El Plan d’Energia i Canvi Climàtic 2012-2020 persigue que el 20% proceda de energías renovables en ocho años.
Cataluña pretende multiplicar por cinco la energía eólica y la fotovoltaica, por Antonio Cerrillo
Las acciones previstas comportarían un ahorro de 50 euros por persona y año en el 2020. No se prevé ninguna central nuclear, ni cerrarlas antes del 2020.
Las energías renovables coparán los nuevos sistemas de suministro de energía que se creen en Catalunya los próximos años. El gobierno catalán ha asumido el reto de que el 20,1% de la energía total sea renovable en el 2020. El Govern está plenamente convencido de la imperiosa necesidad de aprovechar los recursos autóctonos (sol, viento o biomasa forestal) para producir electricidad y sistemas de calor, con el fin de reducir las importaciones de combustibles fósiles. La energía nuclear seguirá siendo la base de la producción eléctrica (ahora supone casi el 60%), pero no hay previsión de construir ninguna más.
Así lo prevé el nuevo Pla de l’Energia i Canvi Climàtic 2012-2020 aprobado ayer por el gobierno catalán, y en el que por primera vez se aúna la planificación energética indicativa y la necesidad de dar una respuesta al calentamiento global.
El plan prevé multiplicar por cinco en ocho años tanto la potencia eólica como la fotovoltaica, mientras que se apoyarán los proyectos para aprovechar la biomasa forestal para producir electricidad y sistemas centralizados de calor. No se construirá ninguna nueva central térmica de ciclo combinado, ni siquiera la prevista en Bescanó para evitar una mayor sobredimensión del parque de plantas térmicas (que tienen ayudas pese a estar paradas). Si se cumple un escenario de eficiencia energética, el consumo de energía se reduciría un 20,2% en el 2020 (respecto al 2007), lo que redundaría en un ahorro de unos 50 euros por persona y año si se aplican todas estas medidas. Se espera así surgen así oportunidades para desarrollar nuevas actividades económicas e industriales en Catalunya
Eólica en alza
La meta trazada persigue que la energía eólica pase de los actuales 1.078 MW eólicos a 5.153,6 MW en ocho años, de los cuales 570 MW serían instalados en el mar. Este gran salto exigirá elaborar un nuevo mapa eólico en Catalunya para crear nuevos parques, además de “resucitar” el frustrado plan de implantación de las zonas de desarrollo prioritario eólico (ZDP), paralizado por el juez (lo que ha obligado iniciar una nueva evaluación global ambiental estratégica). Además se repotenciarán los parques eólicos cuando llegue a los 15 años de funcionamiento (se sustituyen máquinas por otros más potentes.“Si una parte de la ciudadanía se resiste, tendremos que convencerle de que debemos hacer esta apuesta, sí o sí”, dicen los responsables de la Direcció General d’Energia.
También se intentará que la potencia de la energía fotovoltaica (pase de 200 MW a 1.007,5 W), si bien “la apuesta que será el uso de las cubiertas y tejados de naves y otras construcciones, y no por las huertas solares en suelo”.
También se busca aprovechar las zonas de gran radiación solar en Catalunya para construir plantas termosolares (canales parabólica que calientan fluidos a gran temperatura para producir vapor y electricidad). “Tenemos la obligación de aprovechar este recurso; otra cosa es que se logre aprovechar”, dicen las mismas fuentes aludiendo los problemas con que muchas veces topan las instalaciones energéticas en Catalunya.
Aún más importante es el impulso que se dará a la producción de electricidad con biomasa forestal y agrícola (de 4 MW a 160 MW), mientras que se intensificará el empleo de los residuos como combustible (una vez seleccionada la materia reciclable).
Biomasa en Catalunya
El 60% del territorio catalán lo forman bosques (que crecen muchas veces desordenadamente y sin gestión) por lo que se busca el aprovechamiento de este recurso para producir electricidad y calor. El conseller d’Empresa i Ocupació, Francesc Xavier Mena ha pedido (en una reciente visita al ministro de Industria, José Manuel Soria) que revise la decisión de paralizar las ayudas que tenía hasta la biomasa forestal, recordando que las “las pequeñas plantas de biomasa tienen un gran efecto de multiplicador de la actividad económica para el territorio”, señalan las mismas fuentes.
Energía nuclear
El Govern no prevé ninguna nueva central nuclear en Catalunya en el horizonte del 2020, pues, para que esto fuera posible, ya tendrían que estar en marcha los trámites necesarios. El plan también orilla la opción de cerrar las nucleares existentes (Ascó y Vandellòs II, cuya vida útil acaba entre el 2023 y el 2027). La industria nuclear busca sobre todo prorrogar su funcionamiento. Así quedó abierto en la ley de Economía Sostenible, en la que se eliminó el tope de los cuarenta años de vida útil inicialmente recogido en el borrador de la ley. “Si Catalunya tuviera nuevas centrales en el 2020 ya tendría que haber iniciado el procedimiento administrativo”, que, como mínimo, dura unos diez años, dicen en la dirección general de Energia.
