Piden una Unión Europea 100% con energías renovables

Energías renovables: industria y ong unidos por una Unión Europea 100% renovable. La eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar cubrirán todo el consumo energético, si se desarrollan las políticas adecuadas.

Una amplia coalición de compañías energéticas, de ingeniería y tecnológicas, junto con organizaciones de la sociedad civil y representantes políticos, han firmado una declaración que ha sido entregada hoy al ministro de Energía danés, Martin Lidegaard, en la reunión de la Asociación Europea de la Energía Eólica (EWEA, según sus siglas en inglés), celebrada en Copenhague.

Greenpeace es uno de los promotores de esta Declaración por una UE 100% renovable, firmada por más de 300 empresas, instituciones, ong y representantes políticos, que señala que la respuesta a los retos energéticos y ambientales actuales pasa por el avance hacia una economía de vanguardia en torno a un sistema energético basado en las tecnologías renovables y la eficiencia energética.

Compañías como Schneider Electric, Rockwool y Vestas piden a los líderes europeos que se comprometan a que el suministro energético sea 100% renovable en 2050, mediante el impulso, desde ahora, de la eficiencia energética y el establecimiento de los planes de inversión necesarios para desbloquear el potencial de las energías renovables y sustituir la actual red eléctrica por una inteligente, además de poner freno a los subsidios a los combustibles fósiles y a la energía nuclear.

Como ha declarado el presidente del Grupo Rockwool, Eelco Van Heel, "Europa no puede ni debe aceptar elevadas facturas energéticas así como una creciente dependencia en las importaciones de los combustibles fósiles. Hoy en día podemos construir casas eficientes mediante la instalación de tecnologías renovables y asequibles para que los ciudadanos puedan evitar las elevadas facturas domésticas, mientras creamos los empleos verdes que tan desesperadamente necesita la UE. ¿A qué estamos esperando?".

Por su parte, el vicepresidente de Vestas Peter C. Brun, ha resaltado la necesidad de establecer un objetivo intermedio para 2030, como mecanismo para asegurar que se llevan a cabo las inversiones necesarias que deben permitirnos alcanzar el 100% renovable en 2050 y ha declarado que dicho objetivo "no solo sería de gran ayuda en la actual situación económica y financiera en Europa, sino que también sería justo teniendo en cuenta el riesgo de las inversiones que nosotros y nuestros clientes tendrán que hacer en los próximos años".

Esta Declaración ha surgido como forma de impulsar la discusión europea sobre la hoja de ruta energética hacia 2050. En ella la Comisión Europea ha admitido que, como Greenpeace ha demostrado en numerosas ocasiones, el desarrollo de un sistema energético basado en energías renovables y eficiencia energética no costaría más que perpetuar la actual dependencia de los combustibles fósiles y la energía nuclear y que, en cambio, la UE ahorraría miles de millones en las importaciones de combustibles fósiles y podría crear cientos de miles de puestos de trabajo estables.

Greenpeace recuerda que España es uno de los países a los que más beneficiaría una mayor ambición en la lucha contra el cambio climático por su liderazgo en energías renovables y porque mayores objetivos de eficiencia energética en edificios podrían reactivar el sector de la construcción. Además, así se protegería a sectores clave como la agricultura, el turismo o la pesca que ya sufren los impactos económicos de la crisis del clima.

En este sentido, Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio climático y Energía de Greenpeace, ha reiterado el rechazo de la organización a la moratoria a las primas a las renovables aprobada recientemente y a la "descarada" toma de partido del ministro Soria por las energías sucias, mediante el apoyo a los pozos de extracción de petróleo en aguas profundas, la renovación del permiso de explotación de centrales nucleares obsoletas o el mantenimiento de las subvenciones al carbón: "Esta declaración es una llamada de socorro de representantes de todo tipo de industrias europeas y españolas y representa una oportunidad para que el ministro Soria se replantee su política energética. En sus manos está establecer las medidas que, según certifican multitud de instituciones independientes, benefician al conjunto de la economía del país y de la UE o, por el contrario, demostrar que la política energética de este país no tiene mayor estrategia que la de favorecer a los intereses del lobby fósil, algo especialmente grave en estos tiempos de crisis".

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