradores, actividades con escuelas y charlas públicas.
A pesar que el viento forma parte de la geografía de la Región Sur rionegrina, su capacidad para generar energía eólica no es explotada. Sólo algunos productores mantienen en sus campos viejos molinos de chapa que usan para sacar agua de pozos para dar de beber a sus animales y regar mallines para producción de forrajes.
En el marco de la construcción de la Ruca Tecnológica que la CNC levantó en Jacobacci, fue instalado un aerogenerador eólico para hacer funcionar distintos aparatos y para que sea una fuente de inspiración y estímulo, sobre todo para los pobladores rurales.
Uno de los pocos antecedentes de aerogeneradores eólicos para dotar de luz a una población de la Región Sur se registró en El Cuy, a 128 kilómetros al sur de General Roca. A mediados del 95 fue instalado en este paraje un inmenso molino eólico que generaría electricidad durante las 24 horas para todo el pueblo. Fue inaugurado con bombos y platillos, bajo la promesa de mejorar la calidad de vida de los pobladores. El aerogenerador demandó una gran inversión a la provincia para que la empresa New World Power Argentina lo instalara. Contaba con una estructura de 24 metros de alto, una hélice cuyas palas alcanzaban a un diámetro de 17 metros y 93 baterías destinadas a acumular la energía generada. Sin embargo, los problemas comenzaron desde el mismo momento de su inauguración. Primero ocurrió que la energía generada era poca, por lo que había baja tensión. Se pensó entonces en algunos ajustes para que el suministro fuera normal. Los días pasaron, los problemas continuaban y sólo un mes después de inaugurarse, el enorme molino dejó de funcionar para siempre.
Con él, también se rompieron las esperanzas de los pobladores de El Cuy. La luz eléctrica tan anhelada y prometida, no llegó. Con el tiempo se rompió el freno hidráulico de las palas del molino. Sin embargo, quedaba un freno manual, para evitar que las aspas giren locas con el viento. Este freno tenía un sistema similar a las pastillas de frenos de los autos. Pero al no tener mantenimiento, se desgastaron y la hélice volvió a girar. Tampoco se realizó mantenimiento a los bulones que sujetan los tramos de la torre que sostenía el molino, por lo que el viento terminó por cortarlos y la enorme estructura se partió en dos pedazos y uno de ellos se desplomó contra el piso. Durante varios años, la quebrada estructura formó parte del paisaje del pueblo, hasta que los pedazos fueron levantados y trasladados a otra parte.
Pilcaniyeu, Cerro Policía y la meseta de Somuncura aparecen como las zonas más aptas para un parque eólico en Río Negro, según el mapa elaborado en 2006 por Invap a requerimiento del gobierno provincial.
El trabajo, del que participaron también técnicos de la subsecretaria de Ciencia, Tecnología y Desarrollo para la Producción, combinó mediciones de vientos de superficie, sondeos en estratos superiores de la atmósfera, datos topográficos, rugosidad del terreno, características de la vegetación, la presencia de edificaciones y otros obstáculos. La información, procesada por programas de computación, permitió conformar lo que se llama la rosa de los vientos de cada lugar.
Identificó como zonas potencialmente aptas áreas del departamento de Pilcaniyeu, Cerro Policía y la meseta de Somuncura. En Río Negro el promedio de viento es de 7,5 m/seg, es decir 27 kilómetros/hora).
Actualmente en la provincia sólo hay prototipos de aerogeneradores de baja potencia (4,5 KW). La confección del mapa eólico se articula con el proyecto que lleva adelante Invap Ingeniería SA para la construcción de generadores de alta potencia (1,5 MW). El informe pone como ejemplo que 20 de estos generadores podrían alimentar a Bariloche. Este estudio aporta datos preliminares.
Los principales proyectos son:
• Invap construye el primer aerogenerador de 20 metros de altura pensado para aportar energía a parajes de la Región Sur. Con potencia de 30 kV y una pala de 11 metros de diámetro.
• En el 2010, Invap presentó un proyecto para desarrollar 100 MW de energía eólica en Cerro Policía, para alimentar la red de interconexión nacional. El emprendimiento comprenderá un Parque Eólico Cerro Policía Norte y un Parque Eólico Cerro Policía Sur, con 25 aerogeneradores de 2 MW y 78 m de altura. Se conectaría al SIN en la Estación Transportadora Chocón Oeste.
• En Conesa impulsan un parque propio, luego de que un estudio de prefactibilidad realizado por la UTN reveló que la velocidad constante del viento e intensidad moderada.
Desde hace siglos, el viento infla velas de naves y mueve palas de molinos para extraer agua o moler granos. Pero su uso es tan ínfimo como un grano de arena en un desierto. El 15 de junio el mundo celebra el Día del Viento, para promover el aprovechamiento de esta energía global, limpia y disponible para la generación de fuerza motriz o electricidad. Su desarrollo está asociado a la preservación del ambiente, pero sólo los países más modernos destinan recursos suficientes para investigación, diseño e industrialización de equipos eficientes que minimicen el ruido y otros efectos indeseables. En la región hay más proyectos en papeles que parques eólicos.