Los 12 aerogeneradores de Gibara, de más de 50 metros de altura, comienzan a generar con un viento de 4 metros por segundo y con 13 metros por segundo,entregan la potencia para la que están diseñados, aunque regulan la velocidad y optimizan la producción hasta el 10 por ciento.
Por el aporte de esos dos parques eólicos, en marzo último la Unión Nacional Eléctrica dejó de quemar 26,8 toneladas de combustible diarias y, en consecuencia, redujo las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.
La tecnología de cada uno es diferente, pues el conocido como Gibara-1 emplea equipos españoles, de la firma GAMESA, con seis aerogeneradores de 850 kW y una capacidad total instalada de 5,1 MW.
El otro parque eólico, denominado Gibara-2, es chino, con aerogeneradores de Goldwind, y tiene una potencia instalada de 4,5 MW gracias a seis turbinas eólicas de 750 kW,del modelo S50-750. El ingeniero José Luis Pifferrer, director de la Unidad Estatal de Base(UEB) Generación Eólica, aseguró a la prensa local que este es un proyecto viable por cuestiones económicas y medioambientales.
Para el Gobierno cubano, este proyecto representó un costo próximo a los 20 millones de pesos (igual en dólares al cambio oficial), dijo Pifferer. Explicó que un solo aerogenerador es valorado en un millón de pesos, pero,aseguró, vale la pena la inversión, porque ni se gasta combustible ni se emiten gases contaminantes a la atmósfera.
Desde febrero de 2008, hemos dejado de emitir a la atmósfera 33.582 toneladas de dióxido de carbono y sustituido 9.304 toneladas de combustible, reveló el especialista.
En la ventosa costa gibareña, de noviembre a abril, la velocidad media del viento a 50 metros de altura es de 7, 2 metros por segundo, aunque en el resto de los meses la potencia eólica es inferior.
En el primer trimestre de este año ha sido el mejor desde que los parques entraron en explotación en 2008, con una generación promedio diaria de 87 MW, que casi duplicó los 45,6 reportados en 2011. Por eso ya hemos alcanzado el 40 por ciento de nuestro plan anual,aseveró Pifferrer.
Desde la sala de control se controla todo el proceso tecnológico, pues en la primera de las tres pantallas, se aprecia la información del estado de la generación que se entrega al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) y,mediante las otras, es posible comprobara el funcionamiento interno de cada aerogenerador.
Si necesitamos comprobar algún parámetro, lo hacemos, específicamente, en cada máquina. Desde aquí podemos visualizar todo el sistema. Además, el programa te permite guardar cada uno de los datos chequeados. Este es el corazón de los dos parques, explicó el joven ingeniero Sandro Claro.
Los dos campos generadores de energía eléctrica, ocupan un área de 18,5 hectáreas, de la que solo ocupan físicamente 0,54 y además su erección no causó efectos perniciosos para el ecosistema.
Se protegió la vegetación, sobre todo la palma cana, especie que abundaba en este terreno. Trasplantamos la mayoría de las palmas para otros lugares de la costa. El daño al medio ambiente fue mínimo, señaló el director de la UEB.
Pifferrer aseguró que desde el primer día llevan el control de las aves muertas y solo dos se han impactado contra los aerogeneradores y ninguna es del corredor migratorio cercano.
Las gigantescas torres también han retado a la naturaleza pues a los seis meses de levantadas la furia del huracán Ike probó la confiabilidad técnica de las máquinas, diseñadas para resistir vientos sostenidos de 180 kilómetros por hora y rachas de 252 kilómetros por hora.
Cuando la velocidad del viento supera los 25 metros por segundos,equivalentes a 90 kilómetros por hora, que se consideran vientos huracanados, los aerogeneradores se detienen de manera automática.
Durante el paso de Ike, los equipos soportaron sin problemas vientos sostenidos 190 kilómetros por hora.
Cuba tiene cuatro parques eólicos experimentales y una potencia total instalada de 11,2 MW, lo que la coloca en el lugar 57 entre 82 países que reportan el empleo de la energía eólica para generar electricidad.
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