´Perdimos un tiempo valiosísimo al anular el concurso del bipartito´
"Habría sido más factible corregirlo porque ahora el 50 o 60% de los parques eólicos estarían en funcionamiento"
Doctora en Economía Aplicada y profesora de la Universidade de Santiago -aunque también da clase en la facultad de Económicas coruñesa- Rosa María Regueiro presentó la semana pasada ‘A propiedade do vento galego’, un pormenorizado estudio del sector eólico gallego y de sus propietarios. Regueiro es muy crítica con la "politización" de la regulación tras la paralización del reparto del bipartito con la que Feijóo se estrenó en la Xunta pero también con la escasa preocupación por el medio ambiente de sus antecesores
LUI COSTAS | A CORUÑA. El 70% de los parques eólicos gallegos está en manos de grupos empresariales españoles que tienen entre sus accionistas a fondos de inversión extranjeros como Tepco, la empresa propietaria de la central nuclear de Fukushima. Sólo el restante 30% está en manos de empresas gallegas, entre ellas Norvento, Vector verde y Engasa, compañías líderes en el sector pero no siempre valoradas en la comunidad. Rosa María Regueiro alerta en A propiedade do vento galego de que el gigante chino Three Gorges, accionista de la portuguesa EDP está llamando a la puerta con mucha fuerza. España y Galicia, dice, son líderes en Europa en energía eólica y urge que definan un marco regulatorio estable adaptado a su realidad de acuerdo con el sector. En Dinamarca o Japón los propietarios de los terrenos que acogen molinos son accionistas de los parques. "Galicia tiene dos concursos eólicos legales paralizados, no es una buena carta de presentación", advierte.
-En su libro comenta que una de las trabas al desarrollo eólico es la falta de un marco regulatorio del sector. ¿En qué consistiría?
-Un marco de ámbito nacional con rango de ley que regularía el desarrollo del sector eólico y la participación de todos los agentes. Dinamarca ya lo hizo en 1974 y después de ella, lo han hecho Alemania, Japón e incluso China. El caso más reciente es Brasil, que empezó su andadura eólica hace ocho años con un diagnóstico de su situación energética interna y adaptó el modelo danés. Se puede preguntar a los empresarios gallegos que han ido a invertir a Brasil y están muy contentos.
-¿De quién hablamos?
-No tengo autorización para citarlas, pero hay empresas eólicas promotoras gallegas en Brasil y México y estudian posibilidades en África, que va a ser el futuro junto con India. Los empresarios se van adonde pueden obtener beneficio con la seguridad jurídica que aquí no tienen.
-Precisamente de eso se quejan, de la inseguridad jurídica…
-Exactamente. No es mi campo de investigación pero se ha primado la politización de este sector sobre sus propios intereses, al revés que en esos otros países, donde, por cierto, la crisis ha tenido un menor impacto en este sector.
-¿Qué es lo que debería copiarse de esos países?
-Hay que hacer un diagnóstico del sector energético y más en España, que es dependiente de las energías fósiles. Con este diagnóstico debemos analizar la capacidad de las renovables en España, que es la segunda potencia europea por detrás de Alemania y la cuarta mundial, teniendo en cuenta que una directiva europea impone unas ratios mínimas de renovables para 2020. Debemos regular con nuestras fortalezas y debilidades y la participación de todos los sectores. Nos estamos perdiendo la oportunidad de ser todavía más líderes.
-El desarrollo eólico en Galicia está paralizado después de la anulación del concurso del bipartito y el actual reparto…
-Está en una marcha lenta y estoy convencida de que la Xunta está interesadísima en que vaya hacia delante, pero el problema en el horizonte es muy grave. El entramado es tan complicado que es normal que los agentes se lo estén pensando.
-¿Qué ha supuesto en materia de empleo e inversión en Galicia?
-Las cifras que se ofrecieron en términos de empleo e inversiones a realizar (14.000 empleos y 3.000 millones de inversión) están ahora en el aire . La semana pasada el director de Gas Natural-Fenosa condicionó sus inversiones aquí y tenía previsto crear 670 empleos.
-En la zona de Ferrol ha habido un goteo de cierres y despidos.