Coches eléctricos
Además, se prevé que en ocho año, el 10% de los vehículos sean eléctricos (360.000 turismos, 108.000 solo eléctricos), y que las motocicletas y ciclomotores representan el 12% (124.000). Pero para favorecer el impulso al vehículo eléctrico, los técnicos del Institut Català d’Energia estiman que es necesario que el Gobierno allane el camino y favorezca la recarga para motivar la compra de estos vehículos. Esto, en la práctica, supone una cambio en la normativa (solicitado también al ministro Soria), de manera que aclare quién son los gestores energéticos y se den normas para incentivar la recarga eléctrica lenta nocturna (con precios bonificados o tarifas planas). “Tecnológicamente, esto no es un problema; lo que nos falta es una regulación, para fijar una discriminación horaria de manera que el precio del consumo eléctrico sea más barato por la noche. Es necesario el incentivo económico para lograr un despeguen”, agregan.
El gobierno catalán desea también cumplir las metas europeas sobre biocarburantes (el biodiésel y el bioetanol) para que alcancen al menos el 10% del combustible usado en la locomoción.
Ahorro
El plan asume la política de la UE en materia de energía y cambio climático (los llamados objetivos 20/20/20). En concreto, además de intentar que el 20,1% de la energía primaria sea de fuentes renovables en el 2020, se buscará que esta fecha se haya reducido la demanda de energía total un 20,2% (respecto a los niveles del 2007).
La previsión además es que el 90% de los trabajos en el sector de la construcción se llevará a cabo en las tareas de rehabilitación y, más concretamente, en reformas para mejora energética (blindajes, aislamientos térmicos, iluminación, calderas eficientes…).
El plan apoya las interconexiones internacionales, tanto de electricidad como de gas, y propone su adaptación para facilitar la integración de la generación distribuida. De hecho, se espera que en pocos años, esté en funcionamiento el sistema de autoconsumo (con balance neto) que permitirá, por ejemplo, a los productores domésticos de energía solar consumir la electricidad producida in situ y entregar el sobrante a la red (lo que permite un descuento en la factura).
Cambio climático
Finalmente, se espera recortar las emisiones de gases de efecto invernadero (un 20% de media para la UE en el 2020 respecto al 1990). No obstante, el plan recoge sólo los gases emitidos en Catalunya por los sectores de la energía, que suponen aproximadamente el 75% del total, aunque para detallar la meta global sobre reducciones de gases se tendrá que hacer un plan de mitigación, para incorporar las otras medidas que conducen a una reducción de emisiones en los demás otros sectores (agricultura, residuos y demás).
No obstante, la Oficina de Canvi Climátic considera que es posible alcanzar de forma holgada los recortes de emisiones de la UE fijados para España para el 2020: una disminución del 21% de los gases en la industria pesada sujeta al mercado de compra-venta de derechos, y de un 10% para los de las demás actividades (edificación, transporte o agricultura) con relación al 2005.
Concretamente, la previsión es que en el 2020 la reducción de emisiones de CO2 sujetas al comercio de emisiones sea del 28,5% (de hecho ya ha bajado un 16% desde que se inició este comercio en el 2005); mientras que para las relacionadas con las demás actividades alcance el 22,6%.
La Generalitat espera obtener unos 150 millones de euros anuales del Estado en concepto de acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. Es el 18% de lo que le tocaría a España por los nuevos fondos que obtendrá gracias a la subasta de los derechos de emisión que tendrán los grandes sectores industriales, (y que a partir del año que viene dejarán de ser gratuitos).
“La Administración central quiere territorializar los esfuerzos para reducir los gases y mitigar el calentamiento, pero no quiere hacer lo mismos con los recursos económicos, cuando las comunidades tenemos un papel clave para combatir el cambio climático, y las competencias, en su mayor parte, son suyas”, dicen en la Oficina de Canvi Cllimàtic.
Escollo a la eólica
Los promotores del plan son muy conscientes de que para relanzar el desarrollo de la eólica, deberá resolverse el escollo que supuso la paralización judicial del decreto (de junio del 2010) que creaba las ochos zonas de desarrollo eólico prioritario (ZDP), en donde deben estar los nuevos parques. Por eso, para que Catalunya pase de los 1.000 MW eólicos a los 5.153,6 MW previstos, previamente, se requerirá desbloquear la paralización las ZDP (760 MW) y construir los parques que cuentan con autorización anterior y no están en estas zonas (unos 1.000 MW más), aunque muchos de ellos pueden quedarse en la cuneta si sus promotores renuncian al ver que el Gobierno ha eliminado ahora las ayudas.
