En ese marco el presidente de la Asociación Europea de la Industria Solar Termoeléctrica ESTELA y secretario general de protermosolar intervino señalando que la necesidad del cambio de modelo energético es una realidad incuestionable y que orientarse hacia ese objetivo con planificación y actuaciones reales abre a los países un gran abanico de oportunidades de desarrollo industrial y de crecimiento de la economía dada la gran influencia de la energía, tanto aguas arriba como aguas abajo del proceso de generación de electricidad, tanto en aspectos económicos como sociales.
Los países deben tener su propia hoja de ruta en este proceso de transición de modelo, como también señaló el presidente de REPSOL, Antonio Brufau, para que los inversores puedan disponer de referencias y de seguridad jurídica.
Dicha hoja de ruta debe tener como objetivos -destacó Crespo- un sistema de generación libre de emisiones, reducir la vulnerabilidad energética y la dependencia exterior y garantizar los precios futuros de la energía, algo que las energías fósiles no pueden hacer y que tanto daño ha causado a nuestras economías.
Los países tienen la oportunidad de plantear distintos escenarios analizando en cada uno los efectos macroeconómicos para decidir aquel camino que, de acuerdo con los objetivos antes mencionados, proporcione el máximo retorno al país en términos de PIB y de empleo. Incluso en países de ideologías ultra liberales deberían contemplarse las alternativas de apoyos temporales específicos a aquellas tecnologías que mejor puedan ayudar al cumplimiento de objetivos y al desarrollo económico. De no hacerlo estarán perdiendo oportunidades de conseguir un desarrollo óptimo para sus economías.
Crespo señaló que en los objetivos de conseguir altas cotas de descarbonización, los sectores llamados a conseguirlo al 100% son el de generación de electricidad, el transporte y el residencial. Estos dos últimos sectores evolucionarán hacia un grado cada día mayor de electrificación por lo que conseguir un sistema de generación libre de emisiones es la auténtica prioridad.
Crespo felicitó a los sectores eólico y fotovoltaico por su rápida penetración en los últimos años y destacó que la energía fotovoltaica jugará un importante papel, no solo en generación distribuida en hogares, edificios públicos y empresas sino incluso en centrales de carga pico. Sin embargo no es posible concebir un sistema de generación basado en tecnologías de generación fluyentes, que es lo que parece interesar al sector del gas natural y los ciclos combinados, ya que las tecnologías eólica y fotovoltaica siempre necesitarán su respaldo. Por ello las centrales termosolares, por su potencial, gestionabilidad, firmeza y aporte inercial a la red serán la gran alternativa para ese cambio de modelo.
Por último Crespo pasó a destacar las tres principales características de la energía solar termoeléctrica:
1. Competitividad
La termosolar se encuentra en la posición “1 GW” de la curva de aprendizaje con costes de generación mas baratos que cuando la eólica y la fotovotaica se encontraban en esa misma situación. Hoy en día la eólica ya ha recorrido la curva de aprendizaje hasta la posición “250 GW” y la fotovoltaica hasta la “70 GW”, aunque hay sectores muy interesados en cercenar la posibilidad de que la termosolar aumente su potencia instalada para impedir la reducción de costes.
En Estados Unidos los cinco grandes proyectos que están construyéndose y que en total sumarán más de 1 GW están firmando contratos de venta de energía a 20 años a 13-14 c$/kWh, es decir a unos 10 c€/kWh si bien no tienen limitado el tamaño de central, disponen de un 30% más de radiación directa que España y reciben beneficios fiscales y préstamos preferenciales. Por ello las cifras no son comparables a la situación española pero da idea de las posibilidades de expansión comercial de la tecnología
2. Gestionabilidad
Las centrales termosolares ofrecer características muy diferenciadas frente a otras tecnologías de generación renovables fluyentes como son la producción gestionable y firme, con factores de capacidad ilimitados gracias a su capacidad de almacenamiento e hibridación. Adicionalmente aportan estabilidad inercial a la red contribuyendo al mantenimiento de la frecuencia ante incidencias de corta duración, además de poder ofrecer su participación en el mercado de servicios auxiliares como, por ejemplo, reducir su generación cuando sobre sin renunciar a seguir captando la energía solar que sería almacenada temporalmente.
3. Motor de desarrollo regional
Según el estudio de impacto macroeconómico en 2010 las centrales termosolares, contra unas primas recibidas de 185 M€ contribuyeron al PIB español en 1.650 M€, generaron 24.000 empleos evitando subsidios por valor de cerca de 200 M€, aportaron impuestos por valor de más de 400 M€ y contribuyeron a la convergencia económica de Comunidades Autónomas como Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha. El valor añadido nacional en las centrales pasó de un 50% en las primeras que se conectaron en 2008 a un 80 % en las actuales.
Este efecto puede ser replicado en cualquiera de los países con elevado recurso solar que emprendan un programa termosolar como cualquiera de los latinoamericanos que asistieron al Foro.
Para terminar y para consumo interno de los asistentes españoles, Crespo manifestó “alto y claro” que las centrales termosolares ni han sido, ni son, ni serán las responsables de déficit tarifario en España. Hasta la fecha han recibido menos del 2% de las primas acumuladas al Régimen Especial, en 2011 no llegan al 5% de las mismas y cuando a partir del 2014 estén todas aquellas centrales preasignadas que sean construidas representarán aproximadamente el 3% del coste del sistema y estarán proporcionando el 3% de la energía eléctrica, además de contribuir a la reducción de los precios del pool, ahorrar importaciones de combustibles y de derechos de emisión y tener todos los impactos macroeconómicos positivos mencionados anteriormente.
Crespo terminó diciendo que la termosolar representa “Crecimiento”, “Empleo” y “Competitividad Internacional” que son los tres pilares básicos para la superación de la actual crisis económica en que está inmerso nuestro país.