Las energías renovables en Cuba

Aprovechar de manera racional la energía solar constituye uno de los mayores retos actuales de la humanidad, encaminados a salvar el planeta del deterioro medioambiental. De ahí la necesidad de aunar esfuerzos comunes a nivel global en pos de la utilización de esa fuente natural.

Una de las iniciativas es la declaración del 2012 como Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos, un ultimátum por las fuentes renovables y el tránsito hacia la definitiva sustitución de los combustibles fósiles.

Instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas, la declaratoria es un mensaje: hay que redescubrir el Sol para mitigar el impacto del cambio climático, explicó a Prensa Latina Mario Arrastía, especialista del Centro de gestión de información y desarrollo de la energía (Cubaenergía).

Y aunque el término redescubrir lo utilizó como metáfora, la idea es volver a darnos cuenta que una vez dependimos del astro rey cuando no existía desarrollo tecnológico.

Con los avances de la ciencia podemos utilizar el Sol para convertirlo en electricidad, en combustible para transportarnos y en biocombustibles que no compitan con los alimentos, resaltó.

Las alertas internacionales han fracasado. Desde la cumbre de Copenhague hasta la más reciente de Durban las negociaciones por lograr un acuerdo serio, vinculante y abarcador están en veremos, reflexionó.

Es un mensaje al mundo de la necesidad de transitar hacia un planeta libre de combustibles fósiles, y por qué no, también abandonar de manera paulatina la energía nuclear para la producción de electricidad, explicó.

A una interrogante sobre las condiciones de Cuba para la instalación de fuentes renovables, explicó que la isla presenta todas las condiciones para llevar a cabo este programa.

Como isla, ubicada en el Caribe con temperaturas cálidas durante casi todo el año, sus bondades geográficas son exploradas como potenciales fuentes generadoras.

Dos de las fuentes renovables de mejor aplicación, la eólica y la marítima centran la mirada desde hace varios años de un grupo de ingenieros y especialistas, volcados en instaurar en un futuro cercano ambas tecnologías.

Capital humano, conocimiento técnico y condiciones climáticas ideales van de la mano para ese propósito, encaminado a aprovechar los beneficios indirectos de la energía solar.

Identificadas como reemplazadoras de las actuales fuentes generadoras, ya se conocen las potencialidades de la energía eólica y cómo utilizar el viento, dijo.

También se trabaja en asentar las bases para la conversión del gradiente térmico marítimo, una de las manifestaciones de la energía del mar, aún en ciernes en materia comercial, pero con grandes facilidades de aplicación en Cuba, destacó.

Su instalación pudiera generar electricidad distribuible de acuerdo con la demanda de los consumidores las 24 horas del día, a partir de las variaciones térmicas.

En la superficie del mar y a varios metros de profundidad, el gradiente termo-marino es casi invariable en cualquier período. Cuba podría valerse de esta tecnología durante todo el año, dijo.

A estas se suman además la biomasa cañera y los calentadores solares, ambos extendidos y con gran experiencia de aplicación en la isla.

Existen las condiciones para que Cuba se convierta en una potencia solar, al utilizar este recurso de manera directa e indirecta, señaló el especialista.

Bioenergía basada en la captación, transformación y acumulación de la radiación solar a partir de la fotosíntesis así como la solar fotovoltaica sustentada en el efecto de la fotovoltaica que convierte la luz del sol en electricidad son algunas de sus manifestaciones directas.

Energía eólica, de las mareas, olas, conversión del gradiente térmico oceánico y la hidráulica figuran entre sus aplicaciones indirecta.

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