-Buena parte de las empresas han hecho ERE o se han ido. Muchas a lugares próximos, como Ponferrada, porque les han dado unas condiciones ventajosas que aquí no tenían. Aquí no solo tenemos que luchar por tener parques eólicos, sino también industria eólica, que produzca componentes…
-¿Qué se puede hacer para promover esa industria?
-La industria está esperando esa regulación. Dinamarca tiene empresas líderes en fabricación de aerogeneradores y sus componentes, como el grupo Vestas, que salió muy reforzada de esa regulación interna porque no sólo le garantizó capacidad interior sino también vinculación con centros tecnológicos, con otros empresarios, les acercaba a los propietarios de los terrenos. Es una unión que beneficia a todos.
-¿Cuántos de los parques previstos estarían ahora en funcionamiento de haberse llevado adelante el concurso del bipartito?
-En este momento si no todo, el 50 o el 60% estaría en marcha. Habría sido más factible corregir el concurso del bipartito que paralizarlo y nos hubiésemos ahorrado dos años. También coincidió con el registro de preasignación y perdimos un tiempo valiosísimo. Fueron muchas coincidencias temporales y la crisis financiera no ayudó porque el sector es intensivo en capital y necesita financiación.
-Una de las modificaciones básicas del concurso fue introducir un canon a los parques en lugar de la participación directa de la Xunta en ellos que planteaba el bipartito. ¿Qué modelo se aplica en los otros países?
-Tienen un impuesto ambiental, aplicado desde otro punto de vista. El canon es un avance, pero es insuficiente porque sería más equitativo con el sector que en lugar de cobrarse en función del número de aerogeneradores se hiciera en función de la potencia, porque los más grandes tienen más impacto.
-¿Tiene sentido el sistema de primas?
-Sí si van evolucionando como en otros países. El sistema no puede funcionar a base de primas porque la tecnología ha madurado y las inversiones se recuperan antes, con lo que es normal que se vayan reduciendo y se transformen en otros sistemas, y eso también lo saben los empresarios. Lo que no es de recibo es crear una norma que dé una cierta seguridad a los empresarios durante un tiempo y luego cortarla. Galicia puede salvar aún el sector eólico pero tiene que hacerlo ya.
-¿Hay un abuso de poder de las empresas sobre los propietarios de los terrenos?
-Por desgracia en gran parte de los contratos firmados hasta ahora sí. Las grandes empresas promotoras tienen información privilegiada y los propietarios de los terrenos firman contratos con precios ridículos, lo que perjudica también a los ayuntamientos. Los propietarios de los terrenos tienen que tener una participación. En Dinamarca y en Holanda son accionistas, que es lo que de una manera introducía el decreto del bipartito. En Japón se han creado tres fondos de inversión y los inversores son amas de casa. Las empresas ganan mucho dinero, como demuestran sus resultados en esos países.
-Dice en su libro que la mayoría de los parques eólicos gallegos están obsoletos. ¿Cuántos son?
-Son un 30% de los parques pero además son los más productivos, están bien situados, fueron los primeros, y precisan recuperar aún más ese primer puesto con una repotenciación. Eso requiere colocar en ese lugar máquinas más potentes, pero también mucho más grandes, hacer una nueva excavación y crear una nueva zapata de hormigón, con lo que tendremos un nuevo impacto; el de la máquina nueva y el de la vieja.
-Habría que eliminar los que hay ahora y poner otros.
-Pero hay que analizar cómo. El 53% de la potencia instalada está en parques de zonas protegidas de la Red Natura 2000.
-¿Ya era Red Natura cuando se instalaron?
-Estos parques se construyeron con el decreto 302/2001, que fue muy novedoso e introdujo muchas mejoras, pero no trató la cuestión medioambiental. Durante el mandato del bipartito, se autorizaron algunos parques en esas zonas porque ya estaban autorizados de antes. No es algo de lo que presumir.
-¿Qué propone?, ¿trasladarlos a otro sitio?
-Ahora están autorizados y trasladarlos va a ser imposible. Debemos evitar que se siga produciendo más impacto ambiental, actuar si hay repotenciación con medidas férreas a priori y a posteriori.