El impuso a la eólica marina requerirá también superar la oposición popular cosechada por el proyecto Zèfir, consistente en la construcción del primer parque experimental en el mar, concretamente frente a la costa de l’Ametlla de Mar, y en que se confían para desarrollar un nuevo tejido industrial y empresarial. Fuentes de la Direcció General d’Energia confían en que la población sepa valorar las ventajas económicas y el desarrollo industrial que abre este “laboratorio de la energía marina”. “Mucha oposición es por puro desconocimiento y por falta de compensaciones, sostienen las mismas fuentes, que, se muestran optimistas por el diálogo abierto con el alcalde, uno de los principales detractores. “Creemos que podemos llegar a un acuerdo. Pensar que la gente no pida compensaciones es imposible”, señalan las mismas fuentes. “La población se opuso en su día al embalse de Susqueda; son cosas que pasan”, agrega.La previsión es iniciar la construcción del parque eólico el próximo año 2013.
El Govern apuesta por la energía eólica marina
El Plan de Energía 2012-2020 presentado por el conseller Mena prevé una inversión de 24.600 millones de euros y la creación de 70.000 puestos de trabajo.
El Govern ha presentado este martes el nuevo Plan de Energía 2012-2020. Un plan que han llevado a cabo, conjuntamente, las conselleries d’Empresa i Ocupació y Territori i Sostenibilitat y que prevé una inversión de 24.600 millones de euros y la creación de 70.000 puestos de trabajo en ocho años.
La aportación pública será de 1.790 millones, de los que 1.130 corresponderán a la Generalitat y 660 al Estado, según las previsiones del Govern, y que en su mayoría se destinarán a promover el ahorro y eficiencia energéticos.
Este ámbito también será el que creará más empleo, según el documento, con 38.000 puestos de trabajo, a los que se sumarán 32.000 en el ámbito de las energías renovables.
Asimismo, el plan permitirá ahorrar 33.850 millones a los consumidores finales (el equivalente a 200 euros por familia y mes) y 20.410 millones en la importación de combustibles fósiles.
Uno de los aspectos a destacar de este nuevo plan es la apuesta del Ejecutivo catalán por la energía eólica marina flotante, una infraestructura que presenta algunas dudas por la oposición mostrada por algunos municipios que no quieren ver modificado su paisaje costero.
El conseller d’Empresa i Ocupació, Francesc Xavier Mena, ha explicado que el nuevo plan busca cumplir con los tres objetivos que marca el proyecto 20-20-20 de la Unión Europea: reducir un 20,2% el consumo energético; disminuir en un 25% la emisión de gases de efecto invernadero, sobre todo de CO2; y, finalmente, alcanzar el 20,1% del consumo energético bruto final a través de las renovables.
Mena ha resumido en rueda de prensa tras el Consell Executiu que el plan reorienta el foco "desde la gestión de la oferta hacia la gestión de la demanda", incidiendo en el ahorro y la eficiencia energética.
También ha explicado que el plan hace una apuesta "muy importante" por las energías renovables, especialmente la eólica terrestre y marina, así como por la biomasa, no tanto por la potencia sino por lo que supone para la limpieza de bosques y la generación de energía distribuida por el territorio, a la vez que la Generalitat abogará por la cogeneración para mejorar la competitividad industrial.
Eólica y vehículo eléctrico
El Govern prevé que las energías renovables alcancen los 9.199 megavatios (MW) en Catalunya en 2020 -frente a los 3.689,7 actuales-, de los que 5.153,6 serán eólicos: 4.583 terrestres y 570 marinos. También prevé que circulen por Catalunya 360.000 coches eléctricos o híbridos y 124.000 motocicletas o ciclomotores eléctricos.
Para conseguir estos objetivos de renovables y vehículo eléctrico, la Generalitat ha pedido al Gobierno cambios normativos, ya que la regulación es estatal.
En el caso de las renovables, la Generalitat aboga por un sistema sostenible de primas y por una ley que favorezca la microgeneración para impulsar la generación distribuida por el territorio, y en el caso del vehículo eléctrico, pide regulación para desarrollar la carga lenta nocturna, aprovechando las horas de menor demanda eléctrica.
150 millones en derechos de emisión
El Ejecutivo catalán también ha pedido al Gobierno la territorialización de los ingresos derivados de la subasta de derechos de emisión, que se traduciría en unos 150 millones de euros anuales para Catalunya si se tiene en cuenta su peso del 18% del PIB a 20 euros por tonelada de CO2, y que se destinarían a la mitigación y adaptación al cambio climático.
El Plan 2012-2020 también defiende el desarrollo de infraestructuras energéticas en Catalunya para mejorar la calidad y la seguridad del suministro, incluyendo mayor interconexión con Francia. Asimismo, quiere impulsar la I+D+i aplicada para desarrollar nuevas tecnologías energéticas, siguiendo la estrategia del Instituto de Investigación en Energía de Catalunya (Irec).
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