Toda la verdad sobre la tarifa, por Luis Crespo

La reciente celebración de la subasta CESUR es una magnífica ocasión para explicar “toda la verdad” sobre el impacto de “las renovables” en el recibo de la luz. Digo “toda la verdad” porque la deformación ejercida en los medios de comunicación, con las tesis de las grandes compañías eléctricas asociadas en UNESA, transmiten tan solo “la mitad de la verdad”.

El recibo de los más de 20 millones de consumidores acogidos a la Tarifa de Último Recurso tiene dos partes que pesan aproximadamente el 50% cada una. Efectivamente, en la parte correspondiente a los costes regulados o “peajes” se encuentran las primas al Régimen Especial, entre las que, por cierto, también se incluyen las primas a la cogeneración con gas natural y a la generación con residuos, lo cual se omite con mucha frecuencia interesadamente. El resto de los peajes corresponden a los costes del transporte y distribución o a los sobrecostes extrapeninsulares, entre otros.

En el año 2011, las renovables representaron el 31% de los costes regulados y, por tanto, son responsables directamente, tan sólo, del 15% de los costes totales incluidos en la TUR. Pero el impacto de las ayudas a las renovables no hay que mirarlo exclusivamente en ese 15% al que las eléctricas quieren demonizar intentando que aparezca, con éxito mediático pero sin razón, como el responsable del enorme déficit tarifario acumulado hasta la fecha. También tenemos que analizar el impacto que tienen las renovables en el otro 50% de la tarifa.

Los titulares de los medios de comunicación relativos a la subasta CESUR de la semana pasada fueron “La subasta CESUR se cerró con un 7% menos del coste de la electricidad”. La cifra final fue de 51 €/MWh y marcará la referencia durante los próximos 3 meses del coste de ese otro 50% del recibo. En este resultado, como en todas las subasta anteriores, ha jugado un papel fundamental el hecho de que una tercera parte de la electricidad que consumimos sea de origen renovable. Ello permite que el coste con el que se remunera a toda la generación en nuestro país a cada hora sea el resultado de casar una tercera parte menos de potencia de la que habría que casar en el caso de que no existieran las energías renovables.

En este sentido, es revelador escuchar los lamentos de las grandes compañías eléctricas sobre sus elevados costes de generación. En una reciente presentación, a la que asistí personalmente, se informaba que el coste de generación de los ciclos combinados era de 102 €/MWh, de los que 54 €/MWh correspondían a los costes variables (básicamente el coste del gas) de generar cada MWh.

¿Se imaginan los lectores el precio al que hubiese llegado la subasta CESUR sin esa tercera parte de renovables que impide que los ciclos combinados más caros sean los que marquen el precio de cada hora en el mercado diario? Sin las renovables, el titular tras la subasta hubiese sido “el precio de la generación alcanza los 100 €/MWh”, es decir, que sin las renovables esa parte del recibo de la luz nos costaría el doble.

El Gobierno tiene que atajar lo más rápidamente posible el déficit tarifario y como dice acertadamente el Ministro de Industria, las medidas no deben recaer exclusivamente en los consumidores. Nosotros decimos algo más. Si se tuviese la determinación de actuar sobre los excesivos márgenes en Distribución, como señaló el reciente informe de la CNE, en la generación a partir de nucleares e hidráulicas, en los CTCs y en los derechos de CO2 no liquidados, se podría incluso bajar el recibo de la luz y eliminar el déficit.

Qué lamentable e inútil resulta ese intento de las eléctricas de presentarnos unos datos internos de costes por los cuales la generación nuclear e hidráulica serían más caras que el precio medio del pool. Es una auténtica ofensa a la inteligencia. ¿Es que no nos acordamos de cuando hace unos años presumían de costes de generación nuclear de menos de 3 pts/kWh apostando por el renacimiento de esa tecnología? ¿Por qué presionan entonces para que se alargue la vida de Garoña? ¿Es que les gusta perder dinero?

Las termosolares en el punto de mira

También resulta triste la cortina de humo con la que llevan muchos meses acusando a la termosolar de ser la responsable de todos los males. Las centrales termosolares no son ninguna burbuja ni esconden ninguna incertidumbre de descontrol. Al contrario, están siguiendo una senda de entrada en operación de acuerdo con la planificación prevista. Se alcanzaron los objetivos previstos en el PER 2005-2010 y se están instalando las inscritas en el Registro de Preasignacion de Retribución al ritmo de la resolución del faseado (4 fases) y con los retrasos acordados en 2010 entre el Ministerio y el sector -que representaron 1.000 millones de euros de reducción del déficit hasta 2013. El ritmo de instalación está incluso por debajo de la senda indicativa que España comunicó a Bruselas en el PANER 2010-2020.

Hasta ahora las primas a la termosolar son el 2% del déficit tarifario acumulado de 24.000 millones de euros. Por tanto no son las responsables del mismo y para atajarlo habrá que buscar las verdaderas causas. Cuando estén en operación las centrales con preasignación -que se finalmente se construyan- representarán una cantidad similar a la que recibirá la cogeneración y bastante inferior a la que recibirán la fotovoltaica y la eólica. Esto no puede, en modo alguno, calificarse de burbuja sino de un apoyo razonable para cumplir los objetivos de Política Energética vinculantes con Europa, habida cuenta, además, de los valores complementarios que aportan las centrales termosolares en términos de gestionabilidad, contribución al PIB, empleo y competitividad internacional. Modificar retroactivamente su retribución sería otro grave error con tremendas repercusiones internacionales.

Las centrales de energía solar termoeléctrica son, probablemente, la tecnología de futuro con más opciones para convertirse en la pieza más importante del mix de generación renovable a nivel mundial en el futuro escenario libre de emisiones de CO2 al que nos dirigiremos, al no necesitar el respaldo de centrales de combustibles fósiles. A la vez, por su importante impacto en el empleo, no pueden considerarse un problema sino una parte de la solución para la salida de la crisis en nuestro país, reduciendo el déficit público y facilitando la convergencia económica de nuestras regiones del sur, con mayor abundancia de este recurso inagotable.

Luis Crespo es Secretario General de Protermosolar, www.protermosolar.com