La última vez que los gobernantes del mundo se reunieron a discutir sobre desarrollo sostenible fue en la Cumbre de la Tierra, de 2002 en Johannesburgo, conocida como Río+10. Desde entonces, hubo significativos cambios en materia de fuentes alternativas de energía.
"Decidimos observar los avances realizados desde 2002 y chequear en qué andaban los países", indicó Jake Schmidt, director de programa climático internacional del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (CDRN).
El informe publicado el lunes 11 muestra que los países más ricos avanzaron hacia un mundo más sostenible.
"Desde 2004, las inversiones en nuevas energías limpias en el Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes aumentaron casi en 600 por ciento en conjunto", señala el estudio, pero queda mucho por hacer, pues las fuentes renovables solo representan 2,6 por ciento del consumo de los países ricos y emergentes.
Los países europeos producen más electricidad a partir de energía eólica, solar, geotérmica y maremotriz que cualquier otro país. Alemania encabeza la lista, seguida de la UE como bloque, y luego de Italia, según el CDRN.
La lista también muestra brechas claras entre los países del G-20. Mientras 10,7 por ciento de la energía de Alemania procede de fuentes limpias, en Estados Unidos es solo 2,7 por ciento, y países grandes como Rusia invierten muy poco en ellas.
Algunos países en desarrollo, aunque desempeñan un papel menor, invierten cada vez más en fuentes limpias. Brasil, China y Turquía encabezan esta lista. Beijing aumentó 7,605 por ciento sus inversiones en el sector desde 2002, según el estudio.
"Hay una lista variada de países con Sudáfrica, India, China, Indonesia, y otros, con un rol clave, así como el G-20 tradicional", dijo Dan Kammen, profesor del grupo recursos y energía, de la Universidad de California, en la ciudad estadounidense de Berkeley.
El estudio muestra avances significativos de varios países, pero está lejos de ser suficiente. Según la tendencia actual, la cantidad de energía producida a partir de fuentes renovables debe aumentar de dos a siete por ciento para 2020, una cantidad que debe duplicarse: "Eso necesita el mundo", remarcó Schmidt.
"Lo que realmente necesitamos en Río es que los países, las compañías y las ciudades asuman una serie de compromisos precisos de corto plazo para ampliar las fuentes renovables", indicó.
"Es más importante que actores clave vayan a Río+20 con compromisos por país para aumentar la incidencia de las energías renovables en 15 por ciento de la electricidad generada en 2020", añadió.
También se necesitan acciones urgentes para eliminar los Subsidios Perjudiciales para el Ambiente, por medio de los cuales se financian las energías contaminantes, según Kammen: "La inversión en fuentes renovables, estimada en 160.000 millones de dólares el año pasado, es muy impresionante, pero debemos tener presente que los subsidios globales se estiman en unos 400.000 millones a 500.000 millones de dólares, y eso solo para combustibles fósiles", puntualizó.
"No es solo una amenaza para los miles de nuevos empleos que se crean en el sector de energías renovables, sino también para nuestra salud, nuestro ambiente y nuestro planeta", añadió Schmidt.
Para alcanzar esos objetivos de corto plazo debe aumentarse la cooperación entre los países, indicó el experto del CDRN.
"Siempre hay colaboración para ayudar a los países a superar las barreras tecnológicas o de fondos, y necesitamos llevar eso a otro nivel. Necesitamos incrementar los esfuerzos para trabajar en conjunto", señaló Schmidt.
"Hay diversos beneficios, algunos locales como mejorar la calidad del aire, del agua y diversificar la mezcla de energía y, por supuesto, también beneficios globales", dijo Kammen.
Pero para que se haga realidad, hay que registrar los avances conforme avanza el tiempo y publicarlos con regularidad.
"Debemos asegurarnos que los compromisos se cumplen. Tenemos que hacer responsables a los gobiernos por los avances, o la falta de ellos", alertó Schmidt.
La cumbre de Río+20, que se celebrará del 20 al 22 de este mes, es considerada una oportunidad única para que los gobernantes del mundo, organizaciones no gubernamentales, empresas, entre otros, discutan sobre energías renovables, una de las prioridades de la conferencia.
Pero el resultado dependerá principalmente de la participación de los países, y solo seis del G-20 confirmaron su presencia.
"Los países del G-20 no son esenciales, pero son grandes economías, y la participación y el compromiso de sus gobiernos serán importantes señales de éxito para Río+20", explicó Schmidt.
"Será una clara señal de que esos países quieren un mundo con un crecimiento más sostenible. Todavía queda mucho por hacer, pero el avance es impresionante", concluyó. "El desafío es avanzar".
Coralie Tripier, IPS, http://ipsnoticias.net/